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Prueba del iPad Pro 4ª generación y del Watch series 8
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Prueba del iPad Pro 4ª generación y del Watch series 8

El procesador M2 le sienta de maravilla a los iPad y el Watch series 8 sigue como referente

Por Javier López Tazón
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javierlopezgmailcom/11/11/17
viernes 08 de septiembre de 2023, 09:00h

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Ambos equipos eran asignaturas pendientes para mí, y los dos aprueban con nota alta. Creo que el iPad continúa siendo el referente en el mundo de las tabletas de gama alta, sobre todo cuando se complementa con el Apple Pencil y el Magic Keyboard. En cuanto al reloj, si tienes un iPhone y no te dedicas al deporte extremo, es la mejor opción.

He aprovechado este verano para probar dos asignaturas pendientes de Apple antes de que llegue la presentación de los nuevos iPhone 15, 15 Pro y 15 Pro Max el próximo 12 de septiembre. Se trata del Apple Watch series ocho y del iPad Pro con procesador M2.

Mi experiencia con el Apple Watch Ultra y el salto al Watch Series 8

En el primer caso, ha sido un paso lateral, mientras que en el segundo se ha notado un empujón hacia adelante. Me explico. Cuando Apple lanzó los Watch serie 8, además de la diferencia de material, presentó también un nuevo concepto de reloj, el Ultra. Y es precisamente éste el que he llevado en la muñeca durante los últimos meses. Con toda seguridad, no soy el público objetivo para el Apple Watch Ultra. No me dedico a deportes extremos ni de riesgo, no hago escalada en el Himalaya (ni en los Alpes o los Pirineos), como mucho alguna ruta de principiante y, eso sí, mi hora matutina por el Retiro madrileño. Y, sin embargo, le he sacado partido en otras funciones.

¿Cosas que me gustan del Ultra que echo en falta en el "no Ultra" de la misma serie? La primera, la amplitud de la pantalla. La segunda, que el botón de acción, el que está justo debajo de la corona, no tenga un resalte que permita saber dónde está sin mirar, al tacto. La tercera, la protección de la pantalla.

Me ha sucedido con el Watch Ultra algo parecido a lo que me ocurrió con los iPhone tras la quinta versión. Cuando lanzaron el iPhone 6 con la pantalla fundida con el chasis en curva... Me gustaba más y me parecía que se protegía mejor la pantalla con los perfiles rectos y me encantó cuando recuperaron ese diseño. Pues la pantalla del Watch Ultra está encajada en un chasis de acero que sobresale mínimamente pero lo suficiente para librarla de golpes.

Si bien no practico deportes extremos, también es cierto que no me quito el reloj para casi nada. Nado con él, trabajo con él, cocino con él, hago pequeñas reparaciones, muevo cajas... El efecto suele ser que la pantalla, al cabo de unos meses empieza a tener ciertas marcas de edad, ligeras rayas en la superficie, pequeñas comas que apenas se ven excepto cuando giramos levemente el reloj buscando ciertos reflejos. Pero el Ultra es una excepción: la pantalla está como el primer día.

Pero más que hablar del series 8, lo estoy comparando con el Ultra. Y son dos conceptos diferentes, aunque básicamente sean el mismo equipo. Si no eres un deportista extremo, el Apple Watch series 8 es la mejor opción para un usuario de móviles de la casa de la manzana mordida, aunque apenas sea una actualización de los series 7.

El iPad Pro con M2

Si el Apple Watch 8 es un paso lateral con respecto al Ultra, el iPad Pro con procesador M2 es otro cantar. De hecho, si no fuera por algunos juegos y por el tamaño de la pantalla ahora que me he vuelto a acostumbrar a las 16 pulgadas, en contadas ocasiones necesito acudir al portátil. Con el iPad me basta. Y más con los tres meses gratis de la plataforma de juegos Apple Arcade. Me he enganchado un poco a Beyod Blue, he revisitado Asphalt 8... y ni un parpadeo. Todo fluye como debe ser en un iPad.

