Diseñado por Jean Bugatti, en los años 30 nace el Bugatti Type 57 SC Atlantic, uno de los modelos más icónicos de la marca francesa.
Una historia un tanto intrigante
En sus inicios, tan solo 4 unidades salieron de la fábrica Molsheim de Bugatti durante los años 1934 y 1939, pero uno de ellos fue siniestrado y otro desapareció durante la Segunda Guerra Mundial, el famoso conocido como “La Voiture Noire”, el coche personal de Jean Bugatti, del cual se fabricaría un nuevo modelo único de la marca en 2019 bajo el mismo nombre como homenaje a la joya desaparecida. Hoy en día se conservan dos ejemplares y concretamente este mismo se ha podido ver recientemente en la exposición Motion, Autos, Art & Architecture que comisiona el arquitecto Norman Foster en el Museo Guggenheim de Bilbao junto con otros coches de renombre como el “Ferrari 250 GTO”, “Pegaso Z-102 Cúpula”, el “Lancia Stratos Zero”, “Alfa Romeo BAT 7” y los famosos “Firebird” de General Motors. Este vehículo concretamente ha sido prestado por el Mullin Automotive Museum de California.
También llamado como Bugatti ‘Atlantic’, era el competidor por excelencia del Alfa Romeo 8C 2900 por el título del primer superdeportivo de la historia.
Las 4 unidades
Por orden de fabricación estas son las 4 unidades con un pequeño resumen de su historia:
Chasis Nº 57374:
Fabricado en 1936, esta unidad fue vendida originalmente a un miembro de la familia Rothschild, que reside en Londres en aquellos años, pocos años después lo mandó de vuelta a la fábrica para que le instalaran un supercargador. En 1941 vendió el coche y después de pasar por las manos de varios propietarios en 1945 se exportó a Los Ángeles, donde tuvo varios dueños y fue modificado varias veces hasta que en 1971 se vendió por 59,000 dólares en una subasta. Aquí lo compró Peter Williamson, un famoso coleccionista de Bugatti de la época, que durante los 30 años siguientes lo estuvo restaurando a estado original. En el concurso de elegancia de Pebble Beach del 2003 finalmente lo presentó, ganando ahí el premio de “Best of Show”. En el 2008 Peter falleció, y su familia organizó una subasta benéfica donde subastaron varios coches, excepto este, que se vendió de manera privada en el 2010 por unos 35 millones de dólares. Fue comprado por Peter Mullin, propietario del Mullin Museum, donde ha estado expuesto desde entonces. Durante los últimos años ha estado expuesto en varios eventos, siendo su última exhibición en la exposición Motion, Autos, Art & Architecture que comisiona el arquitecto Norman Foster en el Museo Guggenheim de Bilbao
Este maravilloso coche ha participado y ganado diversos concursos de renombre como Arizona Concours d'Elegance en 2017, Petersen Automotive Museum en 2010, Concorso d’Eleganza de Villa d’Este en 2013, Pebble Beach Concours d'Elegance en 1990, 2003 y 2021.
Chasis Nº 57453:
El más famoso de todos, una de las leyendas del mundo automovilistico, este es el denominado “La Voiture Noire” o “El coche negro” en español, esta unidad fue la segunda en salir de fabrica y la unica en salir con el supercargador directo de la fabrica, fue originalmente comprada por el piloto de carreras Nico. E. Embricos aunque según apunta la información que hay lo compró Jean Bugatti poco después. El 18 de Febrero de 1941, durante la guerra se cargó en un tren que estaba sacando varios coches de Francia, desgraciadamente el coche no llegó a su destino, a día de hoy no se sabe que ocurrió con él.
Chasis Nº 57473:
La tercera unidad fabricada, entregada en diciembre de 1936 a Jacques Hozschuch, igual que la primera unidad años después volvió a Bugatti para algunas modificaciones entre las que se encontraba la instalación de un supercargador. Estuvo durante 16 años en manos del mismo dueño, hasta 1952 cuando fue comprado por una mujer francesa para su amante, 3 años después, mientras conducían este coche, fueron arrollados por un tren, falleciendo ellos y quedando el coche totalmente siniestrado. Los restos fueron comprados por un entusiasta de la marca, Paul Andre Berson, que 10 años después consiguió “restaurarlo” aunque como era de esperar el coche era prácticamente un coche nuevo, habiéndose restaurado sin usar practicamente piezas originales (de las cuales él mantuvo muchas con la esperanza de en un futuro tener más dinero para poder restaurarlo bien).
Años después el coleccionista frances Nicolás Seydoux compró el coche “restaurado” (las piezas restantes las mantuvo Paul André Berson). Nicolas Seydoux lo expuso en varios eventos y finalmente en el 2006, fue vendido a través del broker suizo Lukas Huni a un importante coleccionista español residente en suiza, que es el actual dueño. Éste consiguió también comprar las piezas originales de Paul Andre Berson y finalmente, gracias al experto en Bugatti en Estados Unidos Paul Russel, se restauró el coche de la mejor manera posible. En el Pebble Beach Concours d'Elegance en el 2010 se enseñó el resultado final, aunque desgraciadamente, debido a su pasado y a las múltiples restauraciones algunos puristas lo consideraron una “réplica”.
