Prueba Comand APS Mercedes: Otro nivel

Se trata de un sistema propietario de Mercedes Benz con una pantalla de 17,8 cm (7” de diagonal) escamoteable, que sale y se despliega al tiempo que arrancamos el motor y y que nos ofrece tantas opciones para manejar el sistema, que resulta sorprendente.

Voz
La voz, la mano y los dedos son los tres medios de interactuación que el Comand pone a nuestro alcance.
Un pulsador situado en el volante, a la altura del dedo, nos permite pulsar y dar todas aquellas órdenes que consideremos convenientes, responder a las preguntas que voz virtual nos va haciendo o decir los comandos que nos aparecen en pantalla para activar un servicio o configurarlo. Así, podemos decidir si queremos navegar, utilizar el Compact Disc, escuchar la radio, hablar por teléfono, o configurar el sistema.
Detalle interesante es que el Comand dispone de Liguatronic; un programa cuya finalidad es personalizar tanto los comandos como las cifras para ajustar el sistema a nuestra voz (que la reconozca con facilidad, con nuestro acento y deje); para lo cual es suficiente realizar unos breves ejercicios vocales.
Dentro de los ajustes del sistema también podemos configurar la cámara de marcha atrás, el Bluetooth o volver a los valores iniciales.
A partir de ahí, sólo pulsando el botón de comando vocal, antes mencionado, podemos pedir que se active la radio, el vídeo, el navegador, el teléfono, etc.

Las manos y los dedos
Además, si los comandos vocales no nos resultan precisos, si van lentos para nuestro gusto o manejamos con más agilidad las manos, disponemos de mandos en el volante y el salpicadero (incluso teclas de numeración) o bien cabe utilizar un ‘Joy Stick’ situado junto al reposabrazos con tres mandos: retroceso, cancelación y el stick, propiamente dicho que acepta nuestras ordenes al pulsar y se mueve bien paso a paso, deslizándolo lateralmente, o rápidamente, con la rueda superior. Sólo señalar que es fácil de usar y ágil en sus movimientos.

Teléfono
Para hablar, lo primero que hay que hacer es vincular el equipo a un móvil vía Bluetooth y preferiblemente, utilizar un modelo que no sea excesivamente nuevo para evitar incompatibilidades (hay que meter la clave). El resto te lo va indicando el programa y cuando la vinculación se ha completado, podemos ver el nombre del teléfono activo, así como la cobertura, etc. en pantalla. Este equipo de Mercedes reconoce hasta diez números de usuario diferentes.
Por supuesto, el programa asociado tiene agenda y registro de números, pero también podemos marcar mediante comandos de voz, número a número o, como hemos mencionado desde el salpicadero.
Las funciones básicas de cualquier teléfono: llamar, colgar, silenciar o regular el volumen cuenta, igualmente, con varias opciones de uso, pero la más cómoda es manejarlo desde el propio volante a través de los mandos dispuestos al efecto en el lateral derecho.
La comunicación es nítida y muy clara.

Navegación
El navegador, de conexión prácticamente instantánea, es ‘muy obediente’. A la hora de necesitarlo como guía nos pide que indiquemos el país, localidad, calle, número, y detrás de cada orden nos despliega el submenú que tiene registrado y nos pide que confirmemos si lo registrado es correcto o no.
Y si bien el programa nos deja detallar la configuración para adaptarla a nuestros usos, y aunque los que vienen por defecto son suficientes, hay que saber que disponemos de Puntos de Interés, información del tráfico (si hay mucho salen cochecitos atascados en pantalla), determinación de la posición, brújula, preferencias de ruta, etc.
Ya en marcha, los mapas, versión de 2009 con derecho a tres años de actualización gratuita en la propia casa Mercedes se ven claramente, y la ruta aparece  destacada en color azul.
La pantalla cambia automáticamente del modo día al modo noche, la voz que nos ordena es clara, coherente (algo de lo que no pueden presumir muchos) y, ¡nos pide todo por favor!
Merece la pena destacar que cuando nos acercamos a una maniobra, el display se divide en dos; a la izquierda nos muestra una de vista general y a la derecha otra que nos detalla el giro a realizar. Es más, podemos ver una barrita que nos va señalando cuánto nos falta para llegar al punto de ejecución.
Insistente en sus órdenes, cientos de metros antes de un cambio nos avisa para que nos preparemos y, según nos acercamos, nos indica claramente qué hacer en cada momento.
Realmente, sólo le falta decirnos ¡Ahora!... eso sí, por favor.