Aunque donde muestra para qué sirve la potencia del procesador M2 con el que va equipado es cuando uno se remanga para editar el material del verano: es que desde que descubrimos la fotografía digital y el almacenamiento en la nube tomamos fotos como si no hubiera un mañana. Ves algo que te gusta: foto... y no una, tomas media docena de instantáneas prácticamente iguales (el sistema lo puede hacer por ti, pero por si acaso...). El caso es que al regresar a casa hay que ponerse a ello.

Es verdad que Apple, en general, y los iPad en particular, destacan en la potencia combinada de hardware y software dedicada al mundo audiovisual, a la edición gráfica y de audio. Sumémosle que la serie Pro todavía ha hecho más hincapié y la generación equipada con el chip M2, con CPU de ocho núcleos y GPU de diez rinde un 15% más de velocidad de procesamiento, pero acelera los gráficos hasta en un 35%. El M2 también se ocupa de mejorar en la edición en 3D.

Yo no soy muy amigo del vídeo. Y menos de grabar con un iPad. De hecho, me parece un armatoste muy poco ergonómico para hacerlo. Y, sin embargo... Resulta que, de nuevo, la combinación de hardware -grabación de vídeo ProRes hasta 4K a 30 f/s (1080p a 30 f/s en los modelos con 128 GB de capacidad)- y software convierten a este iPad Pro con M2 es un estudio de grabación y edición de vídeo impresionante.

El grupo de cámaras en la parte trasera -gran angular de 12 Mp y ultra gran angular de 10 Mp- monta un escáner LiDAR, que se encarga de medir la profundidad. Decir lo que hace parece sencillo, pero hacerlo me sigue pareciendo un poco mágico: se encarga de medir lo que tarda la luz que emite en reflejarse en los objetos que ve y crea un mapa de profundidad. Es una herramienta poderosísima para trabajar con realidad aumentada, por ejemplo.

Se puede optar por dos tamaños de pantalla: 11 y 12,9 pulgadas (también hay distintas opciones en función de la memoria -de 128 GB a dos teras-, del color -gris o plata- y si se quiere con e-SIM). El modelo cedido es el de 11 pulgadas y la calidad de la pantalla es exquisita. Ni me imagino cómo será la pantalla mini LED del de 12,9 pulgadas.

En cuanto a las comunicaciones, el WiFi es compatible con la versión 6, mientras que se puede conectar a redes 5G.

Accesorios

El segmento de las tabletas es uno de los más maduros. Por un lado, el mercado parece padecer saturación de oferta y dudas: ¿un móvil grande o flexible puede sustituir a una tableta? ¿Una tableta puede sustituir a un portátil?; por otra parte, pocas cosas se les puede añadir. De hecho, en los últimos años y salvo el salto que ha dado Apple hacia Apple Silicon, prácticamente todos los modelos nuevos de tabletas son versiones evolucionadas sobre el anterior. No hay mucho margen: procesador más rápido, pantalla con más brillo, de mayor tamaño... Tal vez por eso, han ido cobrando mayor relevancia los accesorios, como los teclados o los punteros.

En los modelos de iPad Pro parecen un complemento necesario más que un accesorio

En el caso de Apple, la firma de Cupertino pone mucho foco sobre ellos. En los modelos de iPad Pro parecen un complemento necesario más que un accesorio. Por cierto, un accesorio caro.

El Magic Keyboard (369 euros) es el plus que necesita el iPad Pro M2 para convertirse en un portátil de 11 pulgadas. O lo más cercano. Es cómodo incluso para escribir durante largo rato, tiene un trackpad de buen tamaño (siempre relativo a la superficie del teclado), protege tanto la pantalla como la trasera del iPad, se sujeta mediante anclajes magnéticos... Aunque también añade un peso extra a una tableta ligera.

El puntero de Apple, el Pencil (segunda generación), también ha evolucionado. Además de sujetarse magnéticamente y cargarse por contacto, ha añadido la función de puntero flotante. El procesador M2 se encarga de detectar la posición del Apple Pencil antes de que toque la pantalla (hasta 12 milímetros de distancia) lo que le dota de mayor precisión a la hora de dibujar o escribir. Además, se puede modificar el grosor o probar mezclas de colores sin llegar a tocar la pantalla. El precio es de 149 euros.

Hablando de precios, el iPad Pro de cuarta generación, con procesador M2 y pantalla de 11 pulgadas, se puede adquirir a partir de los 1.049,70 euros.

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