Profesionalmente, la relajación en esta fase de la pandemia trae la posibilidad de encuentros cara a cara con el producto y con sus responsables. Esta semana, justo el día en el que decaía el uso obligatortio de la mascarilla, Bose nos convocó en sus oficinas.
Es verdad que hemos caído en cierta pereza y que cuesta un poco salir para acudir a convocatorias presenciales. Pero, una vez dado el paso, no tiene nada que ver lo virtual con lo físico: ¡a hacer puñetas el metaverso!
Y es que no se puede comparar una presentación en pantalla con una demostración de producto conducida, por ejemplo, por Guillermo Vázquez, responsable y formador de Bose. De su mano pudimos asistir a una sesión en la que la Smart Soundbar 900 se exhibió.
Una de las características de este equipo de sonido, que monta en su interior nueve altavoces controlados por un sistema de software complejo y eficaz, es que es compatible con Dolby Atmos, el tótem del sonido, la piedra de toque. Pero, ¿qué sucede si la tele o incluso el contenido que queremos ver no son Dolby Atmos? ¿Para qué sirve entonces esa compatibilidad? Por no hablar de la inversión económica.
Bose lanza Bose Smart Soundbar 900
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La respuesta que ha dado Bose se llama Bose TrueSpace. Y la primera parte de la demo consistió es eso: reproducir contenido utilizando TrueSpace, no Dolby Atmos. ¿Resultado? Correcto. Había profundidad, se creaba un efecto sonoro envolvente en el que el sonido procedía del aire o se desplazaba de izquierda a derecha...
La segunda fase subió de nivel: esta ya con la barra conectada con su HDMI con eARC. La sensación mejoró bastante y todavía subió otro paso cuando escuchamos esa misma barra con un subwoofer y dos altavoces traseros.
La Smart Soundbar 900 utiliza la tecnología ADAPTiQ para medir el espacio y determinar cinco puntos de escucha para los que optimiza en sonido
¿Mejor que en el cine? Sin duda. Frente a la barra estábamos sentandos en dos filas unos ocho periodistas. Y todos pudimos comprobar la evolución del sonido y su calidad. Era como si estuviera calibrado no en general para una sala, sino de forma concreta para cada puesto. Y ahí está la diferencia. La Smart Soundbar 900 utiliza la tecnología ADAPTiQ para medir el espacio y determinar cinco puntos de escucha para los que optimiza en sonido teniendo en cuenta desde la existencia de una alfombra, la forma y distancia del techo y las paredes...
El sistema trabaja con dos altavoces up firing que se encargan de dar altura al sonido proyectándolo hacia el techo, un tweeter central de buen tamaño que es el engarcado de agudos y de que las voces se escuchen con claridad, cuatro altavoces de pista elípticos colocados de dos en dos a la derecha e izquierda del tweeter y un conjunto de transductores conectados a los phaseguides en los extremos.
Una barra de esta gama no funciona únicamente como altavoz para una tele, sino que es un reproductor multimedia al que se pueden conectar dispositivos por Bluetooth directamente, a través de una red WiFi o utilizando Chromecast, Spotify Connect o Apple AirPlay 2. Y tiene una funcionalidad que muchos apreciarán: el Bluetooth es de doble dirección, es decir, podemos conectar la barra a una fuente de sonido, como un móvil, pero también lo podemos emparejar con otros altavoces o cascos.
No es un equipo barato, pero no está fuera de la línea de precios de otros fabricantes. Incluso se podría decir que para ser una barra de Bose con estas características compite de forma ventajosa con marcas como LG o Samsung, en la misma gama. Cuesta 999 euros.