El nuevo iPhone 14 Pro es la demostración de que Apple va por libre. Cuando todos los fabricantes de móviles en el entorno Android se esforzaban en la pelea por tener cámaras con más y más píxeles, en Cupertino se mantenían fieles a los doce millones; mientras la competición en el territorio Google era por dar más RAM, los herederos de Steve Jobs se contentaban en el ámbito de las dos o las cuatro gigas. Y lo mismo sucede en los procesadores: ¿qué fabricante de móviles de gama alta no los equipa con SoCs de ocho núcleos? Todos, menos Apple. Eso, por no hablar de los orificios en las pantallas...
Lo cierto es que el empeño de Apple por mantener el control de hardware y software en la propia casa es todo un éxito. Con menos logran más. Y lo demuestran los test de rendimiento que han colocado a los últimos modelos de iPhone muy por encima de los resultados que logra cualquier móvil Android. Incluso los que llevan el A15 Bionic.
Así que el iPhone 14 Pro que he estado probando estos días está, en cuanto a rendimiento, en la cima de la pirámide. Y eso que "sólo" cuenta con seis gigas de RAM, por debajo de cualquiera de gama alta del mercado. Y "únicamente" tiene seis núcleos, cuando cualquier gama media presume de procesador octacore.
Cámara
Así que aquí no vale comparar las tablas de especificaciones, son dos ligas diferentes. Apple también va por libre en cuanto a las cámaras. Justo en este iPhone 14 Pro se han decidido a saltar a los 48 millones de píxeles para la cámara principal. Y a otra tecnología que lleva ni se sabe en el mundillo Android: el pixel binning o la combinación de cuatro píxeles en uno solo mayor y muchísimo más luminoso.
Y la verdad es que ambas características le han sentado muy bien a un apartado fotográfico que Apple tenía ya muy bien resuelto. No en vano, pueden presumir de que los iPhone son las cámaras fotográficas que más imágenes capturan en todo el mundo.
El cambio se nota fundamentalmente en la ganancia de luminosidad, por lo tanto, en el desempeño en ambientes poco luminosos. Y se aprecia una mejora sensible. También supone una mejora el paso intermedio en el tele corto. Al foco 0,5 (súper gran angular), 1 y 3 han añadido el paso 2, que puede resultar interesante para retratos a corta distancia, por ejemplo.
El efecto del súper gran angular con cielos nubosos es espectacular y si le queremos dar más dramatismo, un filtro blanco y negro o plata, da un éxito asegurado.
Dicen en Apple que la estabilización óptica grabando vídeo es similar a la que se logra con un gimbal. O mejor, puedo añadir. Para una prueba rápida lo he usado bajando las escaleras en casa, con la dificultad añadida de que el sistema de encendido automático siempre funciona con un cierto retraso por lo que se tiene que adaptar a una iluminación cambiante. El resultado ha sido muy bueno.
El cambio de tamaño de los sensores del súper gran angular y el gran angular (la cámara principal) logra mayor definición y permite ese zoom 2x mediante el recorte de la imagen. Evidentemente, el estabilizador también recorta los bordes de la imagen cuando grabamos vídeo, algo que deberemos tener en cuenta en los encuadres.
Al margen del mayor sensor y del aumento de píxeles, el apartado fotográfico es muy dependiente del SoC (System on a Chip). De hecho, Apple comunicó que el nuevo procesador A16 Bionic se orientaba precisamente a mejorar tres apartados: cámara, pantalla y eficiencia energética.
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Pantalla
En cuanto a la pantalla OLED -de 6,1 pulgadas en el iPhone 14 y de 6,7 en el Pro-, la llaman Super Retina XDR y cuenta con una resolución en el iPhone 14 Pro (es el que estoy probando) de 2.556 por 1.179 píxeles, que le dan una densidad de 460 puntos por pulgadas (el Pro Max tiene la misma densidad). La novedad más notable es que ahora es "siempre activa".
La pantalla always on no es ninguna novedad en el mundo Android e, incluso, Apple ya la aplica desde hace tiempo en sus Apple Watch, pero no la había llevado a los iPhone. El motivo probablemente es el consumo de batería y, ya se sabe, que la batería es uno de los puntos débiles de cualquier móvil. Y más en Apple.
