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Llega la nueva gama de iPhone y cuento mi experiencia con la anterior
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Llega la nueva gama de iPhone y cuento mi experiencia con la anterior

Por Javier López Tazón
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javierlopezgmailcom/11/11/17
lunes 08 de septiembre de 2025, 18:30h

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En breve se conocerán los nuevos iPhone, Apple Watch y, probablemente, AirPods, y aprovecho para contar mi experiencia con el iPhone 16 Plus, el iPad (A 16) y el Apple Watch 10.

Ya hace un par de semanas que la convocatoria de Apple para presentar la gama de iPhone 17 y acompañantes llegó a los buzones de entrada. La fecha, el martes día 9 de septiembre, previsible. La hora, también la habitual: las siete de la tarde en la Península. Y también está bastante trillado lo que se espera de la presentación, desde la nueva generación de iPhone 17 incluyendo el iPhone 17 Air hasta los nuevos Apple Watch Ultra.

Apple se ha convertido en una de las compañías más predecibles. La máxima de “si funciona, no lo cambies” se aplica a machamartillo y las presentaciones son calcadas año tras año excepto por la nomenclatura de los equipos y la mejora de las características. También es verdad que, para ser justos, es algo que hace la mayoría de las marcas. Una vez que dan con su tono y se sienten cómodos, aplican la misma norma: “si funciona, no lo cambies”. Los cambios se quedan para los nuevos o aquellos que creen que tienen cartas para intentar alguna disrupción. Pero ni en el año de la inteligencia artificial ha sido así.

En el periodismo tecnológico, habitualmente trabajamos con dos conceptos muy cercanos: noticia y novedad. Mientras el primer término se refiere algo que ha sucedido recientemente y que es relevante para un gran grupo de personas, el segundo hace referencia a algo que aparece y que antes no existía. Y, en muchas ocasiones, nos dejamos deslumbrar más por esta segunda vertiente que por la primera. En tecnología, la novedad prima, ya sea en un producto, en la forma de utilizarlo... de ahí la búsqueda permanente de los efectos demo.

Y en poco más que un efecto demo se he quedado la parte más visual de la Apple Intelligence que he podido experimentar en estos últimos meses. Cuando eclosionó la inteligencia artificial aplicada a los móviles, la postura de Apple me pareció de lo más sensata: en lugar de encender a tope el ventilador y salpicar de IA todo lo que se pueda, su propuesta era aplicarla en funciones en las que tuviera todo el sentido para mejorar procesos, agilizar tareas... Es decir, hacer un trabajo sordo, por debajo de las aplicaciones y en local, sin acudir a la nube.

El paso de Apple se quedó corto y, al final tuvieron que buscar refuerzos para los trabajos más pesados, pero siguen con su hoja de ruta.

Volviendo a aplicaciones visuales de inteligencia artificial en iPhone, no me ha dejado un buen regusto. He trabajado con equipos de Apple desde antes de que existiera el iPhone y, generalmente, las experiencias siempre han sido muy positivas: manejo muy intuitivo, buen rendimiento, suavidad... pero la generación de Genmojis, por ejemplo, me parece poco avanzada y lo mismo me ha sucedido con la edición de fotografías: el recorte de objetos o personas termina siendo bastante burdo. Sinceramente, me esperaba algo mejor. Incluso cuando recortas lo que la propia función Limpiar te sugiere, el fondo que crea es bastante deficiente.

Hay funciones de AI que, en cambio, se agradecen, desde reordenar los correos electrónicos hasta la generación de resúmenes.

No puedo poner una fecha, pero he ido probando equipos de Apple desde mucho antes de que se pusieran de moda cesiones que tienden a cubrir el ciclo de vida de un modelo. En iPhone, iPad y Apple Watch, por ejemplo, las cesiones son anuales. Hace unos años, el que suscribe estaba en el grupo top, pero ahora me han ido degradando. Este año, en lugar de el modelo más “premium”, Apple me ha dejado el iPhone 16 Plus. En el iPad, tampoco me ha tocado el Pro, mientras que en el Apple Watch he salido ganando. En el paso del series 9 al 10, el modelo cedido ha sido el de titanio con pulsera Milanese.

Y ¿sabéis qué? El cambio a modelos menos “premium” no ha resultado traumático. He perdido ciertas funciones, pero la sensación de “estar en casa” se mantiene. El iPhone no cuenta con la pantalla siempre encendida, algo que resulta bastante cómodo pero no es para nada fundamental y en el caso del iPad no cuenta con Face ID para desbloquearlo, pero he redescubierto que el sistema de huella dactilar no está nada mal.

Lo que echo de menos en el móvil es una mejor cámara. Me falta un tele más largo, como el de los pro. Y en el iPad, lo que más me molesta es lo que otros muchos (sobre todo en este) apreciarán: es dorado y con el smart folio ¡amarillo!

En el lado contrario, me encanta la elegancia del Apple Watch series 10. Es sensiblemente más fino que el anterior y tiene una pantalla mayor, algo que, conforme pasa el tiempo, se va agradeciendo.

Para la presentación de este septiembre, se espera la nueva gama de iPhone 17, que incluiría el más delgado y ligero iPhone 17 Air, pero que dejaría en el cajón los modelos Plus; renovación de los Apple Watch, tanto la serie 11 como nuevos Ultra y los rumores apuntan a unos nuevos AirPods 3. En breve lo veremos.

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