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Motorola One, diseño con aspiraciones para un gama media
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Motorola One, diseño con aspiraciones para un gama media

Por Javier López Tazón
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javierlopezgmailcom/11/11/17
lunes 15 de octubre de 2018, 08:30h

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Por características y por precio, el último Motorola, dentro del programa Android One, es un prototipo de móvil de gama media. Pero, con su trasera de cristal, tiene un diseño algo más premium. Uno de los principales problemas que los analistas adjudican a Google es la gran fragmentación de Android. Conviven varias versiones (demasiadas) que, […]

Por características y por precio, el último Motorola, dentro del programa Android One, es un prototipo de móvil de gama media. Pero, con su trasera de cristal, tiene un diseño algo más premium.

Uno de los principales problemas que los analistas adjudican a Google es la gran fragmentación de Android. Conviven varias versiones (demasiadas) que, además, se ven complicadas por las capas de personalización que añaden los fabricantes que trabajan con Android como sistema operativo.

Es tanta la diferencia que un usuario de Android acostumbrado a Samsung tiene que acostumbrarse para utilizar con soltura otro terminal de Sony, por ejemplo. Las interfaces cambian, cada fabricante utiliza su propio programa de cámara, atajos diferentes, gestos…

Google intenta salvar esa fragmentación con dos programas. Por un lado, los terminales Pixel, herederos de los Nexus: son móviles de alta gama equipados con Android puro (conocido como Android Stock), con los que el gigante de internet pretende demostrar todo lo que es capaz de hacer un equipo exclusivamente con su sistema operativo y su software específico. El último en llegar es el Pixel 3, del que hablaré en un par de días.
La otra línea de trabajo es Android One. Creado en principio para los países emergentes se lanzó en 2014 también para móviles de prestaciones reducidas, pero poco a poco ha ido extendiéndose tanto geográficamente como en las gamas de terminales. Llegó a España y Portugal de la mano de BQ en 2015 con el Aquaris A4.5 y ahora, el último en sumarse es el Motorola One.

Actualizaciones garantizadas

Pero las marcas, también reciben una compensación muy interesante por sumarse al programa Android One. Y es que podría hablarse de él como de una vacuna contra la obsolescencia. Dos años es un periodo de renovación suficiente para un móvil, aunque los hay que lo explotan más y quienes lo cambian en cuanto llega uno nuevo. El problema surge cuando el móvil que has comprado no recibe actualizaciones de software. Y es realmente un problema porque los desarrolladores de malware aprovechan los agujeros de seguridad que se van descubriendo en sistemas operativos y programas a medida que envejecen. Por ese motivo es conveniente tener siempre actualizados los equipos electrónicos a las últimas versiones.

En este terreno, a los móviles acogidos a Android One, como este Motorola, se les garantiza que recibirán dos nuevas versiones del sistema operativo y tres años de actualizaciones de seguridad. En el caso de este móvil, que cuanta con la última versión de Android, la 8.1, conocida como Android Oreo, accederá a Android P y Q.

Con el ‘software’ de Google

El Motorola One también disfruta de Google Fotos, que proporciona almacenamiento ilimitado en la nube; Google Assistant, control por voz; Google Lens, que permite identificar lo que se está encuadrando con la foto o reconocer un texto a través de la cámara, y Google Duo, un sistema de videoconferencia a través del móvil.

Por características, se encuadra en la clase media, la más competida del mercado y a la que se van sumando nuevos competidores cada poco tiempo. Lleva un procesador fabricado por Qualcomm, la más reconocida de las marcas. En concreto es el Snapdragon 625. Tiene ocho núcleos, pero está a distancia de los poderosísimos 845, aunque está acompañado por cuatro gigas de memoria RAM. Es cierto que ya los de gamas superiores equipan seis y ocho gigas, pero no está mal, aunque se notan algunas ralentizaciones a la hora, por ejemplo, de procesar fotografías tomadas en modo retrato. La toma es rápida, pero tarda un poco en procesarla.

El encanto (discreto) de la clase media

La pantalla es amplia, 5,9 pulgadas de diagonal, y tiene un aspecto de 19:9, es decir ligeramente más alta que 18:9 que se estaba convirtiendo en el formato habitual. La resolución de la pantalla también está en la zona media. Es un HD+, es decir, 1.520 puntos de alto por 720 de ancho, lo que da una densidad de 287 puntos por pulgada. Sin embargo, tiene el brillo suficiente para poder verse a la luz del día sin problemas.

El almacenamiento interno es de 64 gigas, suficiente sobre todo porque se pueden guardar las fotos en Google Foto y porque además admite tarjetas de memoria microSD de hasta 256 gigas. Como buen fabricante chino, Motorola ha respetado la dual SIM física y en la bandeja se pueden colocar simultáneamente, dos tarjetas SIM (es decir, dos contratos o números de teléfono diferentes) y una tarjeta de memoria. Es una buena ventaja frente a otros fabricantes que sacrifican la segunda SIM si se quiere utilizar tarjeta microSD.

La batería es de 3.000 miliamperios y cuenta con carga rápida (cargador de 15 W TurboPower). En 20 minutos de carga da energía suficiente para seis horas de uso.

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Trasera de cristal, marcos metalicos… 

Sabemos que el gusto es totalmente subjetivo, pero a mí me gusta el diseño del Motorola One. Cuerpo y perfil metálico y trasera en vidrio curvado blanco o negro. El vidrio siempre penaliza algo el peso, en este caso de 162 gramos, pero le da un acabado premium (y también mayor fragilidad a pesar de que está protegido con Gorilla Glass). Sin embargo, no es excesivamente grueso (7,97 milímetros) y se lleva con comodidad en el bolsillo.

En la parte trasera se pueden ver las dos cámaras en el ángulo superior izquierdo y dispuestas en columna con el flash entre ambas y centrado a un tercio del borde superior, el lector de huellas. Funciona bien, aunque no es instantáneo.

Por supuesto, modo retrato

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La doble cámara trasera le permite un modo retrato regulable.

En cuanto a las cámaras, también cumplen su función, efecto Bokeh o de desenfoque de fondo o retrato incluido. Con dos cámaras traseras, una de 13 megapíxeles y apertura f2.0, y otra de dos con f2.4, es capaz de lograr ciertos efectos, además del modo retrato, interesantes. Tal vez los más curiosos sean la Cinemagrafía y el color directo.

La cámara de selfies cuenta con un sensor de ocho millones de píxeles y gran angular para poder hacer autorretratos de grupo.

A pesar de apostar por un Android puro y no incorporar una capa propia de personalización, en Motorola no se han resistido a añadir, como una aplicación que hay que activar, los atajos desde la pantalla bloqueada, como activar la linterna mediante dos sacudidas o arrancar la cámara girando dos veces la muñeca. Lo llaman Acciones Moto.

El Motorola One está ya disponible en los colores blanco y negro y cuesta 299 euros. Más madera para la guerra en la gama media.

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