La gama SenseCook comparte un sistema de cocinado asistido que permite controlar los tiempos y la temperatura. La SensePro, además, añade una sonda de temperatura inalámbrica El cocinero Caco Galmés, encargado de hacernos salivar y de desgranar las características de las nuevas gamas de placas de inducción de AEG, nos decía que todos los presentes […]
La gama SenseCook comparte un sistema de cocinado asistido que permite controlar los tiempos y la temperatura. La SensePro, además, añade una sonda de temperatura inalámbrica
La sonda de temperatura no utiliza cable ni batería y tiene una precisión de un grado.
El cocinero Caco Galmés, encargado de hacernos salivar y de desgranar las características de las nuevas gamas de placas de inducción de AEG, nos decía que todos los presentes seríamos capaces de realizar los platillos que nos sirvieron si tuviéramos una cocina como ésta. Se refería a la Sense Pro, 2.275 euros de placa con los sistemas más avanzados de AEG, entre ellos una sonda inalámbrica que, además, no lleva batería.
Decía eso Caco porque confía en otra de las características de estas nuevas placas: la cocina guiada. La ecuación parece simple: si tienes una pantalla en la que te dice qué tienes que hacer y una sonda que te mide la temperatura, la controla y te avisa cuando está hecho… Sin embargo, yo creo que me costaría meses sacar de una forma correcta los platos que nos dieron a probar. Y eso que también nos proporcionaron las recetas.
SenseCook es un sistema de cocina guiada que permite controlar tiempos y temperaturas al milímetro.
Pero partimos de que la gastronomía está de moda y de que ya no se sorprende nadie al oír hablar de cocinados a baja temperatura y al vacío, por ejemplo. Incluso si colocas el término crock-pot en medio de una conversación, no te mirarán como a un marciano. Pues con las nuevas placas de inducción SenseCook se pueden conseguir los mismos resultados. Eso sí, hay que preparar la cartera, porque si una olla crock-pot se puede adquirir por menos de 50 euros, la placa más cara de AEG, la SensePro, cuesta 2.275.
La SensePro presume de ser la primera placa doméstica que cuenta con una sonda térmica inalámbrica que interactúa con la propia placa para mantener temperaturas constantes. Se puede graduar grado a grado y tiene una precisión de +/- un grado, lo que posibilita cocinar al vacío. Para ayudar en el control de la cocción, la placa cuenta con una pequeña pantalla TFT en la que seleccionamos lo que vamos a cocinar (huevos, por ejemplo) y cómo los vamos a hacer (fritos). Desde la propia pantalla nos indicará cómo hacerlo utilizando los dos parámetros básicos: temperatura y tiempo.
La varilla mide la temperatura cada tres segundos y se comunica directamente mediante una antena situada en la parte trasera con la placa. No hay que preocuparse de recargarla ni de cambiar de baterías, porque no las tiene.
Para amantes de las frituras
¿Quién no se ha enfrentado a esas recetas en las que te dicen “cuando el aceite esté caliente”, “arrebatado”, “humee”? Si lo tuyo son las frituras, y estás dispuesto a pagar entre 770 y 1.190 euros, la gama de AEG que te conviene es la SenseFry. Su especialidad es mantener la temperatura del aceite uniforme durante todo el proceso de cocción. Mediante el sistema de cocinado guiado SenseCook se elige el tipo de alimento y de elaboración (patatas fritas, por ejemplo) y nos indicará los pasos para lograrlas en su punto.
La especialidad de la SenseBoil (un modelo de 1.005 euros) es el agua. Los fuegos de esta placa cuentan con unos sensores que detectan las vibraciones que provocan las burbujas y bajan la temperatura para evitar que el agua se desborde o salpique.
Estos equipos se pueden combinar con una máquina de vacío o con el nuevo abatidor de temperatura doméstico.
Si (
No(
