La Navidad no es sólo esa fiesta más o menos religiosa y familiar. Es también la gran campaña de ventas en la que las compañías se juegan el trabajo de todo el año. Podría parecer que estoy empleando la técnica de intentar atraer lectores con un titular para luego hablar de otra cosa. Pero no. […]
La Navidad no es sólo esa fiesta más o menos religiosa y familiar. Es también la gran campaña de ventas en la que las compañías se juegan el trabajo de todo el año.
Podría parecer que estoy empleando la técnica de intentar atraer lectores con un titular para luego hablar de otra cosa. Pero no. El título y la entradilla tienen relación. Lenovo, igual que el resto de fabricantes de un buen número de sectores, afronta la campaña navideña con la incógnita de comprobar si lo han hecho bien. En esta época se concentra una gran parte de las ventas del año y es el momento en el que se verá si responde a los gustos e intereses del público y si han sido capaces de calcular la demanda y responder adecuadamente. A lo largo del año, Lenovo ha ido mostrando su catálogo: portátiles, equipos para trabajar pero también para jugar, novedades en el hardware, pero también en el software, tabletas y altavoces inteligentes que trabajan con Google Assistant. Llega a la campaña más importante del año con un amplísimo porfolio que incluye desde portátiles que rondan los 300 euros hasta convertibles de la familia Yoga que cuestan casi 2.000.
Un despertador inteligente
Pero, ¿alguna novedad? Es una deformación profesional. Si no hay novedades, es difícil que hablemos de ello. Así que es una de las primeras cosas que olisqueamos. Y sí, hay novedades. Y aquí enlazo con el título. La novedad es el Smart Clock, un altavoz digital (Lenovo lanzó el año pasado, el en CES de 2018 su gama de Smart Devices) con la vocación de introducirse en el dormitorio. La pregunta inicial de los más reacios: “¿Y vas a meter uno de esos espías en el dormitorio?”. Primero, no tiene cámara; segundo, con un botón desactivas electrónicamente el micrófono. No es sólo ponerlo en mute sino que existe una desconexión física. Aunque le grites a todo pulmón no te va a oír. Salvado ese escollo, ¿por qué el dormitorio y qué tiene de especial para estar en esa habitación? En cuanto a la primera parte de la pregunta, parece ser uno de los lugares que eligen los usuarios para colocar los altavoces digitales, tras la cocina y el cuarto de estar. Por lo que se refiere a la segunda parte, han unificado en un único aparato características que ya tenían otros, junto con algunas propias y las genéricas de Google Assistant. Philips diseñó un tipo de despertador muy diferente a lo que estábamos acostumbrados. Se basaba en imitar la luz y los sonidos del amanecer. Iba aumentando poco a poco la intensidad de la luz y el volumen del sonido hasta que nos despertábamos. Este concepto lo ha adoptado Lenovo para su reloj inteligente. Su pantalla de cuatro pulgadas se apaga por la noche, y media hora antes de lo programado comienza a encenderse y a emitir el sonido elegido. Se pueden establecer rutinas para relajarse a la hora de acostarse y lo mismo para levantarse. Y, por cierto, simplemente dándole un toque, nos da otros diez minutos de sueño, el snoozer de toda la vida. La pantalla se puede utilizar también como centro de control de todos los equipos inteligentes compatibles de la casa. Algo probablemente más sencillo que manejarlos todos por voz. El Smart Clock tiene forma de prisma rectangular, con una pantalla de cuatro pulgadas y está recubierto de tela. Tiene botones físicos para desconectar y conectar el micrófono y para ajustar el volumen. Mide aproximadamente 11 centímetros de base, por 7,5 de alto y 7,9 de fondo y pesa 328 gramos. No tiene batería y, además, del cable de alimentación, en la parte trasera tiene un conector USB para cargar el móvil. El sonido lo proporciona un altavoz de 1,5 pulgadas y tres vatios de potencia con dos radiadores pasivos. Acaba de ponerse a la venta, a tiempo para la carta a los Reyes Magos, incluso para el ‘black Friday’ (este año será el 29 de noviembre) y tiene un precio que en Lenovo confían que lo va a convertir en un superventas: 89,99 euros.
En cuanto al resto del catálogo, del que ya se ha ido hablando en los últimos meses, yo incluiría en una lista ideal el Yoga S940, con procesadores Intel i7 de décima generación, un ordenador ‘importante’, y me encanta el Yoga A940, un todo en uno muy orientado hacia profesionales creativos, pero que nadie rechazaría en su mesa de trabajo.