Con el Mi8 Pro, Xiaomi lleva la moda de las transparencias a los móviles

El fabricante chino busca la diferencia con un terminal muy potente con una trasera plástica que permite ver el interior.

Si alguien se acuerda de cuando todavía utilizábamos relojes analógicos, había unos equipos totalmente aspiracionales que dejaban ver el interior. Unos mostraban una ventana en la propia esfera y otros montaban la tapa trasera de un cristal noble para ver la maquinaria.

Eran tiempos analógicos y las piezas eran mecánicas; se movían impulsadas por los muelles de la cuerda o por motores eléctricos. La electrónica ha hecho que nos olvidemos de los elementos móviles, así que la cubierta trasera transparente del Mi8 Pro sólo sirve para contemplar la belleza de la actual electrónica, el logo de Qualcomm Snapdragon que luce su procesador y el nombre de Samsung serigrafiado en uno de los módulos, así como la gran masa que ocupa la batería.

Hay que hacer cosas diferentes, sobre todo cuando alguien como Xiaomi quiere competir en todos los frentes incluso consigo mismo. Dentro de la misma gama Mi8 tiene tres equipos: Mi8, Mi8 Lite y este Mi8 Pro, que también deben competir con el PocoPhone F1, el móvil que sorprendió a todo el mercado al colocar un terminal de gama alta, armado con un Snapdragon 845, por debajo de 400 euros.

Y uno, ¿cómo se diferencia? ¿Qué se puede ofrecer para destacar cuando los componentes son los mismos? Queda poco margen: software, diseño y precio, aunque incluso en este último tampoco hay mucho. No hay más remedio que acudir al diseño, ahora que la tendencia de ofrecer un Android casi puro va ganando adeptos.

Pero el diseño no es lo único en que se diferencia este terminal del Mi8 a secas. Sigue llevando el procesador más potente de Qualcomm, el Snapdragon 845 -aunque en breve llegará el ya presentado 855-, pero ahora la RAM sube hasta los ocho gigas y en el almacenamiento no hay opciones: 128 gigas, pero sin posibilidades de expansión de memoria mediante tarjetas microSD. Lo cierto es que 128 gigas (algo menos por las app preinstaladas) dan para mucho cuando además se cuenta con almacenamiento en la nube, pero no deja de ser una desventaja.

Otra desventaja es la batería. No deja de resultar curioso, pero el Pro se queda en 3.000 miliamperios, frente a los 3.400 del Mi8. Dan para un día de actividad sin muchos problemas y, además, cuenta con carga rápida, pero para los forofos de baterías grandes…

Con la misma pantalla AMOLED de 6,21 pulgadas de diagonal y resolución Full HD+ (2248×1080 píxeles) y el mismo juego de cámaras principales (dual de 12 millones de píxeles la trasera y de 20 millones de píxeles la frontal) y los mismos modos de captura, la diferencia de 100 euros de precio (el Mi8 con 6 gigas de RAM y 128 de almacenamiento cuesta en oferta hasta el 6 de enero 499 euros y el Mi8 Pro, 599 euros) se puede justificar no sólo por el diseño, sino por la incorporación del lector de huellas bajo la pantalla.

Es una característica de muy alta gama que en el sistema implementado por Xiaomi es algo menos sensible que otras. De hecho, hay que apretar un poco en la pantalla para que reconozca la huella e incluso el propio fabricante recomienda no utilizar el protector de pantalla si se opta por el lector de huella como modo de desbloqueo.