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Stoov Ploov 12v
Stoov Ploov 12v (Foto: JLT)

Prueba del cojín térmico Ploov 12v, Stoov ha tenido una buena idea

Por Javier López Tazón
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javierlopezgmailcom/11/11/17
jueves 01 de diciembre de 2022, 14:08h

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El Ploov es un cojín térmico basado en infrarrojos de onda larga alimentado por batería. Aporta hasta 42 grados de calor directo al cuerpo durante dos horas y media. Si bajamos la temperatura, aumentamos la duración.

Estos últimos días he tenido que estudiar un poco sobre los rayos infrarrojos (IR). No creo que haya una persona en nuestros entornos que no haya manejado un aparato con IR. Está presente desde el mando a distancia de la tele hasta los calefactores. Incluso hay marcas de telefonía que lo integran en sus móviles para poder manejar equipos a distancia.

En esta aproximación a los infrarrojos, he tenido que aprender que su espectro es muy amplio y que, en función de la longitud de onda se divide en tres grupos básicos: corta, convencional y larga (en realidad, hay más: O, E, S, C, L y U). Y que una diferenciación básica es que mientras los IR de longitudes de onda más cortas alcanzan distancias más largas a más temperatura, los de onda más larga se caracterizan porque, aunque la transmisión sea peor, la absorción es mayor.

Éste es el principio que movió a Teun van Leijsen a meter un sistema de calor de infrarrojos en un cojín para que su mujer, que estaba embarazada, pudiera estar sentada en un banco al aire libre en invierno. Y así nació Stoov.

Yo no estoy embarazado (aunque, el tamaño de la tripa tiende a expandirse cuando llegan las fechas navideñas), pero sí he estado probando uno de los cojines de Stoov, el Ploov 12v ahora que el frío empieza a llegar.

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Calor y ahorro energético

La primera cosa que analizo de cualquier aparato es si funciona. Si cumple con lo que prometen. En este caso, la respuesta corta es sí. Al menos, en lo que se refiere a la función principal: es decir, da calor durante, al menos dos horas y media.

Pero los sistemas de Stoov -hay diversos modelos, desde el cojín-calefactor hasta una especie de manta que puede cubrir el respaldo, asiento y piernas de un sillón o desde una especie de bolsa de agua caliente de toda la vida a un cojín para mascotas- prometen más que calor: quieren participar en el abaratamiento de la factura de la luz o el gas.

La idea es que si te agarras a uno de estos cojines es probable que puedas bajar la calefacción un par de grados. Y eso, al final, es dinero. Bastante dinero. A diferencia de una manta eléctrica, por ejemplo, aunque ésta tuviera el mismo sistema interno de infrarrojos de longitud de onda larga, la alimentación es una batería de iones de litio (en mi caso de 2.600 miliamperios hora, que se podría sustituir por otra de 4.500) que se puede cargar en tres horas aprovechando el horario más barato.

Según los datos que aporta la compañía holandesa, basados en la Asociación de Consumidores de los Países Bajos, bajar un grado el termostato equivale a un ahorro del 7%. Lo han evaluado (no dan a qué fechas corresponde) en 80 euros por grado.

Pero, además de poder cargarla cuando sea más barata la electricidad, el sistema de infrarrojos lejanos (FIR) calienta mediante una vibración al entrar en contacto con el cuerpo (ojo, irradia calor solo por una de las caras en donde se encuentra el circuito de fibra carbono). En cambio, una calefacción, calefactores de aire o incluso de infrarrojos cercanos o convencionales calientan el aire que nos rodea.

También es común que incluso con la calefacción encendida, sintamos frío en alguna zona del cuerpo: las piernas, los pies, los riñones... Sin recurrir a sobrecalentar la habitación o la casa, podemos aplicar esta fuente de calor directamente en la zona fría.

Hasta aquí, lo que he podido probar como funciones del Ploov de 12 vatios. Pero, lo que no he podido comprobar en carne propia son otras características beneficiosas que Stoov recoge en su web, como la mejora de la circulación sanguínea, la reducción del dolor, mejora de la flexibilidad, reducción de la inflamación... Eso lo dejo al albedrío de cada cual y si lo necesita que consulte con su médico o fisio.

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Diseño

El almohadón Ploov 12v llega "desmontado": el relleno para un cojín de 43 x 43 centímetros, un forro en el que está fijado en la parte interior el circuito de fibra de carbono FIR (Far InfraRed) de 20 x 23 centímetros, con un bolsillo para colocar la batería y el cableado de carga y, finalmente, la tela exterior de 45 x 45 centímetros con cierre de cremallera y una abertura en la parte superior por donde asomará la solapa con el conector para cargar la batería, el botón de encendido y selección de la temperatura (tres posiciones) y los leds de indicación de potencia (uno, dos o tres encendidos) y carga (pulsando durante unos segundos lucirá con uno, dos o tres leds en función de la carga restante).

Se puede optar entre tres niveles de calor: 34, 38 y 42 grados mediante la pulsación alternativa en el botón de encendido. La batería da para unas seis, cuatro o dos horas y media en función de la temperatura que seleccionemos. Se puede elegir una batería de 2.600 o de 4.500 miliamperios hora. La primera tarda en cargar unas tres horas.

El sistema cuenta con protección contra el sobrecalentamiento. Los precios varían en función de los modelos y tamaños. El de 45 x 45 que he estado probando cuesta 89,95 euros. Pero una manta Big Hug puede llegar a los 160 euros. Eso sí, lleva dos circuitos de fibra de carbono FIR de 16 x 23 centímetros y batería de 4.500 miliamperios.

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