Chasis Nº 57591:
Y este fue el último Type 57 SC Atlantic en salir de la fábrica, casi 2 años después de las primeras 3 unidades. Entregado originalmente a Richard B. Pope, un coleccionista inglés y matriculado ahí con matrícula “EXK6”, se mantuvo durante 20 años en las manos del mismo propietario. Después este lo vendió a Anthony Bamford, otro coleccionista inglés, y finalmente en 1988 el diseñador Ralph Lauren lo compró y fue entregado al experto en Bugatti Paul Russel para que lo restaurara, se repintó de negro y finalmente en el Concours d’elegance de Pebble Beach de 1990 se presentó el resultado final, ganando varios premios y siendo considerado por muchos el Type 57 SC Atlantic mas original.
Un diseño emblemático
El Bugatti Type 57 SC Atlantic está considerado como uno de los vehículos más raros y valiosos del mundo que, vincula la arquitectura, la escultura, la pintura, la fotografía o el cine con la dimensión artística del automóvil.
Su forma característica de gota de agua, su carrocería de aluminio y la aleta dorsal, son algunas cosas que se convertirían en el distintivo de la marca, otorgándole al vehículo una aerodinámica exquisita para su época. También otros elementos como la parrilla en forma de herradura han sido la seña de identidad de la firma francesa. Esta verdadera joya de la historia de la automoción, considerada como uno de los vehículos más raros y valiosos del mundo, vincula la arquitectura, escultura, pintura, fotografía o cine con la dimensión artística del automóvil.
Hablamos del Bugatti más deseado de la historia, no hay nada como este coche y lo saben todos los expertos del automóvil. Cada una de las tres unidades existentes en la actualidad tienen un valor aproximado de 120 millones de euros, aunque probablemente la unidad del conocido diseñador de moda Ralph Lauren sea una de las más valoradas.
Presenta un frontal singular formado por dos guardabarros delanteros unidos por remaches en los cuales van alojados dos faros de época. Detrás se deja ver la famosa parrilla en forma de herradura con el emblema de la marca en lo alto.
La forma de gota
A ambos lados del vehículo se puede observar la largura del mismo, realzando la silueta semicircular de la parte trasera. El compartimento motor es una de las partes más largas del auto, llegando a finalizar en la zona media uniéndose con el habitáculo. Las ventanas tienen forma de gota de agua dividida en dos con esquinas redondeadas, siguiendo la misma forma en el marco de la puerta. Estas son de tipo suicida, es decir, se abren en dirección contraria a la normal. El guardabarros delantero deja ver la llanta cromada circular con un ribete en su centro, pero el trasero oculta la llanta del eje posterior dejando únicamente ver la parte lateral desmontable del guardabarros. En la parte central del coche se disponen varias salidas de aire conjuntadas con varillas cromadas decorativas.
Además, algo muy curioso de la exposición, es que junto a él se encontraba una figura llamada “Pantera al acecho”, junto a ella se encuentra el mítico elefante bailarín, un símbolo de arte, artesanía, historia y belleza, ambos siendo obra del tío de Jean Bugatti, Rembrandt Bugatti. Estas dos figuras representan su gran afín de la familia Bugatti con el mundo del arte y la arquitectura.
La perfecta aleta dorsal
La parte posterior hace ver lo elegante y glamurosa que es esta obra de la automoción. A primera vista se puede ver la aleta dorsal que separa por la mitad la trasera dividiendo a media altura dos ventanales con forma cuadrada con esquinas redondeadas. Justo debajo se halla una circunferencia perfecta que esconde el maletero con una línea muy cuidada. La caída del techo y los guardabarros traseros confluyen en la base trasera inferior redonda. Cuenta con seis colas de escape juntas en el lateral izquierdo que como curiosidad es un tanto llamativo.
El glamour de los interiores de los años 30
Dentro del habitáculo predomina la ligereza y la sensación de aireado. Además, se pueden ver los materiales artesanales de la época como la madera, cueros, pieles y piezas de metal cromadas. La vista a través del parabrisas es de lo más sugerente debido a la elevación de las aletas sobre el capó.
El interior está muy bien estructurado y con un diseño cuidado, con buenos materiales elegidos para los asientos con respaldo corto e instrumentación. El volante predomina con su gran dimensión circular saliente sobre una larga columna de dirección cromada. Todo el panel de instrumentación está acabado en madera, los relojes con marco cromado y los asientos de cuero azul. El resto del habitáculo está forrado en piel beige salvo los marcos interiores de las ventanas que van en madera y la parte baja de las puertas que son de cuero azul.
El artículo está elaborado con la colaboración de @hoymatriculado.