Si no sabes de qué va, la tarea de ver las diferencias entre los iPad Pro y Air cuando los pones uno junto al otro, es complicada. Sobre todo, de frente. Si se trata de la parte trasera, ahí sí se puede ver con claridad. Al menos una.
Y es que Air y Pro comparten diseño, procesador, sistema operativo, compatibilidad con el puntero Apple Pencil, con los teclados Magic y Smart Keyboard Folio... Son casi la misma máquina. Y, teniendo en cuenta su rango de precio, la diferencia tampoco es tanta cuando se comparan modelos con la misma capacidad de almacenamiento (256 gigas): 849 el iPad Air y 989 el iPad Pro. Son 140 euros entre el tope de gama y el segundo.
Pero el precio del Air de entrada sí convierte esta tableta en más atractiva: 679 euros con 64 gigas de memoria de almacenamiento. Es poco, y enseguida se va a llenar, aunque hay dos formas de esquivar el problema: almacenamiento en nube utilizando tanto iCloud como, por ejemplo, los servicios de Amazon o Google y la posibilidad de sacar fotos, vídeos y documentos a un disco duro externo a través del puerto USB-C, con 10 gigas de velocidad de transferencia.
Aunque, si es por dinero, ahí está el humilde iPad a secas, a partir de 379 euros. Y eso si es un salto de precio importante.
El poder del M1
Los iPad actuales presumen sobre todo de procesador. Y con razón, porque el M1, y en general el viaje de toda la gama informática de la casa de la manzana mordida hacia Apple Silicon (arquitectura ARM), está dándole unos resultados magníficos.
De hecho, El iPad Air con el procesador M1 consigue un rendimiento netamente superior al A15 Bionic. Esta nueva generación de iPads se mueve con la misma suavidad que los ha convertido en míticos.
He estado utilizando el nuevo miembro de la familia con aplicaciones de escritura, con juegos (algunos pesados en gráficos), con reproducción de vídeo y con otras aplicaciones de menor consumo como Pages (procesador de texto), navegación web y correo, mucho correo.
El resultado en todos los casos ha sido notable. Como he comentado más arriba, creo que en ningún momento he echado de menos el iPad Pro. Bueno, miento. Me ha llevado algo de tiempo acostumbrarme a utilizar la huella dactilar. Y aquí enlazamos con una de las diferencias importantes, pero que no se ven a simple vista: la cámara frontal.
Sólo una cámara frontal
Para conseguir un desbloqueo por reconocimiento facial que sea seguro y eficaz hace falta un montaje importante. Apple resuelve su Face ID mediante un sistema de cámaras y sensores llamado TrueDepth Camera, que incluye la cámara frontal, un proyector de 30.000 puntos que dibujan la cara del usuario en tres dimensiones más una cámara de infrarrojos que captura esa forma... Es el sistema de desbloqueo que utilizan los iPhone de gama alta y los iPad Pro.
Sin embargo, el iPad Air lleva una cámara frontal "normal". Renuncia al desbloqueo facial y, en su lugar, opta por el Touch ID, un escáner de huellas dactilares colocado sobre el botón de encendido. Apple ya demostró su dominio del lector de huellas con los iPhone y ahora lo hace con un escáner mucho más pequeño que funciona perfectamente. Sólo te tienes que acostumbrar. Y se tarda un poco.
Renuncia al desbloqueo facial y, en su lugar, opta por el Touch ID, un escáner de huellas dactilares colocado sobre el botón de encendido
Cuando he escrito normal para referirme a la cámara delantera del iPad Air he entrecomillado el término para destacarlo. Aunque se puede decir que es normal al menos en su categoría, porque lo habitual ahora es que la cámara frontal mantenga enfocado al usuario mientras, por ejemplo, realiza una videoconferencia. A esta función, Apple la llama Center Stage.
Para ayudar en videollamadas multitudinarias, el sensor es un ultra gran angular de doce millones de píxeles.
Y sólo una cámara trasera
La cámara trasera también es de doce megapíxeles. Es un gran angular. Y aquí es donde la diferencia con el iPad Pro es obvia: un único objetivo frente a los tres del Pro y no comparte el sistema de enfoque por láser.
La verdad es que utilizo muy poco la cámara trasera de las tabletas. Para probarlas y, más adelante, para alguna aplicación de realidad aumentada (efecto demo) o para capturar imágenes y retocarlas con el Apple Pencil.
Evidentemente, hay una gran diferencia entre contar con tres cámaras (y además con objetivos enormes) y tener una única opción. Pero cada vez se está resolviendo mejor la fotografía digital acudiendo a inteligencia artificial. Y de eso está bien dotado el M1 con su neural engine de 16 núcleos.
Pero, si alguien piensa que va a utilizar el iPad para fotografiar o hacer vídeos, que se piense en la opción Pro. Una vez que el vídeo está hecho, se puede editar y compartir en el Air prácticamente con la misma solvencia que en un Pro, tanto por la potencia gráfica y de CPU, como por la propia pantalla. La del Air es de 10,9 pulgadas y se ve suficiente para editar vídeo en ella. Tiene una resolución de 2.360 puntos por 1.640, lo que le da una densidad de 264 puntos por pulgada. Y tiene una adecuada covertura antirreflejos.
iPad + Complementos
Además del puerto USB-C que permite una rápida transferencia de contenido desde y hacia cámaras, discos duros, monitores externos (hasta 6k), cuenta con el Smart Connector, el conector de tres pines que permite acoplarle el Magic Keyboard. Por cierto, con un iPad (Air o Pro) equipado con el Magic Keyboard (339 euros) -o incluso el Smart Keyboard Folio (199 euros)- ¿para qué quieres un portátil?
Una de las fortalezas de Apple es mantener su propio sistema operativo y fabricar su hardware. Conoce como nadie los entresijos del sistema y puede adecuar y sacar el máximo rendimiento incluso con características menos exigentes que la competencia.
En este caso, el iPad Air cuenta con iPadOS 5.4, un sistema operativo probado y comprobado con una multitarea más versátil y sencilla que en versiones anteriores, los Widgets conviven mejor con las apps en las ventanas y el sistema de tomar notas con el Apple Pencil sobre la aplicación Notas, aplicaciones, la pantalla... resulta muy práctico. Eso sí, todavía me da miedo perder el lápiz. No me fio de la sujeción magnética y lo compruebo casi constantemente.
Si (
No(
