Luz ultravioleta, el descubrimiento del año

Se lleva utilizando desde hace mucho tiempo como herramienta de desinfección, pero un par de equipos me han llamado la atención: una lámpara de Philips y unos auriculares de LG.

La luz ultravioleta C (UV-C) es la más nociva de toda la gama ultravioleta porque es la de mayor energía. Tanto el ozono como el oxígeno que envuelven a nuestro planeta se encargan de absorber los rayos UVC y no llegan a la superficie. Pero esa gran energía se puede utilizar como germicida. No sólo se puede, sino que lleva utilizándose décadas.

Desde que el SARS-CoV-2 nos sumió en la era Covid-19 se ha hablado mucho de ultravioleta, robots que desinfectan hospitales, cofres para hacer lo mismo con el móvil… equipos de aire acondicionado y humidificadores… Lo último han sido los cascos inalámbricos Tone Free de LG y la lámpara doméstica UV-C de Philips.

Comenzando por esta última, Philips contaba con una gama completa de lámparas para desinfección por UV-C, desde regletas para la desinfección de superficies fijas, hasta grandes equipos de pared o de techo. Precisamente, una de las últimas acciones más publicitadas por Philips en la web citada es la colocación de un sistema de lámparas UV-C en el techo de un gimnasio para desinfectar el aire.

Lo que acaba de anunciar la compañía holandesa es una lámpara de mesa, portátil por su peso y tamaño aunque no tiene batería. Es para utilizar en casa o en espacios pequeños. Se puede ir moviendo de una habitación a otra. Según Philips (o Signify, nombre que adoptó la división de iluminación), un salón “de tamaño estándar” quedaría “limpio” en 45 minutos; un baño, en 15 y un dormitorio, en media hora.
Podría ser un buen regalo para esta Navidad, pero no va a estar disponible hasta el 15 de enero. Eso sí, se puede reservar ya en Amazon a un precio recomendado de 119,99 euros.

Siempre de acuerdo con la información facilitada por Signify, es eficaz tanto frente a virus como bacterias. En el caso del SARS-CoV-2, en nueve segundos de exposición su capacidad de infección se redujo a niveles “por debajo de los detectables“.

Y ¿por qué no se pone en todos los lugares públicos y acabamos con el problema? Sencillamente, por que la luz UV-C, precisamente por su alta energía, es dañina para seres humanos y para animales. Su radiación afecta a la vista y a la piel.

La pregunta subsiguente sería: ¿entonces cómo la vamos a meter en casa? Este tipo de lámparas debe utilizarse en habitaciones o espacios vacíos. En concreto, este modelo incluye un sistema de audioguía que, al ponerlo en funcionamiento, avisa para que los usuarios abandonen la estancia. Además, lleva integrados sensores de movimiento que apagan inmediatamente la luz cuando detectan personas o mascotas.

Los auriculares de LG no tienen este problema, porque la luz ultravioleta sólo se activa cuando la base de carga está totalmente cerrada. Como auriculares con cancelación de ruido, son unos de los mejor diseñados del mercado y cuentan además con el saber hacer de Meridian.

Como auriculares, y a modo de resumen, contar con el sello Meridian habla de un sonido realmente equilibrado, una buena cancelación de ruido tanto activa como pasiva, pero con un modo sonido ambiente, que, mediante un toque, permite escuchar lo que sucede alrededor sin tener que quitarte el auricular. Pero, añade algo más. No hablan de coronavirus, ni tan siquiera de virus, pero sí de bacterias.

Los Tone Free están diseñados antes de que el SARS-CoV-2 se convirtiera en pandemia. De hecho, encargaron un estudio independiente en octubre de 2019, que afirmaba que con 10 minutos de exposición a la luz UVnano (es una denominación comercial basada en UltraVioleta y la unidad de medida nanómetro) que emite la base de carga, se lograba acabar con hasta el 99,9% de las bacterias. El estudio se centraba en Estafilococo Aureus y Escherichia Coli.

El precio de los Tone Free ahora oscila desde los 89 euros en una oferta de Fnac, hasta los 149 oficiales de El Corte Inglés.

Y otro día hablaremos de los filtros HEPA.