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Prueba del Sony Xperia 1 III

La aplicación de fotografía de Sony es una de las que más profundidad aporta.
La aplicación de fotografía de Sony es una de las que más profundidad aporta. (Foto: JLT)

El móvil para quien quiere una cámara

Por Javier López Tazón
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javierlopezgmailcom/11/11/17
martes 07 de septiembre de 2021, 09:00h

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Snapdragon 888, 12 gigas de RAM... el Xperia 1 III cuenta con los componentes de un 'flagship', pero sobre todo destaca por sus cámaras y por la pantalla OLED 4K. Se podrían llamar Bralphia.

Cuando Sony presentó su nueva gama de móviles Xperia 1 y 5 III, me pregunté ¿por qué no los llaman Alpha? Y, ahora que lo pienso mejor y he estado probando el primero de ellos, deberían llamarlo Bralphia, jugando con Bravia y Alpha, los nombres de sus televisores y cámaras de fotos, respectivamente.

Y es que si lo que se busca en un móvil es su cámara -sobre todo cuando se está familiarizado con el manejo y calidad de las Alpha- para fotografiar y capturar vídeos en modo profesional (o casi), el Xperia 1 III es el móvil a batir.

Antes de ponerse a los mandos, ya la ficha técnica y el historial de los fabricantes anuncian lo que nos podemos encontrar. Para empezar, cuando un fabricante de móviles quiere destacar la bondad de su cámara explica que utilizan un sensor de Sony. Pero es que Sony se ha aliado para el desarrollo de los objetivos con Zeiss. Y decir que la óptica, calibración e incluso revestimiento es de Zeiss son palabras mayores.

A todo ello hay que sumar la experiencia propia del fabricante japonés con sus Alpha, una familia de cámaras que ha reordenado el sector de imagen digital.

Así que ya tenemos justificada una parte del nombre: alph. Durante muchos años, en nuestro país Sony también ha sido sinónimo de televisores de calidad. Y todavía queda en la memoria de un par de generaciones el nombre de los Trinitron. Y es que entre 1968 y 2006 Sony calcula que produjo más de 280 millones de pantallas Trinitron.

Fueron tiempos más sencillos para la multinacional japonesa, con un mercado más reducido y menos global, pero con una competencia muchísimo más reducida. Y con la ventaja añadida de que había mucho más tiempo para amortizar los cambios tecnológicos. Las transiciones entre diversas tecnologías eran mucho más largas.

Tras Trinitron llegó la era de los LCD Bravia (acrónimo de Best Resolution Audio Visual Integrated Architecture), denominación que todavía mantiene Sony para la mayoría de sus televisores. Y, además de cámara, esta serie III de los Xperia puede presumir de pantalla OLED con resolución 4K. Así que también sería merecedor de llamarse Bravia.

El caso es que la compañía japonesa mantiene su línea de móviles con apenas un puñado de terminales y con el foco puesto en los dos extremos de la imagen: la captura y la visualización, es decir, cámara y pantalla.

Entrando en materia

Dicen los responsables de marketing de algunas marcas de móviles que la cámara es lo primero que se mira de un móvil cuando vas a comprarlo. Yo creo que hay un paso previo: sujetarlo con la mano, balancearlo, agarrarlo y comprobar su solidez y sujeción. Y en esto el diseño de Sony desde hace varias familias se mantiene fiel y acertado.

Es un móvil grande, como corresponde a una pantalla de 6,5 pulgadas, un phablet, como los llamábamos hace años. Sin embargo, su formato cinematográfico de 21:9 -la proporción entre largo y ancho- permite que se sujete perfectamente con una mano. Y es que apenas mide 71 milímetros de ancho. El peso -186 gramos- está muy bien distribuido.

Para mejorar el agarre y evitar que se resbale, los bordes están biselados lo que, además, lo estiliza un poco. Mide 8,2 milímetros de grosor, pero parece algo menos por este efecto.

El diseño monolítico icónico de Sony se interrumpe en el lateral derecho por cuatro botones: el de encendido, en el que está el escáner de huellas, el de volumen, el del obturador de la cámara y un cuarto para invocar Google Assistant. ¿De verdad era necesario? ¿Qué tal una pulsación larga en cualquiera de los otros botones? Es una pena.

Potencia y 5G

Los que me hayan leído en alguna ocasión sabrán que considero que la 5G todavía no es motor de venta ni de renovación, pero también he escrito que un flagship, como es el caso, debe contar con esta compatibilidad. Sony ha elegido lo mejor de lo mejor del territorio Android: el Qualcomm snapdragon 888 (salió a la venta antes de que estuviera disponible el 888 Plus), al que acompañan 12 gigas de RAM.

Con esta motorización, no se le resiste nada. Y así puede dar servicio tanto a un juego de ultimísima generación para verlo en la pantalla OLED 4K y a 120 hercios de refresco de pantalla (el refresco táctil es el doble) como a multitarea pesada.

Hablando de videojuegos, a pesar de que desde el principio digo que éste es un móvil-cámara, también cuenta con un modo juego espectacular y personalizable, al también ayuda que la pantalla quede totalmente limpia, ya que la cámara está colocada en el propio marco superior.

También está bien servido de batería. Como siempre, depende mucho del uso que se haga del equipo y de la pantalla, pero no tiene problemas para aguantar todo el día de servicio. La batería es de 4.500 miliamperios (está en la zona de las grandes) y la carga es a 30 vatios. Cierto, las hay más rápidas, mucho más.

Una cámara profesional (y también sencilla)

Todos los fabricantes de móviles aspiran a contar con una cámara que proporcione resultados profesionales simplemente disparando un botón, pero a la vez con un modo profesional (o casi) en el que se pueden manejar al menos las principales variables de la fotografía.

Sony lo logra con la aplicación de fotos, Photo Pro, como con la de vídeo, Cinema Pro. En ambos casos se puede enfocar y disparar y que el móvil haga el resto o trabajártelo a fondo. Y aquí es donde se aprecia el esfuerzo. Son unas de las app con más profundidad en el territorio de la imagen.

A las cámaras en sí, hay que sumar esos modos: básico, auto, P, S y M que sonarán a los aficionados a la fotografía. Y todo eso multiplicado por los habituales: retrato, nocturno...

Las cámaras en sí son un gran angular (24 mm) con una buena luminosidad (f/1,7), un súper gran angular (16 milímetros) con apertura f/2,0 y un tele bastante largo con dos posiciones: 70 y 105 milímetros. La primera equivaldría a un 2,9x y la segunda a un 4,4x. En ambos casos se pueden apreciar notables diferencias con respecto a los zoom digitales.

Las tres cámaras cuentan con la misma resolución: doce millones de píxeles y en los tres casos, el enfoque automático es por detección de fase.

¿Es todo perfecto? Pues no. Siempre se pueden mejorar aspectos. En este caso, se pueden destacar dos: el calentamiento que se nota cuando se utiliza la cámara y el precio. Son 1.299,90 euros. Es un dinero.

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