Precisamente fue un 2 de mayo de 1808 cuando un anecdótico caso impulsó a los madrileños a movilizarse y actuar contra la invasión francesa: los rumores hablaban de que el ejército galo escoltaría ese mismo día a los hijos de Don Antonio Pascual de Borbón, hermano del rey Carlos IV y tío de Fernando VII, fuera del país y rumbo a Francia. El temor de la salida de la familia real provocó que los madrileños se aglomeraran y enfrentasen a las fuerzas francesas en un intento desesperado por detenerlos.
El poder de los rumores y, sobre todo, de la defensa de los valores nacionales, en aquel momento representados por “lo nuestro”, con la Casa Real a la cabeza, llevó a la sublevación del pueblo español contra el yugo francés. Quién iba a decirle a aquellos madrileños tan bien retratados por el pincel del maestro Don Francisco de Goya que 216 años después los españoles íbamos a echarnos pestes mutuamente a nivel internacional y no seríamos capaces de trabajar a la par para defender “lo nuestro”.
“Lo nuestro” vale mucho
Son muchos los ejemplos que podríamos poner para hablar de “lo nuestro”: artistas de altísimo nivel como Pablo Picasso, Diego Velázquez o Salvador Dalí; compositores de la talla de Manuel de Falla, Enrique Granados o Joaquín Rodrigo; intérpretes como Paco de Lucía, Plácido Domingo o Lola Flores; poetas como Gustavo Adolfo Bécquer, Rosalía de Castro o Federico García Lorca; autores como Miguel de Cervantes, Camilo José Cela o Vicente Alexaindre; deportistas como Rafael Nadal, Mireia Belmonte o Fernando Alonso; inventores de la talla de Isaac Peral, Leonardo Torres Quevedo o Juan de la Cierva; y empresarios como Amancio Ortega, Emilio Botín o Rosa Oriol.
Todos estos son solo una minúscula parte de nombres reconocidos internacionalmente que representan lo que es nuestro, de todos los españoles: el talento, la lucha y el avance constante para superarse a uno mismo, cada uno en su área correspondiente.
“Lo nuestro” es también lo que construye el país y define a la España actual: cultura, patrimonio, historia, gastronomía, arte, deporte, turismo, fiesta, innovación…
Defendamos el talento español
A pesar de todas las cosas buenas que podríamos decir sobre nuestro país, el enfrentamiento interno está a la orden del día (sino que se lo digan a la clase política actual). Una histórica cita decía que "España es el país más fuerte del mundo: los españoles llevan siglos intentado destruirlo y no lo han conseguido". Unos (muchos) se la atribuyen al excanciller alemán Otto von Bismarck, aunque la realidad es que no hay pruebas de que estas palabras salieran de su boca.
La realidad, sin embargo, es que es totalmente cierta. Somos uno de los países con más presidentes asesinados (cinco: Prim, Cánovas, Canalejas, Dato y Carrero), numerosas guerras civiles, enfrentamientos internos y la compleja situación política y económica que atravesamos en la actualidad tiene al país dividido (cada cual que culpe a quien considere).
Pero la realidad también es que España es cuna de ingentes talentos, ¿y qué tiene esto que ver con la tecnología te preguntarás? Cualquier directivo nacional e internacional con el que he hablado me ha confirmado la máxima de que España es uno de los países con más talento tecnológico a nivel global. Nunca sabré si me lo dicen porque yo soy español o porque lo piensan de verdad, pero los datos no mienten: el talento tecnológico español crece a un ritmo del 4,3% interanual, según datos del Eurostat y la presencia de ejecutivos españoles en las grandes compañías tecnológicas es cada vez mayor.
Destacan nombres propios como Javier Oliván, el oscense es la mano derecha de Mark Zuckerberg en Meta, director de Operaciones de la compañía y el ejecutivo mejor pagado de la empresa; Darío Gil, el murciano es vicepresidente mundial de IBM y director de la división de Investigación de la compañía; Pilar Manchón, la sevillana es directora de estrategia de investigación en Inteligencia Artificial de Google Research; Carlos Olave, el madrileño es director global de Recursos Humanos de LG Electronics; Enrique Lores, el madrileño es CEO mundial de HP.
Así como David Carmona, el gaditano es vicepresidente mundial de Microsoft y director general de Inteligencia Artificial e Innovación de la compañía; César Cernuda, el asturiano es presidente mundial de Net App; Helena Herrero, la madrileña es presidenta de HP para EMEA; Andrés Vicente, el español es vicepresidente global de Ericsson y director del área de Sudeste Asiático, Oceanía e India; Fuencisla Clemares, la madrileña es vicepresidenta y directora 'go to market operations' de Google para EMEA; Remedios Orrantia, la vasca es directora de Recursos Humanos del Clúster Europeo del Grupo Vodafone y directora de Recursos Humanos a nivel global de la división Vodafone Technology; Carmen Derlinchan, la madrileña es directora técnica para el área EMEA Sur de Pure Storage.
Todos estos son solo alguno de los nombres de ejecutivos que lideran equipos y compañías a nivel global en empresas tecnológicas, sin mencionar si quiera el grandísimo talento presente en multinacionales puramente españolas y startups que son ya unicornios, como Cabiby, Job&Talent, Fever, Wallapop y Glovo, entre otros.
¿Por qué no nos lo creemos?
Con este (incompleto) listado de nombres y la apuesta de grandes empresas internacionales por nuestro país para abrir centros de innovación (Vodafone, Google, Accenture, Intel, Microsoft, Meta, IBM, HashiCorp), parece absurdo no creérselo.
España es uno de los diez países más atractivos del mundo para atraer y retener talento digital
Por ello, vamos con más datos: según el informe ‘El impacto de la revolución de la IA en España y Latinoamérica’ elaborado por la OBS Business School, España es uno de los diez países más atractivos del mundo para atraer y retener talento digital.
¿Y qué nos pasa a los españoles? Es complicado dar una respuesta a esta pregunta, pero seguramente tenga algo que ver con que la tecnología nacional no se ve como una punta de lanza de la economía, muy por detrás del impacto que tiene el turismo, la industria manufacturera o la agricultura, entre otras, así como la ausencia de grandes compañías tecnológicas a nivel global, a pesar del impulso del ecosistema de startups.
La respuesta, como decía, no es nada sencilla, pero quizás a España le vendría bien trabajar un poco la autoestima, aunque sea de puertas hacia fuera. El talento español es enorme, está conquistando el mundo y ya es hora de creérselo.
Si (
No(
