El nuevo terminal de Asus presume de componentes caros a precio contenido, pero, además, tiene una pantalla de 6,4 pulgadas sin flequillo y una original cámara escamoteable.
Asus eligió Valencia para presentar mundialmente su móvil ZenFone 6. Pero eso no es sorprendente -por cierto, es una ciudad bastante desaprovechada para este tipo de actividades: bien comunicada, con una infraestructura de transportes, cultura, turismo de buen nivel, a 90 minutos de Madrid…-. Me sorprende más la persistencia en un mercado tan duro como la telefonía y en el que no consiguen descollar.
En 2016, cuando presentaron el ZenFone 3, lo que destacaba precisamente era el logro que alcanzar la rentabilidad, con un catálogo minimalista y unos precios que no hacían presumir altos beneficios por unidad.
Entonces ocupaban el puesto decimocuarto en cuanto a marcas. Ahora, las fuentes abiertas a las que suelo consultar no llegan a recoger Asus sino dentro del capítulo “Otros”. Depende de fuente y de cuatrimestre, además de los “sospechosos habituales” (Samsung, Apple, Huawei, Xiaomi, Oppo) se puede ver a Vivo, LG, ZTE, Motorola… pero no he llegado a encontrarme con Asus entre las marcas que tienen por encima del 3% del mercado desde 2017.
Sin embargo, para Asus la rama de móviles supone el 11% de su negocio. Mientras mantenga la rentabilidad, una poderosa razón para persistir lanzando móviles.
Una cuestión de dinero
El precio era una de las fortalezas de aquel ZenFone 3: 399 euros para un móvil de gama media alta, pero con terminaciones de alta calidad y diseño. El que presentaron ayer cuesta 559 euros, pero ya nos encontramos flagships de otras compañías, con los últimos componentes del mercado a esos precios.
Este ZenFone 6 puede presumir de varias cosas: lleva el últimísimo procesador de Qualcomm, el Snapdragon 855, apoyado por seis gigas de RAM y una capacidad de almacenamiento de 128 gigas. Hasta aquí, bien. Pero ahora viene algo mejor: batería de 5.000 miliamperios, capaz, según Asus (no lo he probado), de darle vida durante dos días.
Pero en un mercado hipercompetitivo hacen falta más características para diferenciarse de los demás. Asus lo quiere hacer con un frontal espectacular: la pantalla de 6,4 pulgadas ocupa prácticamente toda la superficie (el 92%). Apenas tiene marco en ninguno de los lados y carece de flequillo. Cuenta con protección Gorilla Glass 6, una resolución Full HD + (2.340 x 1.080 píxeles) y 600 nits de brillo.
El problema para lograr que no haya flequillo ni marcos es dónde colocar la o las cámaras frontales. O prescindir de ellas. Varias marcas han optado por distintas tecnologías. Xiaomi, con su Mi Mix ha recurrido a una trasera deslizante; Samsung también, aunque algo diferente, OnePlus por una cámara selfie emergente… La doble cámara trasera del ZenFone 6 cuenta con un mecanismo que le posibilita desplegarse y rotar 180 grados para convertirse en cámara selfie, pero además, puede hacer fotos en cualquier posición intermedia con lo que permite ángulos de enfoque hasta ahora muy difíciles de conseguir.
Cuatro píxeles en uno
Las cámaras montadas en este sistema basculante, al que llaman Flip Camera, son un súper gran angular que cubre 125 grados y tiene una resolución de 13 millones de píxeles y la principal, con el sensor IMX586 de Sony de 48 megapíxeles. Esta última cuenta con dos elementos para lograr fotografías bien iluminadas incluso en ambientes y / o momentos tenues u oscuros. En primer lugar, una apertura amplia de f/1,79 (conviene recordar que en la fotografía convencional las aperturas f/1,8 son lo ideal) y el sistema Quad Bayer.
En realidad, a pesar de que el sensor de la cámara principal de este ZenFone 6 presuma de 48 millones de píxeles, la fotografía resultante será de 12, ya que emplea el filtro Quad Bayer (hemos hablado en otras ocasiones de pixel binning o de tetra cell) para combinar cuatro píxeles y aportar luminosidad y mayor adecuación del color. Así, de cada cuatro píxeles nominales, se consigue uno de salida. Eso sí, más luminoso.
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