Hace solo unos días hemos podido probar en Madrid, citados por la marca de telefonía móvil, el sistema en un local del centro de la capital para testar de primerísima mano cómo se puede mover un coche con los ojos, un sistema que emplea el seguimiento ocular basado en IA del Magic 6 Pro y que permite encender/apagar el motor del vehículo y moverlo hacia delante/atrás sin necesidad de que haya nadie sentado en su interior.
De primeras, el sistema puede parecer poco útil, y así lo reconoce el profesor James Brighton, ingeniero de automoción y responsable del proyecto, “esto no es el futuro de la conducción” porque “cuando se conduce, hay que estar mirando a muchas cosas, tanto del coche como de la carretera”, pero sí destaca que hay varios casos de uso “que se le podría dar, algunos de ellos muy simples”.
"Lo interesante aquí es el potencial de esta tecnología, que incluso se podría utilizar para controlar otras partes del coche"
"Ahora se puede controlar un coche con casi cualquier cosa. Lo hemos hecho usando portátiles e, incluso, la mente con el poder del pensamiento. Lo interesante aquí es el potencial de esta tecnología, que incluso se podría utilizar para controlar otras partes del coche, como la pantalla para cambiar de canción, coger una llamada o abrir una aplicación determinada", explica el ingeniero.
Qualcomm, Honor y conectividad: qué tecnología hay detrás
Todo este proyecto se apoya en tecnología totalmente accesible. Por un lado, el Honor Magic6 Pro que incorpora el Snapdragon 8 Gen 3 de Qualcomm, sobre el que se ha construido un software capaz de seguir la mirada del usuario, apoyándose en una serie de algoritmos de inteligencia artificial que reacciona a las diferentes miradas del usuario, que permite al smartphone interpretar estos movimientos y convertirlos en comandos para diferentes acciones, en este caso, controlar un coche.
Por su parte, el coche, que según nos apuntan da igual el modelo (en este caso es un Alfa Romeo Giulia), incorpora un sistema de antenas y de algoritmos que reaccionan a las ordenes que se envían desde el terminal, aunque se ha instalado un segundo sistema a través de un ordenador conectado al vehículo para poder controlarlo y reaccionar en caso de fallo.
El vehículo cuenta también con un sistema de sensores y cámaras instalados que permiten al coche frenar cuando encuentra un obstáculo (como una pared o una persona) para evitar la colisión.
Cómo funciona
Para poder utilizar este sistema, lo primero es contar con un Magic 6 Pro en su versión china, ya que por el momento el sistema Eye Tracking no está disponible en Occidente. Tras ello, hay que abrir los ajustes y activar el seguimiento ocular. Posteriormente, calibrar los datos, para lo cual es necesario que los ojos y la cara esté visible: se pueden utilizar gafas siempre y cuando no sean oscuras y se vean correctamente los ojos. Para calibrarlo, hay que fijar la mirada en cinco puntos de la pantalla.
Utilizando un sensor de seguimiento ocular que se encuentra ubicado justo al lado de la cámara selfie, el sistema reconoce la mirada y es capaz de pulsar donde se ha fijado la mirada, sin necesidad de utilizar las manos, como podemos ver en este vídeo.
Tras fijar la mirada durante 2-3 segundos, el sistema asume que se quiere pulsar la opción y se manda la orden
Tras ello, simplemente hay que abrir una aplicación especial desarrollada por Honor junto al equipo de ingenieros automotrices especializados que cuenta con cuatro botones: arrancar el motor; apagar el motor; mover el coche hacia delante; mover el coche hacia atrás.
Tras fijar la mirada durante 2-3 segundos, el sistema asume que se quiere pulsar la opción y se manda la orden. Tras ello, la conexión vía WiFi o red móvil manda la orden al vehículo para llevar a cabo lo mandado.
La experiencia: vivir para creer
La realidad de esta prueba ha sido altamente asombrosa. Tras poder arrancarlo simplemente fijando la mirada en un punto del terminal, hemos podido desplazar hacia adelante y hacia atrás a una velocidad reducida de unos 5 kilómetros por hora.
Sin embargo, lo más asombroso sigue siendo estar dentro del vehículo mientras se realiza la prueba y otro compañero de prensa lo movía con su mirada. El arranque del motor impresiona, pero el instante en el que el vehículo empieza a moverse es aún más llamativo ya que se puede ver como los pedales, las marchas y el acelerador reaccionan a la simple mirada.
Todo está controlado por una unidad de control electrónico que se ubica en el maletero del vehículo
Todo está controlado por una unidad de control electrónico que se ubica en el maletero del vehículo, de manera que este sistema reacciona y controla el coche como si de un robot se tratarse.
Curioso es poder ver que dentro del habitáculo del vehículo se ha instalado un llamativo botón rojo, que sirve para frenar en seco el coche en caso de que haya algún imprevisto.
No lo veremos pronto en las carreteras, ni seguramente en los parkings españoles, pero la tecnología está ahí. Ahora bien ¿tiene sentido o es una simple prueba más de las capacidades tecnológicas de hoy en día que no tienen una utilidad real?