Cuando se lanzó, el móvil estrella de LG rondaba los 900 euros; hoy se puede comprar en la propia web de LG por 570. Para ese precio, tiene unas características espectaculares.
Tres meses han bastado para que el móvil insignia de LG pase de costar 900 euros (eso sí, durante el lanzamiento regalaban una tele de 28 pulgadas) a 569,99 en la web oficial de LG. Por ese precio, el V40 ThinQ se convierte en un terminal competitivo, con unas características de escándalo que podría ayudar a LG a mantenerse en el mercado de la telefonía móvil en nuestro país. La fortísima posición de los dos gigantes del mundo Android: Samsung y Huawei, más la llegada del resto de la competencia china (Xiaomi, Oppo…) amenaza todavía más a LG en este terreno.
Pero, independientemente de su situación en el mercado, con el V40 TinQ LG puede presumir de terminal. También es cierto que llegó al mercado español con meses de retraso, algo que en los últimos años le ha debido pasar factura a la compañía coreana. Mantenerse frente a la competencia sin producto es un milagro. Según los datos de Statista, en el primer semestre de 2018, LG mantenía una cuota del 4,4%.
En 45 palabras, el V40 ThinQ es un terminal con los mejores componentes del mercado, buenas cámaras y un gran rendimiento, con un pequeño problema de autonomía y un diseño curioso. Se puede comparar con cualquier móvil y no sale mal parado. Y ahora el precio es bueno.
Empecemos por el aspecto menos positivo. La batería es de 3.300 miliamperios. Así, a palo seco, tampoco parece una mala noticia. Pero con una pantalla OLED de 6,4 pulgadas, de alta resolución (QHD+. 3.120 x 1.440 píxeles) y con unos picos de brillo muy altos para facilitar la visibilidad en prácticamente cualquier condición de iluminación, se queda un poco justa. En su descargo, conviene destacar que es compatible con el sistema de carga rápida Quick Charge 4.0, que le permite reponer fuerzas con rapidez. En una media hora tenemos cargada casi la mitad de la batería desde cero.
Segunda parte dudosa: el diseño. Y ¿por qué dudosa? La mayoría de las grandes marcas ha elegido para construir sus terminales traseras de cristal. Estéticamente, permiten muchas posibilidades tanto en cuanto a color, como al tratamiento del mismo, brillos, degradados variables, efectos 3D… Dan un tacto más frío y permiten colocar las antenas en cualquier lugar. En el otro lado de la balanza, frente a las carcasas metálicas suelen tener peor agarre y son un arma atrapahuellas, hay que estar todo el día frotándolas.
Trasera de cristal, pero…
En LG han decidido combinar los dos materiales. La trasera es de cristal, pero no lo parece. Tiene una terminación que hace pensar más bien en metal anodizado. Le da buen agarre y se enfrenta a las huellas más grasientas con soltura. A cambio, el color no resulta tan espectacular. ¿Que si me gusta el resultado? A mí, sí. El móvil que he estado probando es un azul profundo. Elegante.
El motor que mueve este terminal es el ya conocidísimo y probadísimo Snapdragon 845 de Qualcomm, que está acompañado por seis gigas de memoria RAM. Para almacenamiento cuenta con 128, de ellas libres, unas 110, descontando los 17 gigas que se lleva el sistema operativo (Android 8.1 Oreo). Para los que no pueden desprenderse de ninguna foto (permite hacer fotos triples, con lo que la necesidad de capacidad de almacenamiento crece de manera importante) tiene ranura para tarjetas micro SD de hasta dos teras.
Es uno de los primeros terminales que se anunció con cinco cámaras: tres traseras y dos delanteras. En cuanto a las traseras, se trata de un súper gran angular de 107 grados con una apertura de diafragma f/1.9 y un sensor de 16 millones de píxeles; un gran angular de 78 grados, f/1.5 y sensor de 12 megapíxeles y un tele de dos aumentos que cubre un ángulo de 45 grados. Este último es bastante menos luminoso que los otros dos: f/2.4 y el sensor es también de 12 MP.
Inteligencia artificial ThinQ
La combinación de posibilidades de esta triple cámara, unida a la inteligencia artificial -ThinQ es el sello de inteligencia artificial de LG- permite desde efectos de desenfoque de fondo hasta tomar una foto triple (con cada una de las lentes) y combinarlas en un miniclip. Además, por supuesto de modos para cualquier tipo de actividad: gastronomía, naturaleza… Se puede optar de manera sencilla por una u otra lente en función del tipo de escena que queramos fotografiar.
La cámara frontal es dual. Dos sensores, de ocho y de cinco megapíxeles, este último gran angular (90 grados), lo que permite selfies grupales. La apertura de diafragma es buena, luminosa sin llegar a ser de escándalo: f/1.9 y f/2.2, respectivamente.
Si nos olvidamos de la inteligencia artificial para las fotografías lograremos unos colores bastante naturales, algo que sorprende a ciertos usuarios amantes de colores saturados. Yo los prefiero más de verdad.
Las cámaras frontales justifican un flequillo algo mayor que el de gota, pero bastante reducido si lo comparamos, por ejemplo con el del iPhone X. También sirven para efectuar el reconocimiento facial que emplea como modo de bloqueo del terminal. Es preferible utilizar el escáner de huellas. En este caso, es menos avanzado que la competencia, ya que no lo integran en la pantalla, sino en la parte trasera, en el lugar habitual: centrado y bajo la triple cámara.
En cuanto a la seguridad física, es resistente al polvo y al agua (IP68, la máxima) y ha pasado con éxito 14 pruebas del protocolo de seguridad MIL-STD 810G, el habitual para equipos electrónicos en la administración de Seguridad de Estados Unidos.
No llega a los 16 centímetros de alto por poco y siete centímetros y medio de ancho, lo que permite sujetarlo con comodidad con una sola mano, aunque para usarlo hay que utilizar las dos. Tampoco llega a los ocho milímetros de grueso (7,79 mm), uno de los porqués de la batería tan ajustada, pero permite a cambio mantener el conector minijack para auriculares.
Si (
No(
