La impresora portátil Zoemini, de Canon, utiliza la tecnología Zink, que permite imprimir sin necesidad de utilizar tintas. Seguro que más de una foto de las decenas que sacas con el móvil a la semana merecería la pena imprimirla. Si no para guardarla en un álbum de fotos, al menos sí para colocarla en la […]
La impresora portátil Zoemini, de Canon, utiliza la tecnología Zink, que permite imprimir sin necesidad de utilizar tintas.
Seguro que más de una foto de las decenas que sacas con el móvil a la semana merecería la pena imprimirla. Si no para guardarla en un álbum de fotos, al menos sí para colocarla en la nevera o pegarla en la funda del móvil. Sobre todo si la puedes editar de forma sencilla con motivos divertidos.
Pero, suponiendo que queramos imprimirlas, ¿dónde lo hacemos? ¿en la impresora A4 de casa? Se bebe la tinta. Además, el formato de fotografía que podemos esperar de ella es el 10 x 15.
Canon ha pensado en ello, y su propuesta ha sido la impresora portátil Zoemini. Es un equipo muy compacto, mide 8,2 x 1,8 x 11,8 centímetros y pesa 160 gramos. Se conecta con el teléfono móvil a través de Bluetooth e imprime fotos de 5 x 7,6 centímetros, después de editarlas y con tecnología Zink. Desde que ordenamos la impresión hasta que la foto esta lista tarda unos 50 segundos, algo menos de un minuto.
La conexión con el móvil por Bluetooth es de dos vías: por un lado, permite imprimir las fotos tomadas con el teléfono y, por otro, compartir esas mismas fotos tras editarlas. Por cierto, las herramientas de edición son bastante versátiles, pero poco intuitivas, aunque no pasa nada por probar: ves el resultado en la pantalla y si no te gusta, vuelves a empezar o aplicas otros filtros, marcos… Todo ello se realiza a través de la aplicación gratuita Mini Print, de Canon.
Impresión sin tinta
La tecnología Zink, desarrollada en un principio por Polaroid que decidió crear una compañía separada para ello, tiene ciertas ventajas sobre otras. No hace falta tinta ni tinteros (de hecho Zink deriva de zero ink, cero tinta) lo que en principio permitiría ganar espacio para crear impresoras más compactas o dedicarlo a batería, por ejemplo (en el caso de la Zoemini con una batería de 500 miliamperios da para imprimir un par de cartuchos).
Otra ventaja es que no hay que dejar secar la fotografía impresa; no se emborrona ni se corre la (inexistente) tinta. El sistema de impresión se basa en la estimulación de un material sensible al calor presente en el propio papel. Lleva tres capas de color (magenta, cyan y amarillo) que se estimulan según la temperatura y el tiempo que dura el impulso de calor. Cada capa de color está aislada de las otras mediante otras láminas y todo está soportado por otra más que puede ser, como en el caso de los cartuchos que utiliza Canon para la Zoemini, autoadhesiva.
La impresora cuesta 139 euros y viene con un cartucho de 10 fotos. Los recambios se presentan en paquetes de 20 hojas -12,49 euros- o 50 hojas -27,95 euros-.
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