Más delgados, más ligeros, más potentes… Apple tenía que renovar sus iPad Pro, MacBook Air y Mac Mini

Apple retoca su gama de portátil de consumo, iPad Pro y Mini con cambio de procesadores, rediseño para perder peso y volumen y algunos extras muy acertados.

El iPad es, para mí, la tableta. No quiero decir que utilice los dos términos como sinónimos, sino que considero al iPad coo la tableta más equilibrada del mercado. Pero, desde la última actualización, necesitaba una puesta al día, lo mismo que le sucede al Mac Mini y al MacBook Air, por cierto, el que prácticamente inventó la categoría de ultrabook, portátiles potentes y ligerísimos aunque para ello debieran de renunciar a características entonces tan comunes como la unidad óptica (CD-ROM-DVD-BluRay…).

A falta de lo que dé de sí un análisis a fondo, los nuevos iPad Pro (se han presentado dos, uno de 11 pulgadas y otro de 12,9) son objetivamente más finos, menos voluminosos y más potentes que la generación anterior. La crítica del sector tecnológico decía que ya tocaba renovar, que ya estaba bien… Lo cierto es que los equipos anteriores siguen funcionando a las mil maravillas. En realidad, me atrevería a decir que no necesitaban renovación, sobre todo porque el periodo de vida de estas máquinas es bastante más largo que el de un móvil. Las actualizaciones de software eran suficientes. Pero si no se renuevan anualmente, se critica porque ya toca cambiar y si se renuevan anualmente se critica por lo contrario.

Dicho esto, el cambio les ha venido muy bien. Los dos modelos miden 5,9 milímetros de grosor y han perdido buena parte de sus marcos, de tal forma que en el mismo tamaño que el modelo anterior de 10,9 pulgadas han metido una pantalla de 11 pugadas y han reducido a 28 x 21,5 centímetros el iPad de 12 pulgadas. En cuanto al peso, se quedan en 468 y 631 gramos, respectivamente.

Los dos modelos incorporan el reconocimiento facial Face ID que ya tenían los iPhone X y el procesador A12 Bionic dotado de inteligencia artificial.

Algo que puede parecer una tontería es el nuevo Apple Pencil, el puntero para dibujar o escribir en la pantalla del iPad Pro. Esta segunda generación se sujeta magnéticamente al borde del iPad y a la vez se carga. A mí, personalmente, me parecía un engorro el hecho de tener que llevar el Pencil suelto.

El MacBook Air, en su día, representó una nueva categoría de ordenadores a la que se sumó el resto de la industria liderado por Intel. Una de las características de aquellos primeros Air fue que perdieron la mayoría de los puertos USB. En el caso más extremo se quedó sólo uno. La actual generación, con procesadores Intel i5 se apuntan al USB tipo C (dos puertos). Incorporan escáner de huella digital y, como novedad, al margen de mejorar la calidad de la pantalla y el teclado, incluyen el chip de seguridad T2, encargado de gestionar le encriptación de todos los datos.

El Mac Mini es lo contrario del all-in-one. Es un ordenador compactado en una caja de 19,7 centímetros de lado por 3,6 de alto. Ahí dentro han metido todas las tripas de un ordenador doméstico apto para hacer casi de todo. Se puede configurar con procesadores desde i3 de cuatro núcleos hasta i7 de seis núcleos con 8, 16, 32 o 64 gigas de RAM y un almacenamiento en memoria sólida de hasta dos teras. Tampoco va mal de conexiones: cuatro USB tipo C (Thunderbolt), dos USB 3, un HDMI 2.0, Ethernet y conector de 3,5 mm para auriculares. Se puede conectar a tres monitores 4K o a uno 5K.

Los iPad cuestan a partir de 879 euros para el modelo de 11 pulgadas y 1.099 el de 12,9; el Mac Mini arranca en 899 euros (con procesador i3) y los MacBook Air, con core i5, desde 1.349 euros (con 128 gigas de almacenamiento).