Google ha logrado con el Pixel 3A un rendimiento fotográfico muy similar al Pixel 3 a pesar de costar 200 euros menos y contar con un procesador mucho menos potente Voy con retraso; en realidad, con mucho retraso, con las pruebas del Pixel 3A. Sin que se enteren en Google, lo que sucede es que […]
Google ha logrado con el Pixel 3A un rendimiento fotográfico muy similar al Pixel 3 a pesar de costar 200 euros menos y contar con un procesador mucho menos potente
Voy con retraso; en realidad, con mucho retraso, con las pruebas del Pixel 3A. Sin que se enteren en Google, lo que sucede es que en cuanto termine con él lo tendré que devolver… Ahora, hablando en serio, el Pixel 3A es un terminal muy interesante; prácticamente un Pixel 3 sin carga inalámbrica ni resistencia al agua y con un procesador más bajo, pero con la misma cámara, que es el punto clave de esta generación Pixel.
Así lucirá, con doble cámara trasera, el nuevo Pixel 4 de Google.
Además del retraso, resulta que en el ínterin se han cruzado varias filtraciones del próximo Pixel 4 (una en la cuenta de Twitter de la propia casa), que, curiosamente, aparece con una cámara principal doble cuando Google lleva más de un año presumiendo de que con una única cámara puede hacer lo que los demás hacen con dos o tres.
Lo cierto es que la generación 3 de Pixel, ya sean lo XL o los A, monta una buena cámara y también es verdad que Google puede presumir de realizar muchas de las funciones que otros llevan a cabo con dos o tres cámaras mediante el uso de una solitaria. Por otra parte, las primeras veces que se incorporaba desenfoque de fondo en un móvil se realizó mediante software, no eran necesarias dos lentes. Ahí está el caso de la ya perdida HTC.
Buen trabajo de ingeniería
En realidad, tras haber probado el Pixel 3, lo interesante de convivir con el 3A es comprobar si se puede hacer lo mismo con un procesador más bajo: el 3 llegaba con lo último del momento, el Snapdragon 845 de Qualcomm -ahora estamos en el 855 y evolucionando- y este 3A lo hace con el 670 de la misma marca. Ésta es la diferencia más significativa, junto con una pequeña disminución de la capacidad de la batería que baja unos miliamperios de los 3.000, pero que se comporta bien. De hecho, varios test dan mayor autonomía a la batería del 3A que a la del 3, a pesar de ser menor.
La respuesta corta a si se puede hacer lo mismo con un procesador menos potente es que sí. Puede. Si estiramos un poco más la contestación, se puede apreciar un gran trabajo de ingeniería para integrar la función del chip fotográfico Visual Core del Pixel 3 original en el propio procesador 670.
A pesar de que el Pixel 3 original ha bajado de los 849 euros que costaba en su lanzamiento a 649, todavía hay un salto importante hasta los 399 que cuesta el Pixel 3A. También es verdad que la mayoría de los analistas coinciden en que las ventas de los Pixel 3 no han sido muy buenas y que el precio podía ser el motivo -además del reducido canal de venta-.
Lanzar estos nuevos 3A y 3A XL con precios en torno a la mitad de lo que costaban los 3 y 3 XL en su lanzamiento es la manera de intentar vender más.
El paso del 3 al 3A ha supuesto no sólo bajar a un procesador menos potente y perder la carga inalámbrica. El cuerpo ahora es de policarbonato en lugar de metal y cristal y ha perdido también la resistencia al polvo y al agua (IP 68 en el Pixel 3). Estos cambios permiten reducir el precio. Sin embargo, la pantalla mantiene la resolución y densidad. Es un poco más grande en el 3A -5,6 frente a 5,5 pulgadas- y el ratio de pantalla respecto a la superficie total es un poco peor: 75% en lugar del 77,2%, aunque ninguna de las dos destaca por tener los marcos finos. No sólo mantiene la resolución, sino que en este caso se trata de una OLED, no PLED. La diferencia es sustancial. Ésta es un OLED plástico, de ahí la P inicial. Es más fácil de manejar en zonas curvas y por eso se integra mejor con los marcos.
Tampoco destacan por la RAM: cuatro gigas, aunque parecen suficientes por el rendimiento que se observa, y no tiene bandeja para tarjeta microSD de memoria. Hay que conformarse con la nube -sube las fotos con una compresión del alta calidad en lugar de los originales- y con los 64 gigas de memoria interna.
El paso del 3 al 3A ha supuesto no sólo bajar a un procesador menos potente y perder la carga inalámbrica. El cuerpo ahora es de policarbonato en lugar de metal y cristal y ha perdido también la resistencia al polvo y al agua (IP 68 en el Pixel 3). Estos cambios permiten reducir el precio. Sin embargo, la pantalla mantiene la resolución y densidad. Es un poco más grande en el 3A -5,6 frente a 5,5 pulgadas- y el ratio de pantalla respecto a la superficie total es un poco peor: 75% en lugar del 77,2%, aunque ninguna de las dos destaca por tener los marcos finos. No sólo mantiene la resolución, sino que en este caso se trata de una OLED, no PLED. La diferencia es sustancial. Ésta es un OLED plástico, de ahí la P inicial. Es más fácil de manejar en zonas curvas y por eso se integra mejor con los marcos.
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