Nissan ha anunciado el cierre definitivo de Nissan Design America (NDA), en San Diego, y de Nissan Design Latin America (NDLA), en São Paulo como parte de una reestructuración mundial de su red creativa. Esta medida, integrada dentro del plan estratégico “Re:Nissan”, busca consolidar esfuerzos en menos estudios, aumentar la eficiencia operativa y reducir los tiempos de desarrollo de nuevos modelos en un momento clave de transición hacia la movilidad eléctrica.
El estudio californiano llevaba en activo desde finales de los años setenta y había sido responsable de dar forma a algunos de los modelos más relevantes de la marca en el mercado norteamericano, desde el Nissan Hardbody y el Pathfinder hasta el exitoso Murano y el Altima. También participó en la creación de vehículos globales como el Nissan 350Z o el Qashqai, dejando una huella estética que combinaba pragmatismo japonés con un lenguaje adaptado al gusto occidental. Su cierre supone no solo un ajuste corporativo, sino también el final de un capítulo que conectó la marca con la cultura automovilística estadounidense durante casi medio siglo.

La reestructuración no afecta únicamente a Norteamérica y Latinoamérica. En Europa, Nissan Design Europe (Londres) reducirá sus operaciones, al igual que algunos equipos en Japón. Pese a ello, la compañía conservará cinco hubs principales que marcarán la pauta de su identidad visual en los próximos años: el Global Design Center en Atsugi (Japón), Studio Six en Los Ángeles, Nissan Design Europe en Londres, Nissan Design China en Shanghái y el Creative Box Studio en Tokio, más orientado a proyectos de estilo de vida y exploración creativa.
El movimiento responde a la necesidad de eliminar redundancias y acelerar procesos en un sector donde la electrificación y la digitalización han comprimido los plazos de desarrollo. Nissan asegura que la reorganización permitirá “alinear prioridades” y centrar los recursos en proyectos clave, reforzando la coherencia de su lenguaje de diseño en un mercado global cada vez más competitivo.

Sin embargo, el cierre de NDA y NDLA abre interrogantes. Más allá de la eficiencia, estos centros aportaban diversidad cultural y proximidad con clientes de dos regiones estratégicas. San Diego fue durante décadas un semillero de creatividad que supo traducir la identidad japonesa de Nissan al lenguaje norteamericano, mientras São Paulo ofrecía una mirada fresca sobre el diseño accesible y urbano, vital para mercados emergentes. Su ausencia podría homogeneizar la oferta estética de la marca, alejándola de matices locales que habían sido parte de su éxito.
El horizonte ahora queda en manos del núcleo japonés y de un reducido grupo de estudios satélite. Nissan afronta la difícil tarea de mantener viva la variedad de enfoques y la riqueza cultural que caracterizaron a sus diseños en las últimas décadas. La historia dirá si esta apuesta por la concentración y la rapidez de desarrollo dará lugar a una nueva era de innovación o a un catálogo más uniforme en un mercado que cada vez exige mayor diferenciación visual.