La compañía coreana refuerza los puntos débiles de la pantalla y las bisagras de su Galaxy Fold y anuncia su lanzamiento para septiembre, un año más tarde de lo previsto.
El verano pasado dos compañías de primera línea en el mundo de la telefonía pugnaban por ser las primeras en lanzar al mercado un móvil con pantalla flexible. Eran Samsung y Huawei. Los coreanos golpearon primero, pero pincharon en hueso. Antes de que su Galaxy Fold llegara a las estanterías de los centros comerciales, algunos de los analistas que estaban probándolo detectaron problemas.
En ocasiones podían estar ocasionados porque se había retirado una capa de protección de la pantalla (muchos fabricantes incluyen un plástico protector de la pantalla para que no sufra durante el transporte y las primeras manipulaciones que se retira o sustituye por un protector). En otras ocasiones parece que la propia bisagra incidía en la pantalla y originaba fallos.
Samsung ya había vivido hace unos años un fiasco importante. Las baterías de su mejor gama, la hiperprofesional Note, tenían un defecto de diseño. El caso les estalló con la campaña publicitaria de lanzamiento cubriendo fachadas enteras de las principales capitales del mundo.
El año pasado, con el Fold, casi les sucede igual. La campaña se estaba calentando. Y ya había páginas dobles con publicidad del novedoso Galaxy impresas en revistas. Pero Samsung reaccionó de inmediato. Algún día se estudiará. De hecho, parecía que se habían pasado de frenada. Pero algo había. Probablemente, precipitación. Y es que Samsung y Huawei mantienen una carrera sin tregua. El primero quiere mantener su puesto como líder del mercado de la telefonía móvil mientras que la presión del segundo por superarlo es cada vez mayor (estos últimos meses, la inclusión de Huawei en la lista de los “malos” de Trump le ha dado cierto oxígeno a los coreanos).
Un año han estado los ingenieros de Samsung analizando los problemas y cómo podían resolverse. Durante todo ese período, silencio sobre el regreso al mercado del Fold. Hasta hoy.
Según la propia web de Samsung el plegado del terminal se ha sometido a un test de calidad que incluía 200.000 plegados realizados por un robot. Y, sin embargo, tenía aspectos que mejorar en diseño y fabricación.
En la nota en la que la compañía coreana anuncia que el Galaxy Fold saldrá al mercado este próximo mes de septiembre, explica que han extendido la capa protectora de la pantalla para que se entienda como parte integral de la estructura de la misma. Este fue uno de los problemas, porque parte de los problemas se debieron a que algunos usuarios la retiraron.
También han añadido refuerzos en la misma pantalla para protegerla frente al impacto de partículas externas. En este sentido, han incorporado nuevas tapas de protección en la parte superior e inferior de la bisagra, se han añadido capas metálicas debajo de la pantalla y han reducido el espacio entre el eje y el cuerpo del Fold.
Durante este año en dique seco, el equipo de desarrollo del terminal plegable de Samsung ha trabajado también para mejorar la experiencia de usuario. Hay que tener en cuenta que el Fold es un terminal que está en el rango de los 2.000 euros y hay que justificar esa inversión: ¿para qué me sirve una pantalla plegable? ¿con qué aplicaciones la puedo utilizar para notar ventajas?… Los casos de uso son fundamentales para que se visualice la importancia de esta nueva generación de pantallas y de terminales.