Y, sin embargo, la pantalla siempre activa, a pesar de que tiene un evidente consumo, no le resta horas de autonomía. Sin ser, ni mucho menos, el teléfono con más autonomía del mercado, sí que me ha aguantado dos días de uso convencional, no intensivo. En caso de trabajar mucho con él, puede resistir un día sin pasar por la base de carga.
Aquí, de nuevo tiene que ver el procesador, que está construido con tecnología de cuatro nanómetros.
Pero, regresando a la pantalla, y siguiendo con el mismo lema de " Apple va por libre" que escribía al comienzo de este artículo, el "always on" o "siempre encendida" es diferente en el mundo iPhone que en el del resto de móviles. Generalmente, sólo mantienen una parte encendida, en un color y estática. Lo que hace Apple es rebajar el brillo drásticamente, pero manteniendo el color y la actualización de los widgets que hayamos elegido. Eso sí, también baja el refresco de la pantalla. Si la tecnología ProMotion se adapta desde un hercio hasta los 120, la pantalla siempre activa sólo se refresca una vez por segundo.
El brillo máximo típico es de 1.000 nits, pero el pico de brillo puede llegar a los 2.000 en exteriores y determinadas circunstancias.
Apple aplica un pequeño truco para que la batería consuma menos y es que aprende del uso que hacemos del móvil y llega a desactivar la pantalla por ejemplo cuando detecta que el móvil está boca abajo en una superficie o lo llevamos en el bolsillo, el bolso o la mochila.
Dynamic Island
Dejo casi para el final lo que más ha llamado la atención de la nueva familia 14 Pro: la isla dinámica. Y es otra demostración de lo mismo. Mientras el resto del sector en su totalidad busca cómo hacer más pequeños los agujeros de la pantalla, Apple los pone de moda.
La pastilla en la que se asoman los distintos sensores y cámaras que hacen posible Face ID, la tecnología de desbloqueo facial de Apple -la más segura y la que mejor funciona- se ha convertido en un centro de notificaciones y de control de aplicaciones. Ahora se magnifica cuando desbloqueamos una aplicación con Face ID, se customiza si reproducimos música, por ejemplo, y muestra una miniatura de la carátula y el símbolo de reproducción. Si pulsamos y mantenemos se despliega un minipanel de control desde el que podremos avanzar, retroceder... o parar la música.
Dos funciones curiosas
Hay una función nueva que no he probado todavía. Bueno, son dos. La primera es la alerta en caso de accidente de coche. Hasta ahora, existía para casos de caída. Si detectaba una caída brusca, pedía que respondieras; en caso de que no lo hicieras en un tiempo determinado, comenzaba una ronda de llamadas de emergencia a los teléfonos seleccionados. Ahora han llevado esa experiencia a los accidentes de tráfico. El problema está en cómo lo replicas para poder probarlo. Pensé en los autos de choque, pero me daba un poco de corte irme solo. Hace falta ir en grupo. Tal vez, más adelante.
Lo que no vamos a poder probar ni más adelante es la comunicación satelital en caso de emergencias cuando no hay cobertura móvil. Es un servicio prometedor, sobre todo para los más aventureros, pero que sólo va a estar disponible a partir de noviembre en Estados Unidos y en Canadá.
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Subida de precios
Los precios en esta ocasión sí han subido. Durante los últimos años, Apple ha mantenido los precios: el nuevo iPhone costaba lo mismo que el modelo anterior en su lanzamiento. Se han barajado varias explicaciones para la subida: desde la bajada del euro con respecto al dólar, algo que encarece las importaciones y, en definitiva, todo lo que traigamos de Estados Unidos es más caro, hasta la escasez de componentes. Esto último seguro que ha pesado en la decisión de repetir el procesador del iPhone 13 Pro en el iPhone 14. Pero de eso hablaremos en un par de días.
Para el iPhone14 Pro de 128 gigas (el básico), el precio arranca en los 1.319 euros. Si queremos algo más de memoria (recomendable), el de 256 gigas se pone en 1.449; el de 512 gigas cuesta 1.709 euros y ya si nos vamos a un tera de almacenamiento, se dispara a 1.969 euros. Para los modelos Pro Max, hay que sumar 150 euros en cada segmento, desde los 1.469 hasta los 2.119 euros.
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