La ANC, es decir la cancelación activa de ruido, se ha impuesto como la característica clave para poder subir al podio de los mejores auriculares, tanto en el territorio de los de diadema, como en los de botón.
Hasta ahora, el sistema de cancelación más eficaz y completo es el de los Sony WF-1000XM4. Y es al que mira toda la competencia cuando se propone lanzar sus modelos. En la presentación de los QuietComfort EarBuds II de Bose no se citó a la compañía japonesa, pero fue el invitado invisible en cuanto se afirmó que los de Bose tenían la mejor cancelación activa de ruido del mercado. Y se insistió en que daba lo mismo si se trataba de equipos de diadema o de botón.
El resultado de la encuesta definió a los auriculares de Bose como los que "proporcionan la experiencia general más silenciosa de todos los auriculares que se midieron"
La verdad es que es una afirmación realmente difícil de comprobar, de confirmar o de negar. ¿Cómo está hecha esa medición? ¿Introduciendo los auriculares en una cámara ecoica? Bose se ha basado en una encuesta comparativa introduciendo mini micrófonos en los canales auditivos de voluntarios y empleando el método de "pérdida de inserción total especificado en la norma ANSI/ASA S12.42". Las pruebas se centraron en el ruido típico de los aviones y de las multitudes. El resultado de la encuesta definió a los auriculares de Bose como los que "proporcionan la experiencia general más silenciosa de todos los auriculares que se midieron".
Desde Bose no compartieron todos los datos del estudio. Ni el número de sujetos que participaron ni tampoco los modelos que se compararon, pero lo cierto es que una vez bien colocados en las orejas, la cancelación del ruido es más que notable.
Otra cosa es el funcionamiento de la cancelación adaptativa, en la que creo que Sony todavía lleva cierta delantera a la competencia. Ojo, no es que no funcione en Bose, en cuyo caso, se puede definir un puñado de ellos y configurarlos al gusto y tener cuatro de ellos como favoritos para ir alternando entre ellos con un toque de la superficie del auricular.
Por cierto, hablando de los toques. Te acostumbras al sistema en unos minutos siguiendo la guía de la aplicación Bose Music, bastante completa, aunque un poco engorrosa hasta que te haces con ella. No es la más intuitiva del mundo, vamos.
Tanto para que la cancelación funcione como debe como para que el sonido se escuche en toda su amplitud y las conversaciones por teléfono sean todo lo claras que deben ser hace falta colocarse bien los auriculares. Algo que no es tan fácil como parece a priori.
Contrariamente a lo que se puede pensar, unos auriculares grandes tienen más posibilidades de sujeción que otros más pequeños. Por ejemplo, mientras las almohadillas se insertan (más o menos) o se apoyan en el canal auditivo, el resto se puede encajar en la concha del pabellón. Al reducir el tamaño también se eliminan puntos de apoyo.
Esta segunda generación de QuiteComfort es bastante más pequeña que la anterior: el 30% y, sin embargo, se sujetan muy bien. El secreto está en que no sólo las almohadillas son personalizables. Han dividido en dos el sistema de soporte: las puntas o almohadillas y las bandas de estabilidad. Con las primeras ya se asegura cierta sujeción y aislamiento del exterior. Con las segundas, el auricular queda encajado.
Como muestra de que no es tan sencilla la colocación, la aplicación de Bose Music tiene una función de comprobación que mide el aislamiento y aconseja recolocarse el auricular o, en su caso, cambiar el tamaño de la almohadilla. Y, si vemos que nos baila un poco, también se debe cambiar la banda de estabilidad por otra mayor.
Tanto para la cancelación de ruido como para la captura de la voz y permitir conversaciones telefónicas claras, cada auricular está equipado con cuatro micrófonos.
El prurito de tener la mejor cancelación también se nota en que cada vez que nos colocamos los auriculares, lanza un sonido que mide nuestro canal auditivo para adaptar el sonido y la cancelación. Lo llaman CustomTune y permite adaptar el sonido y la cancelación a cada oído por separado.
La cancelación se ha convertido en el caballo de batalla para los fabricantes de auriculares porque la asignatura del sonido, que es la fundamental, se da por superada hace tiempo. En el caso de Bose (en general, en toda la gama alta), es algo que se puede comprobar nada más colocarse cualquiera de sus modelos. Y, por cierto, aunque nos parezca que esto de la cancelación activa del ruido sea algo relativamente moderno, el doctor Amar Gopal Bose, empezó a trabajar en ella en 1878 y ya en 1986 se realizó el primer vuelo comercial con auriculares de cancelación de ruido de Bose, aunque hasta el año 2000 no comenzaría su fabricación comercial.
Son bastante más pequeños y ligeros que los anteriores (1,72 cm x 3,05 x 2,24 y 6,24 gramos), se sujetan muy bien y tiene sistemas para comprobarlo y corregirlo, la cancelación activa de ruido está muy mejorada hasta hacerles decir que es la mejor del mundo en cualquier categoría, suenan de vicio, las conversaciones telefónicas tienen una nitidez casi sorprendente... ¿Todo bien? ¿Nada mejorable?
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Sin carga inalámbrica
Pues hay al menos un par de aspectos que, en unos auriculares de alta gama, con un precio de 299 euros (en menos de un mes han bajado su precio del oficial de 319 a justo por debajo de los 300), deberían estar presentes y, sin embargo, no lo están. El primero es la carga inalámbrica.
Con una carga completa, los auriculares rinden por encima de las cinco horas (seis horas es la cifra oficial) y en el estuche de transporte (bastante voluminoso, pero casi la mitad que el de los anteriores: 5,94 cm x 6,63 x 2,67 y 59,8 gramos) hay energía para otras tres cargas completas. Y cuenta con una carga relativamente rápida de los auriculares: con 20 minutos en el estuche tenemos una autonomía de dos horas.
Pero hay que cargar la base mediante un conector USB-C sin posibilidad de carga inalámbrica.
Conexión multipunto
El otro aspecto que, desde mi punto de vista, tienen que abordar es la conexión multipunto. Si bien pueden recordar hasta siete dispositivos e ir alternando de uno a otro, hay que hacerlo desde la aplicación y para conectar con un dispositivo emparejado hay que desconectar de la fuente anterior.
El multipunto permite, por ejemplo, estar conectado a la vez a un ordenador y a un móvil. Mientras asistimos a una presentación (algo que ha pasado de ser esporádico a convertirse en un rito casi diario) en el ordenador, si entra una llamada en el móvil podemos atenderla sobre la marcha. Es una función, desde mi punto de vista, muy práctica.
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