Historia del Carrera GT
La receta principal del Carrera GT se ve claramente influenciada por los 911 GT1 y los LMP1-98 de Le Mans. En el año 1998 Porsche planeó el desarrollo de un nuevo prototipo de Le Mans para el próximo año.
Para este proyecto, Porsche planteó el uso de un propulsor bóxer de 6 cilindros sobrealimentado mediante el uso de un turbo. Finalmente se vio aplazado para el año 2000 con la misión de desarrollar un propulsor V10 atmosférico, fruto de un proyecto secreto abandonado de Porsche para el equipo Footwork de Fórmula 1.
El desarrollo del Porsche Cayenne era prioritario y Porsche recurrió a sus ingenieros de Motorsport para su desarrollo
El proyecto de Le Mans se vio cancelado a 2 días del comienzo de los test en 1999. El desarrollo del Cayenne era prioritario y Porsche recurrió a sus ingenieros de Motorsport para el desarrollo del nuevo modelo. También se rumoreó que Ferdinand Piëch, presidente por entonces del Grupo Volkswagen, no quería que Audi compitiera contra Porsche en el año 2000.
En el año 2000 Porsche presenta el Cayenne, siendo el primer SUV de lujo con comportamiento deportivo. El éxito de este nuevo modelo, abría a Porsche la ventana de desarrollar un coche de tirada corta para calle.
El indicado para encargarse del diseño de este modelo sería Harm Lagaay, diseñador de coches como el 968, 993 y los Boxster, Cayenne y 996.
El lugar escogido por Porsche para realizar este coche fue en la planta de Leipzig (Alemania). Lugar donde se realizaron las 1500 unidades de este Carrera GT, número que se vio reducido hasta las 1250 unidades. El 31 de enero de 2004 se lanzaba al mercado estadounidense con un precio base de 440.000 dólares.
Derivado de Le Mans
Situado en posición central, probablemente es el elemento más espiritual del Carrera GT. Trata de una derivación del propulsor del extinto proyecto de Le Mans, siendo un motor V10 fabricado íntegramente en aluminio que cubica 5.5L de cilindrada, generando una potencia máxima de 612 cv. Los más de 600 caballos eran entregados al suelo con una gran falta de ayudas electrónicas a la conducción. La falta de ESC (control de estabilidad) lo hacía sumamente difícil de controlar en situaciones límite. A todo esto, la caja de cambios era manual de 6 velocidades.
El Porsche Carrera GT es el primer coche de producción en llevar un embrague cerámico
Cabe nombrar que fue el primer coche de producción en llevar un embrague cerámico. El PCCC (Porsche Ceramic Composite Clutch) lograba reducir el tamaño y rebajar el peso del embrague.
Esqueleto en CFRP
El monocasco del Carrera GT está fabricado en CFRP (Carbon Fibre Reinforced Plastic), la unión de las fibras de carbono reforzadas con plástico. Este material dota al chasis de un bajo peso con una rigidificación muy alta, de esta manera se garantiza un alto desempeño dinámico a la vez que se obtiene una alta seguridad.
Por si no era lo suficiente especial
Varios preparadores modificaron el Carrera GT para hacerlo más especial y raro a la manera de cada preparador. Es el caso del Carrera GTZ fabricado por Zagato o el Gemballa Mirage GT, de los cuales CarDesign.es ha tenido el placer de ver ambos, el primero en el Concours of Elegance de Hampton Court en 2022 y el segundo en un rally de superdeportivos llamado Lion's Run que pasaba por Bilbao en 2018.
Solo se fabricaron 6 unidades del Carrera GTZ el cual incorporaba preparaciones estéticas, con una clara inspiración en las preparaciones realizadas en antaño, cuando los coches se preparaban estéticamente para participar en carreras o concursos de elegancia. Zagato trabajó la trasera intentando darle similitud a la forma que tenía el 356 Carrera Zagato Coupé. El presente en la imagen, fue visto en el Concurso de Elegancia de Hampton Court, en septiembre de 2022.
Si el Carrera GTZ pretendía ser más elegante y hacer tributo al 356 por Zagato, el Mirage GT fabricado por Gemballa pretendía ser el Carrera GT más radical y ‘bizarro’ a partes iguales. Cargado de elementos aerodinámicos, como entradas de aire, diferente capó, alerones, parachoques… lo hacía totalmente radical. Por si fuera poco, el Mirage GT incluía una serie de modificaciones en el sistema de escape que conseguía elevar la potencia hasta los 678 cv.
