Destaca por su gran potencia de aspiración, sencillez de uso, versatilidad e iluminación led frontal. En el lado opuesto, como en todos los aspiradores inalámbricos, la duración de la batería. Si las brujas volaban con escoba, era porque todavía no había buenos aspiradores sin cable. Si yo fuera bruja -creo que no he visto nunca […]
Destaca por su gran potencia de aspiración, sencillez de uso, versatilidad e iluminación led frontal. En el lado opuesto, como en todos los aspiradores inalámbricos, la duración de la batería.
Si las brujas volaban con escoba, era porque todavía no había buenos aspiradores sin cable. Si yo fuera bruja -creo que no he visto nunca un brujo volando excepto en Harry Potter y eso es ficción…-, me apuntaba a un aspirador como éste de Philips. Aunque me cercioraría de que el viaje iba a ser corto no vaya a ser que me quede sin batería a mitad de camino.
Mi mayor prevención a la hora de probar un aspirador inalámbrico era la potencia de aspiración. Y es ahí donde más me ha sorprendido. Con un motor con una succión superior a 1.000 litros de aire por minuto, extrae más cantidad de suciedad que un aspirador con cable alto de gama; vamos, muy alto de gama. Así que ha aprobado en la asignatura más exigente.
Pero uno elige un aspirador de este tipo porque se le supone más cómodo de utilizar. Y lo es. El punto fundamental no es tanto la libertad de no estar conectado a un enchufe en la pared (algo que se puede paliar, al menos en parte, con un cable de cinco o seis metros), sino prescindir del trineo. El SpeedPro Max de Philips es de tipo escoba lo que permite aspirar debajo de muebles sin tener que agacharse excesivamente; el sistema de giro del cepillo tanto en horizontal como en vertical hace que sea muy fácil llegar a todas las áreas.
La liberación del tubo que une la unidad de aspiración con el cepillo en los equipos de trineo también permite utilizarlo para acceder a esquinas, techos, rincones de escaleras e, incluso, encimeras o mesas. Para eso se vale del cepillo integrado y plegado en el propio tubo rígido como de otro cepillo complementario más pequeño que el dedicado para el suelo.
El juego de tres luces led en el frontal del cepillo resulta muy práctico.
Tiene, además un par de ventajas añadidas. Pueden parecer una tontería, pero cuando se usa unas cuantas veces, ya no lo es tanto. La primera es un juego de luces led colocadas en la parte frontal del cepillo principal. ¡Vaya tontada! Pues, no. Ayuda mucho a ver zonas de acumulación de polvo y también a dirigir la limpieza.
La segunda ventaja es que aspira tanto cuando se mueve hacia adelante como cuando se retira hacia atrás. Con un poco de práctica puede ayudar a acortar el tiempo de aspiración y esto es clave, porque la piedra de toque de estas máquinas es la duración de la batería. De hecho, yo he echado en falta una batería de recambio, un sistema de carga rápida y poder aspirar mientras se está cargando.
¿Y cómo va de batería?
Se tarda cinco horas en cargar completamente la batería de litio de 25,2 voltios y eso da una autonomía de 65 minutos en modo Eco, 30 minutos en modo Normal y apenas 20 minutos si le metemos el Turbo. Pero, claro, cuando te pones a aspirar ¿qué haces? ¿ponerlo suavecito, normal o llevarte todo el polvo que puedas de una pasada? Yo soy partidario de la tercera opción. El problema es que a mitad de la tarea, te quedas sin batería. Y como no hay batería extra ni carga rápida ni puedes seguir en modo conectado…
La extracción del depósito de suciedad es muy simple y sólo hay que cambiar un consumible, un único filtro.
El precio es de 480 euros, pero en la gran tienda on line que todos sabemos se puede adquirir por 449.
Si (
No(
