¿Por qué tienen que ser tan caros? Entiéndase, es una pregunta retórica. Pero el altavoz inteligente Level es uno de esos equipos que podrías recomendar a ciegas, excepto por el precio, claro. Una de las pocas cosas que tengo claras es que la electrónica de alta calidad es cara. Claro que hay unas marcas más […]
¿Por qué tienen que ser tan caros? Entiéndase, es una pregunta retórica. Pero el altavoz inteligente Level es uno de esos equipos que podrías recomendar a ciegas, excepto por el precio, claro.
Se puede colocar tumbado, en vertical o colgando de la pared.
Una de las pocas cosas que tengo claras es que la electrónica de alta calidad es cara. Claro que hay unas marcas más baratas que otras, pero generalmente y con la excepción de algún milagro, a igual calidad de componentes, materiales e inversión en diseño, resulta un precio muy similar.
Y eso es lo que sucede en el mundo del sonido con firmas como Bang & Olufsen -B&O para los amigos-. En el mismo grupo podríamos meter a Bowers & Wilkins, Bose o la gama alta de Sony… por no hablar ya de Technics, por ejemplo. Así que es una pena que los Level cuesten 1.249 euros (1.449 si la cubierta es de madera). Pero es lo que hay.
A cambio, te llevarás un equipo de un gran sonido, versátil, portátil, con capacidades de altavoz inteligente, modular y con un diseño y construcción cuidadísimos.
Al levantar la tapa se observan los cinco altavoces: dos de graves, uno central de gama completa y dos tuiters.
Madera o tela
En cuanto al sonido, cuando levantamos la cubierta -los dos modelos se diferencian por el material de construcción: madera o tela- podemos ver cinco altavoces que cubren todo el rango. Dos conos de buen tamaño -cuatro pulgadas- para los graves, un altavoz de dos pulgadas de gama completa y dos tuiters de 0,8 pulgadas para los agudos.
En total cuenta con cuatro amplificadores de clase D; dos de 30 vatios para los graves; uno también de 30 w para el de gama completa y otro de 30 vatios para los agudos. El volumen máximo que rinde el equipo es de 96 decibelios a un metro.
Los graves están muy reforzados, el tamaño de los altavoces y los dos amplificadores dedicados le dan hasta 79 decibelios.
Tres posiciones
El Level está diseñado para colocarse en tres posiciones diferentes y adapta el sonido a la posición en la que se encuentra. Yo sólo lo he podido probar en dos de ellas: tumbado y en vertical. La tercera, colgado de la pared, requiere un adaptador especial que utiliza el puerto magnético de carga. Es uno de esos detalles de diseño: no hay un enchufe convencional ni un puerto USB-C para el adaptador, sino un hueco circular en el que se encaja el conector, una especie de pastilla cilíndrica que se fija magnéticamente.
De las dos posiciones que sí he podido probar, me quedo con la vertical. Creo que difunde mucho mejor y más balanceado el sonido. Cuando se coloca tumbado sobre una superficie refuerza más los graves. Y tiene mucha potencia de bajos…
Es versátil no sólo porque se puede colocar en tres posiciones diferentes, cada una con su tipo de sonido configurado automáticamente, sino que también cuenta con batería y un asa y, por lo tanto, se puede transportar fácilmente de habitación en habitación e, incluso, sacarlo al exterior (está protegido frente a salpicaduras ocasionales -IP 54-, aunque yo no me lo llevaría a la piscina y menos a la playa).
16 horas de autonomía
La batería le proporciona hasta 16 horas de funcionamiento y tarda unas tres horas en cargarla al 100%. Pero, ojo, en reposo consume, así que es mejor comprobar que tiene carga antes de llevárselo a cualquier parte (insisto, yo no me lo llevaría a la playa).
Probando este Level me he dado cuenta de que uso muy poco los comandos de voz. Vamos, que hablo muy poco con los electrodomésticos. Ni con Siri ni con Alexa o Google. De hecho, le pediría al Level que no me dijera cada vez que lo enciendo que el micrófono está desactivado. Ya lo sé; si lo he apagado yo…
Lo que quiero decir es que lo he manejado mucho más a través de la app Bang & Olufsen que utilizando el asistente de voz de Google, pero sí lo he probado lo suficiente como para comprobar que funciona. Así que si sois de los que hablan con los electrodomésticos, tenéis una excusa más para comprarlo.
En la parte trasera, en el puerto de carga, ocultas por una tapa se encuentran las conexiones físicas
Conectado
Se puede utilizar directamente conectado a un móvil por BlueTooth (versión 5.0), pero se le saca todo el rendimiento cuando se engancha a una red WiFi (acepta las bandas de 2,4 y 5 gigahercios). Aquí se puede disfrutar, por ejemplo, de la radio de Bang & Olufsen además de los servicios de streaming de Chromecast, AirPlay 2 o Spotity Connect.
El dicho más popular y sencillo en cuanto a consumo se refiere (más allá del “Si funciona, no toques”) es ese otro de “Lo barato sale caro“. Y la mayoría de las veces se cumple. De lo que no estoy tan seguro es de que funcione al revés, es decir, que lo caro salga barato. Aunque hay veces…
Por ejemplo, este Level está diseñado y construido modularmente. Cuando lo abres, ves que sobre un chasis están firmemente atornillados los componentes básicos. Eso tiene dos interpretaciones. Alguno dirá que con el tiempo se pueden producir mínimos desajustes que originen vibraciones. Y eso, en un equipo de sonido, es fatal. En el lado de los optimistas, dirán que si está bien construido no tienen por qué ocasionarse esos desajustes y que en caso de que se estropee una pieza se podrá cambiar sin problema.
Más arriba he citado el diseño y la construcción en último lugar, aunque podría haber sido en otro orden porque es fundamental en este equipo. Y no sólo porque el diseño nórdico, danés en este caso, sea uno de los más reconocidos en las últimas décadas, sino porque sin contar con un gran diseño sería impensable un equipo tan versátil y balanceado, programado para durar y para sonar con una calidad fuera de lo habitual.
Si (
No(
