Actualmente, los sistemas de conducción autónoma se limitan a áreas geolocalizadas específicas, como barrios, y expandir estas zonas requiere enormes esfuerzos de ingeniería y recursos económicos. Además, la IA necesita actualizaciones constantes para adaptarse a nuevos entornos y situaciones, lo que representa un desafío continuo para la industria.
Siguiendo esta línea, según los expertos a pesar de la publicidad constante, el impacto de la conducción autónoma es limitado y los desafíos superan las capacidades actuales de la inteligencia artificial. Ante esto, Mary L. “Missy” Cummings, profesora en la George Mason University de Ingeniería Mecánica, Ingeniería Eléctrica e Informática y Ciencias de la Computación, ha explicado que la IA utilizada en vehículos autónomos se basa en principios similares a los de modelos de lenguaje como ChatGPT, lo que implica que no pueden comprender completamente el contexto o situaciones complejas, lo que podría llevar a errores graves en la conducción.
Los sistemas de conducción autónoma se limitan a áreas geolocalizadas específica
Actualmente, los sistemas de conducción autónoma se limitan a áreas geolocalizadas específicas, como barrios, y expandir estas zonas requiere enormes esfuerzos de ingeniería y recursos económicos. Además, la IA necesita actualizaciones constantes para adaptarse a nuevos entornos y situaciones, lo que representa un desafío continuo para la industria.
Por otro lado, los errores humanos en la conducción se trasladan a la codificación de la IA, y que los fallos de esta tecnología son difíciles de predecir. La IA no maneja bien las decisiones bajo incertidumbre y requiere mantenimiento constante para ser efectiva en entornos dinámicos como la conducción.
El Factor Humano en la Conducción Autónoma
Paralelamente, aunque los vehículos autónomos no requieren un conductor, el factor humano sigue siendo crucial en su funcionamiento. Las personas están involucradas en diversas etapas del proceso, desde el desarrollo del software hasta el mantenimiento de los sistemas. Por ejemplo, la recalibración de cámaras y sensores, esenciales para los sistemas ADAS, es una tarea que requiere intervención humana. En España, Carglass ha realizado cientos de miles de estas recalibraciones, lo que subraya la importancia del factor humano en la conducción autónoma.
El desarrollo de la conducción automatizada ha demandado enormes recursos económicos, y aún no está claro cómo se generarán ingresos sostenibles. Además, el mantenimiento de la infraestructura y el software es costoso, similar a la construcción del sistema en sí.
Como punto final, es importante entender que la ausencia de una regulación adecuada a nivel internacional y local es un obstáculo significativo para la adopción de esta tecnología.