Estética Porsche
El diseño del Carrera GT debía ser diferenciador, aunque claramente 100% ‘Porsche’, esta misión fue encargada al diseñador Harm Lagaay y su equipo.
El frontal se percibe bajo y ancho, la parte baja se ve presidida por una gran boca inferior y dos laterales. El capó, fabricado también en carbono con esquinas redondeadas alberga el logo de la firma de Stuttgart. Otro elemento realmente importante del frontal son los faros, ubicados en una suerte de zócalos al más puro estilo 911, aunque estos no son tan pronunciados. Una vez conduciendo, los pasos de rueda sobre elevados para alojar los faros permiten colocar mejor el coche en el vértice de la curva.
Los retrovisores de forma ovalada se ven acompañados de un soporte triangular, favoreciendo el flujo del aire.
El lateral se ve presidido por la línea de cadera, la cual es ascendente hasta llegar al paso de rueda trasero, dotando de músculo a la trasera. Además, el lateral se ve complementado por una entrada de aire de tamaño generoso ubicada a continuación de la puerta, la misión de ésta es inyectar aire al compartimento motor para enfriarlo. Esta elevación de la línea de cadera está acompañada por las jorobas que hallan las entradas de la admisión.
Las monotuercas (tuerca que colla la rueda al eje mediante un gran tornillo central) derivan por completo de la competición, siendo azules en el lado derecho y rojas en el izquierdo, con la función de fijar las llantas de 5 radios que tienen un tamaño de 19 pulgadas en el eje anterior y 20 en el posterior. Los neumáticos elegidos para presentar el coche fueron unos Michelin Pilot Sport, con medidas de 265/35 y 335/30, respectivamente. Las llantas esconden unas pinzas de 6 pistones tanto en el eje delantero como el trasero, encargadas de morder un disco carboceramico de 380 mm en los dos ejes.
También destaca la abertura tras el paso de rueda, que además de ser un elemento de diseño, consigue evacuar calor de los discos y de los neumáticos, a la vez que crea un flujo de aire. Por encima de esta se halla el intermitente lateral, el cual está muy bien integrado, formado por numerosos leds.
El techo, en configuración targa, (tipo de carrocería ‘semi-descapotable’ en la que parte del techo es removible teniendo un arco de seguridad completo detrás) está compuesto por unos paneles desmontables que se pueden guardar fácilmente en el maletero delantero.
Para concluir, la trasera incluye un alerón activo que cuando éste está en posición de reposo se percibe muy bien integrado con el conjunto, ayudado por la continuidad de sus formas hasta el panel de carrocería del paso de rueda.
Los faros traseros recuerdan a los de un 911. Estas ópticas están terminadas con múltiples diodos led. Formando dos esquinas terminadas en pico y una de ellas redondeada, el diseño de estos faros traseros fue claramente inspirador para la generación 997.
Por debajo encontramos una pieza terminada en color negro en la que se encuentra la luz de marcha atrás y la de antiniebla en sus laterales. Un poco más al centro, a cada lado, se disponen las salidas de escape y entre medias, la matrícula.
Concluyendo con la trasera, en la parte inferior se ubica el difusor trasero, terminado en fibra de carbono, con función de ordenar el aire antes de que salga de la parte baja del vehículo.
Interior purista
El interior del Carrera GT es digno de un superdeportivo de los 2000. Abunda la cantidad de elementos en cuero y aluminio, así como la parte vista del carbono del chasis.
El salpicadero está repleto de cuero, al igual que los asientos, de tipo bucket con estructura en carbono, el guardapolvos del pomo de cambios también está terminado en cuero. Partes como la consola central y el salpicadero son de aluminio, la unión del respaldo con el cabezal en los buckets también está acabada en este material. El volante está ‘rescatado’ del 996 y detrás de éste se encuentra el cuadro de instrumentos, totalmente analógico con 5 relojes y una pequeña pantalla en la que se proyecta la velocidad, ordenador de abordo, emisora sintonizada...
Para terminar, dos de las partes que hacen homenaje a las carreras de antes son la llave de arranque a la izquierda. Por último, el pomo del cambio, terminado en madera rindiendo homenaje al 917, está a menos de una cuarta del volante, permitiendo cambios de marcha muy directos y rápidos.
En definitiva, el Carrera GT es historia de la marca. Un coche que ha ganado la fama por su dificultad de conducción y, como no, por la sinfonía generada por el motor V10 en posición central.
Si (
No(
