El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha lanzado un duro mensaje contra las marcas de lujo de automoción, asegurando que quiere un país con “más transportes públicos y menos Lamborghini” a pesar de que en 2023 apenas se matricularon 98 modelos de esta marca. Pero, ¿acaso sabemos el impacto que tiene en la economía vender superdeportivos en España?
Durante un discurso en el Instituto Cervantes, que da el pistoletazo de salida al curso político, Sánchez ha anunciado sus planes para aumentar los impuestos “a quienes ya tienen en el banco suficiente dinero para vivir 100 vidas”, pese a que la industria del lujo, concretamente de automoción, en España es una de las más castigadas, en gran medida, por los elevadísimos costes de los impuestos relativos con la matriculación de estos modelos.
El impuesto al coche de lujo
España cuenta con una gran flota de coches de alto lujo, entre los que destacan supercars y hypercars de diferentes marcas y países que residen en nuestro país, pero que sin embargo no están matriculado en España y optan por otros países, como Alemania, que no cuenta con este impuesto.
El sistema fiscal castiga a quienes deciden comprar estos vehículos mediante dos mecanismos principales. Por un lado, el IVA, que en España se sitúa en el 21% y, por otro lado, el impuesto de matriculación que se calcula en base a las emisiones de CO2 de cada coche:
- Hasta 120 g/km de CO2: libre de impuestos
- Entre 121 y 159 g/km de CO2: 4,75%
- Por encima de 200 g/km de CO2: 9,75%
- Por encima de 240 g/km de CO2: 14,75%
Se trata así de una fallida política medioambiental a costa de los ciudadanos que buscan disfrutar de este tipo de vehículos que generan altísimos niveles de empleo y movimiento de la economía tanto en España como en Europa.
El precio base de compra de un Lamborghini Revuelto, uno de los últimos modelos de la marca italiana, es de más de 420.000 euros, que incorporando prácticamente todos los extras puede llegar a alcanzar entre 490.000 euros y medio millón de euros. Sin embargo, el precio final con impuestos supera los 660.000 euros, lo que se supone un 35,75% de impuestos (21% de IVA + 14,75% de matriculación) añadidos al precio base del vehículo y hasta 175.000 euros, siendo más de 70.000 euros el impuesto de matriculación.
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Se trata de una política fiscal que no tiene un impacto real en la reducción de emisiones ni en la promoción de vehículos más ecológicos como sí se ha querido vender, ya que el comprar de un coche como el Revuelto no está interesado en la eficiencia energética, sino en las prestaciones y el diseño único que ofrece este tipo de modelos, por lo que se enmascara el verdadero afán recaudatorio con argumentos medioambientales.
Más coches de lujo = más autobuses
La pregunta, sin embargo, es ¿a dónde van estos fondos? Buena parte de ellos se destinan a infraestructuras de transporte público, compra de autobuses públicos, mantenimiento de las carreteras y el desarrollo de infraestructuras de transporte ecológicamente sostenibles. Esto supone que lejos de ser una carga para el ciudadano medio, o un problema para la sociedad, los impuestos recaudados a través de la venta de automóviles de lujo pueden ser una palanca que impulse sectores estratégicos de la economía.
La venta de coches de alta gama genera empleos, tanto de manera directa en el sector de automoción como en servicios indirectos, que a su vez generan consumo, impactando directamente en el crecimiento económico del país.
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Impulsar la venta de coches de lujo no debe verse como un gesto elitista, sino como una estrategia que permite canalizar los impuestos hacia iniciativas que apoyen la movilidad sostenible y el transporte público, áreas clave para el desarrollo de un país moderno.
Siguiendo con el ejemplo anterior, en España, la matriculación de modelos de Lamborghini desde el año 2021 (hasta agosto de 2024) alcanza los 303 unidades, según datos extraídos de un nuestra base de datos de matriculaciones elaborada junto con el portal Hoy Matriculado, por lo que en una comparativa rápida y usando el Revuelto como ejemplo (si fueran los 303 del mismo modelo) estamos hablando de hasta 53 millones de euros de impuestos para las arcas del Estado simplemente con la matriculación de modelos de Lamborghini. Claro está que no se han matriculado ese número de Revueltos en España, pero sí modelos diferentes de la marca. Partiendo de que, de media, la adquisición de un autobús ronda los 300.000 euros, estamos hablando de que gracias a estos impuestos se habrían podido adquirir hasta 175 autobuses.
La industria automovilística en España
Actualmente, la industria automovilística supone el 8,2% del PIB de España que se traduce en unos 123.000 millones de euros, lo que lo convierte en uno de los pilares fundamentales de la economía española, tanto por su contribución directa como por su importancia en empleo y en exportaciones, ya que el sector automotriz es responsable de casi el 20% de las exportaciones del país.
En este sentido, según datos de la patronal ANFAC, en nuestro país se fabricaron el pasado año unos 2,45 millones de vehículos, sin embargo, tan solo 300.000 de ellos son vehículos electrificados.
Así, España se encuentra muy por detrás de otros países europeos en materia de electrificación, que el pasado año mejoró en 3,7 puntos porcentuales según el Barómetro de la Electromovilidad de ANFAC, por detrás de la mejora de 4,4 puntos porcentuales de la media europea.
Un coche de lujo ingresa en impuestos lo mismo que 100 coches normales
Según datos oficiales de la Agencia Tributaria relativos al pasado año 2023, los coches de lujo con un valor por encima de los 60.000 euros suponen solo el 2,03% de las matriculaciones en España, sin embargo, generaron el 15,96% de los ingresos del Impuesto Especial sobre Determinados Medios de Transporte (IEDMT), con una cuota media de 5.787 euros por cada vehículo de lujo, suponiendo un considerable impacto las arcas públicas.
Siguiendo con el ejemplo del Lamborghini Revuelto, que supone unos 70.000 euros solo en concepto del impuesto de matriculación, mientras que la cuota media está en 735, esto supone que la matriculación de un solo vehículo equivale a los ingresos de 100 vehículos estándar.