El centro de estudios de la fabricante de coches alemana ha presentado una nueva novedad en el ecosistema de los coches inteligentes.
El asiento del conductor, equipado con 6 almohadillas de electrodos, será capaz de monitorizar el ritmo cardiaco del conductor a través de la ropa. Si las variantes de los latidos presentasen una irregularidad el coche alertaría al conductor y éste tendría que ir al hospital más cercano.
Pero esto no es todo. El coche, que está interconectado, sería capaz de autoconducirse a un lugar seguro para parar y, si el conductor estuviera inconsciente, llamaría sólo a los servicios de emergencia.
"Sabemos que los clientes gastan dinero en seguridad y, además, dentro de un futuro cercano no será raro ver a conductores de 100 años", afirmaba Pim van der Jagt, del centro de investigación e innovación de Ford.
Según las estadísticas las personas con problemas cardiovasculares tienen un 23% más de probabilidad de sufrir un accidente. Para los que tienen angina de pecho la cifra sube a 51%.