Como para cualquier deportista de élite, el entrenamiento resulta esencial. Rutinas específicas refuerzan el cuello, los brazos y la zona media y mejoran la condición cardiovascular y la coordinación mano-ojo. También tienen que entrenar para retos específicos.
Horas soportando un calor propio de una sauna y fuerzas-G similares a montar en una montaña rusa durante tres horas
Antes de la prueba de Shanghái del Campeonato Mundial de Resistencia del año pasado, los pilotos Harry Tincknell y Andy Priaulx nunca habían corrido en este circuito. Utilizaron un simulador que recrea circuitos reales, proporciona feedback real a través del volante y se puede pausar y rebobinar para centrarse en tramos especialmente complicados, mientras se monitoriza al conductor.
No solo se aprendieron el circuito de Shanghái, sino que también mejoraron sus habilidades y acabaron ganando la carrera.
También se monitoriza el estado de forma del piloto mientras compite. Sistemas especiales comprueban el ritmo cardíaco y la respiración, la temperatura corporal y los niveles de glucosa, permitiendo al equipo solucionar cualquier posible problema durante paradas en el pit y que los pilotos vuelvan a la pista en sus mejores condiciones físicas y mentales.