www.zonamovilidad.es

Con el navegador en el bolso

Por Pilar Bernat
x
pbernattelycom4com /7/7/16

Escucha la noticia

Una de las ventajas que nos aporta el uso de un tablet, sea cual sea su tamaño, es la posibilidad de utilizarlo como navegador GPS. De hecho, casi todas las marcas comercializan como accesorio el soporte para el coche.

El GPS que incorporan los terminales multimedia, hoy, basan su funcionamiento en dos fases llamadas técnicamente Almanac y Ephemeris, las cuales conforman el sistema de geoposicionamiento asistido (A-GPS). Básicamente, funciona igual para todos los móviles, tablets, MIDs o webooks que incorporan GPS; por tanto, la diferencia reside en el programa de navegación, en la cartografía, en los servicios asociados y en la antena que equipan. Android, por ejemplo, utiliza por defecto Google Maps y Navigator; Blackberry integra Bing Maps o su sistema propietario, Nokia tiene su famosísimo sistema propio (hasta hace pocos meses OVI), etc.

En un tablet
Si tomamos como ejemplo el nuevo tablet PlayBook de RIM, vemos dentro de las aplicaciones integradas Bing Maps, programa que, al abrirse, enciende directamente el GPS. La mayor o menor velocidad de posicionamiento depende, como decíamos, de la antena integrada en el chip y del lugar en que nos encontremos (por los obstáculos físicos).
Pero con la llegada de los tablets al mundo de la navegación GPS, hay otra serie de ventajas que debemos tener en consideración, ya que podemos disfrutar de ellas con mayor comodidad y precisión: así, las vistas satelitales o de pájaro con fotografía real, la información de tráfico, los puntos de interés, la posibilidad de combinar nuestra situación con aplicaciones de realidad aumentada, el acceso a Internet si necesitamos más datos, la capacidad de ver fotos y vídeos sobre nuestra ruta, los mapas en 3D, etc.
En el caso de Bing Maps (con cartografía de Navteq y escala), menos conocido que los sistemas de Google o Nokia, ofrece las coordenadas geográficas, varios tipos de vistas (especialmente interesante resulta la combinación de vista de pájaro con brújula), información del tráfico, locales de restauración etc.; además, cuando ampliamos el mapa, pasa automáticamente al modo cartografía sobre imagen real.

Cómo funciona
Para empezar, cuando pulsamos sobre la aplicación mapas y activamos el GPS, aparece una primera situación que nos aporta una idea del lugar en que nos encontramos, pero con un amplio margen; incluso de varios kilómetros. ¿Por qué? Porque la fase Almanac realiza una aproximación apoyándose en las estaciones base de telecomunicaciones (WiFi en algunos casos, celular en la mayoría) y en un servidor que gestiona la información y que guarda los datos incluso durante meses.
La magia, lo que distingue unos terminales de otros, lo que ennoblece y da categoría al sistema de localización del dispositivo, es el tiempo que tarda en indicar exactamente dónde estamos y en comenzar el seguimiento; es decir, en pasar a la fase Ephemeris y recibir los datos exactos (coordenadas) de un número de satélites geoestacionarios (cuantos más, mejor) que detallan nuestra posición.

No conviene olvidar que, salvo en aquellos sistemas en que los mapas se descargan y permanecen residentes en el terminal, es necesaria una conexión celular o WiFi para ver tanto los mapas como la información añadida.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios