El año pasado Intel cincuenta años de vida y arranca su segundo medio siglo en pleno proceso de transformación de una compañía centrada en el PC hacia otra enfocada en los datos.
El gran fabricante de procesadores no se olvida del PC; no puede hacerlo, al menos todavía. Continúa siendo el centro de su negocio, aunque cada vez menos y tienen puesta la mirada en los datos, en un área en la que calculan que se pueden mover 300.000 millones de dólares.
Su nuevo entorno de trabajo incluye al PC, pero no sólo los procesadores como hace unos años; se han ido diversificando para abarcar además la memoria, el negocio del hogar conectado, la realidad virtual y la aumentada… Los centros de datos, el almacenamiento, los módems, el internet de las cosas y la inteligencia artificial.
Y en torno a estos campos han ido desgranando sus presentaciones en el CES de Las Vegas, así como acuerdos puntuales estratégicos con ciertas marcas, como el suscrito con Alibaba de cara a los Juegos Olímpicos del próximo año o el que han firmado con Comcast para la conectividad del hogar.
Todavía no se han hecho públicos los datos económicos de 2018, pero auguran que serán buenos y, de cara a 2019, las “expectativas de crecimiento son buenas”, en palabras de su director general para España, Norberto Mateos.