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Oral-B iO Series 10
Oral-B iO Series 10 (Foto: JLT)

Prueba Oral-B iO Series 10, limpieza espacial a precio estratosférico

Por Javier López Tazón
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javierlopezgmailcom/11/11/17
martes 08 de noviembre de 2022, 09:00h

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El cepillo de dientes Oral-B iO series 10 se libera del móvil y pasa la inteligencia a la base de carga. Es la diferencia entre las series 9 y 10, además de unos detalles de diseño. Y el precio, claro.

Los cepillos Oral-B iO de las series nueve y diez apenas se diferencian entre ellos en el color y la terminación de la superficie. Unas incrustaciones en el cuerpo del cepillo le dan un toque como de decoración espacial (sobre todo, el negro) a la vez que transmiten la sensación de un mejor agarre.

Mismo funcionamiento, con toques de diseño renovado

Pero las funciones de limpieza son las mismas. La serie nueve se colocó en la cúspide de la limpieza dental de los cepillos de rotación gracias a su motor lineal, los siete modos de limpieza (desde la diaria, hasta el blanqueamiento o la limpieza de la lengua) y los movimientos de rotación y vibración del cabezal. Estos últimos son los responsables de una limpieza que arrastra la placa y limpia en profundidad, mientras que al motor lineal se debe una de las ventajas de los Oral-B iO: el poco ruido.

Siguiendo la máxima universal de "si funciona, no toques", la nueva serie diez ha mantenido todas esas características. Vamos, que por eficacia de limpieza tanto monta monta tanto.

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Otra característica que comparten es la gamificación de la limpieza de dientes. Con ella se pretende que nuestra higiene dental sea como debe ser y como permiten los cepillos eléctricos y también que mejoremos los hábitos y los incorporemos para siempre.

Si oprimimos el cabezal con demasiada fuerza, se pondrá en rojo y nos avisará de que podemos dañar las encías

En los dos casos, al usuario se le reta a que mantenga el anillo luminoso del cepillo en el color verde. Si oprimimos el cabezal con demasiada fuerza, se pondrá en rojo y nos avisará de que podemos dañar las encías. Si, por el contrario, no hacemos la presión suficiente, lucirá en azul. Solo cuando está en verde indica que estamos haciendo la fuerza correcta para limpiar sin dañar.

La innovación llega en la base

Llegados a este punto, la pregunta pertinente es la misma que nos hacíamos algunos periodistas de tecnología en la presentación española del nuevo modelo: pero ¿dónde está el cambio? La respuesta hay que buscarla fuera del propio cepillo de dientes. Y no, la diferencia no está tampoco en la aplicación ni en modos distintos, sino en la base de carga.

La base es ahora magnética, muy parecida a la de la maquinilla eléctrica Gillette Labs y cuenta con una pantalla en la que se asoma un reloj. Pero su función especial es que muestra mediante seis arcos de luz LED el progreso de la limpieza, como hacía (y sigue haciendo) la aplicación Oral-B.

La ventaja evidente es la independencia del móvil. Ya no te tienes que llevar el teléfono al baño para lavarte los dientes (si es que lo hacías). Pero tiene alguna desventaja. Por ejemplo, yo no tengo permanentemente enchufado y cargando el cepillo. He calculado que cada lavado con el modelo anterior consume una décima parte de la batería, así que lo pongo a cargar cada tres días. En el caso del nuevo, el Series 10 consume algo menos y carga más rápido, así que probablemente con cargarlo tres horas cada cuatro días sería suficiente. Pero, si se quieren tener las ventajas de la nueva base iO Sense, hay que mantenerlo conectado.

Por otra parte, la base de carga -al menos es mi caso- no está en el campo visual directo cuando me lavo los dientes. Haciendo memoria, en la mayoría de los baños que conozco, los enchufes están en las zonas laterales, algo alejadas de los lavabos, por eso de la seguridad eléctrica, entre otras cosas. Así que, si quieres comprobar cómo va la tarea en la base, lo más seguro es que tengas que girar la cabeza y mirar de lado durante el proceso.

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Experiencia de lavado

La verdad es que llevo ya años utilizando este tipo de cepillos dentales y creo que mi rutina es correcta, aunque siempre dura más de los dos minutos recomendados y en la mayoría de las ocasiones me acerco a los tres. Por ese motivo no suelo comprobar el historial ni los progresos en las aplicaciones, ya sean de Philips o de Braun. Los controles del dentista también me confirman una buena higiene dental. Y, sin embargo, no logro que el Oral-B iO me dé el aprobado en todos los sectores de la boca.

Mediante una serie de sensores, el cepillo sabe qué sector estás trabajando en cada momento

Se supone que, mediante una serie de sensores, el cepillo sabe qué sector estás trabajando en cada momento. Pero no lo logro. Los sectores centrales superior e inferior los controla bien, los del lado izquierdo, también, aunque algo peor, pero el lado derecho lo pierde, sobre todo el superior. He probado a cambiar la postura manteniendo el cepillo más vertical, pero tampoco.

El Oral-B iO 10 con su estuche de viaje

Una diferencia que puede parecer intrascendente, pero que a mí me ha parecido un avance, es que el alimentador y el cable sirven ahora tanto para la base de carga como para el estuche de viaje. Eso sí, este último sólo tiene espacio para un cabezal. A cambio, al comprar el Oral-B iO, además del cepillo, un cabezal, el cargador y la caja de viaje, viene un estuche para guardar dos cabezales más.

Hombre, por lo que cuesta, podría traer incluso más de un cabezal de repuesto. El precio oficial es de 499,95 euros. Se puede optar por dos colores: Cosmic Black y Stardust White, muy espaciales los dos. A mí me gusta más el negro.

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