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2020, de año de revolución a año de evolución
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2020, de año de revolución a año de evolución

Por Javier López Tazón
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javierlopezgmailcom/11/11/17
jueves 10 de diciembre de 2020, 12:08h

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¿Se han cumplido las previsiones para 2020 que hicimos en 2019?

2020 prometía ser el año de las pantallas flexibles, entre otras tendencias como la 5G, el Internet de las Cosas… pero llegó el SARS-CoV-2.

Lo siento, pero el próximo año los vehículos totalmente autónomos, los robots antropomorfos, el Internet de las Cosas… seguirán siendo como los coches voladores, tareas para el año que viene.

(Este tema lo publiqué en Innovadores hace un año, lo he recuperado en Entre Bits & Chips para crear un repositorio. Cuando lo escribí todavía no había hecho su aparición el SARS-CoV-2)

Tendemos a poner las esperanzas en que los años de fechas redondas resuelvan los problemas. Así se construye la agenda 2020 (léase veinte-veinte), se fija en ese mismo año la explosión del Internet de las Cosas… Y al final, probablemente, tendremos que buscar otra fecha redonda para que se conviertan en realidades.

Desde hace una década, si no más, llevamos hablando de los móviles con pantallas flexibles. Hace un lustro ya se asomaron a ciertas ferias prototipos de teléfonos equipados con ellas, pero no ha sido hasta este 2019 cuando se han acercado al mercado. Y, además, con fiasco incorporado. El Galaxy Fold tuvo que retrasar su llegada a las tiendas por fallos manifiestos en su pantalla y sistema de plegado. Lo único que se le puede reprochar a Samsung en este caso ha sido cierta precipitación, porque reacción inmediatamente ante los problemas y se tomó su tiempo para repararlos.

Huawei se sumó a la tendencia de pantallas plegables y anunció su Mate X, pero estamos cerrando 2019 y no ha llegado a las estanterías. Con el problema añadido de la imposibilidad de utilizar un Android ‘completo’, tardaremos unos meses en verlo.

Entre medias, a la chita callando, Motorola presentó y ha comenzado a vender en el mercado estadounidense, su Motorola razr, una propuesta que se está viendo como la más interesante del momento. Se supone que llegará a España a finales de enero de 2020, aunque todavía tardaremos en poder disfrutar del primer portátil con pantalla flexible. Ya hemos podido ver el prototipo de ThinkPad X1.

Quien no ha dicho nada por el momento es Apple. Y suele ser una buena piedra de toque para saber en qué momento se encuentra cierta tecnología. La compañía de Cupertino es experta en detectar el momento de madurez de algo, subirse a la tendencia y acabar liderándola. ¿Se apuntará a las pantallas flexibles? Las máquinas de los rumores todavía no dicen nada, pero no hay duda de que en 2020 vamos a ver pantallas flexibles en varios modelos de móviles.

El salto lógico de los móviles sería llegar a las tabletas para multiplicar la superficie de pantalla sin perder portabilidad y, por el mismo motivo, a los portátiles. Aunque otro tipo de productos podrían beneficiarse de la madurez de esta tecnología para llevarla a su terreno, ¿qué tal relojes inteligentes con pantallas extendibles? E incluso televisores.

El salto a los televisores 8K

LG, que lidera el mercado español de televisores junto con Samsung, apuesta por los OLED de 8K.

Hablando de televisores, la lucha entre las dos grandes marcas de nuestro mercado, LG y Samsung, se ha extendido en 2019 a la resolución 8K. Ya no sólo se queda en si es mejor un panel QLED o un OLED, sino que se traslada al campo de la resolución. Así, una marca, LG, pone en duda que los paneles 8K basados en QLED de Samsung sean realmente 8K. No es éste el momento de hablar de ello. Ya lo hicimos aquí. Sin embargo, sí parece que, a pesar de que todavía haya muy escaso contenido en 4K y las emisiones convenciones de televisión (TDT) no alcancen de forma generalizada ni tan siquiera el Full HD, el reclamo de la resolución 8K va a ser una constante de 2020. Lo mismo que la competición entre las dos marcas coreanas, reinas del mercado de la televisión en España: LG y Samsung se reparten casi en 70% de cuota. Y desde Samsung, en su balance navideño de año, anunciaron una nueva gama de televisores de gran calidad y precios muy rompedores.

La pieza clave para dar el salto de paneles Full HD a otros 4K e incluso los 8K es la falta de contenidos nativos de esa resolución. Hay que confiar en los sistemas de escalado de imagen de los propios televisores y, además, en los códigos de compresión de las plataformas de vídeo en streaming (serán las primeras en ofrecer contenidos 8K, como hicieron con 4K) y en las propias operadoras.

¿Se desplegará de forma amplia la 5G?

Hay entre operadoras de telefonía e incluso entre analistas una discusión muy teórica sobre si lo que se ha desplegado este año en nuestro país como la quinta generación de telefonía, la 5G, es o no es realmente 5G.
Independientemente de la discusión, Vodafone lanzó el 15 de julio de 2019 en 15 ciudades españolas su primer servicio comercial 5G. Además de Madrid y Barcelona, la experiencia se extiende a Valencia, Sevilla, Málaga, Zaragoza, Bilbao, Vitoria, San Sebastián, A Coruña, Vigo, Pamplona, Gijón, Logroño y Santander.

Sin embargo, se puede decir que siguen siendo pilotos. Hasta que no haya un despliegue más global, con una cobertura suficiente, es difícil que comencemos a ver fuera de pruebas y laboratorio las aplicaciones reales que puede significar la 5G. No se trata únicamente de mayor velocidad, sino de alcanzar casi la instantaneidad en las comunicaciones, es decir, que desaparezca la latencia, el intervalo entre que se arranca una acción en un extremo de la red hasta que se ejecuta en el otro. Este será el gran avance, lo que permitirá, por ejemplo, intervenciones a distancia en tiempo real o, mucho más anodino, facilitar los videojuegos en red.

El Internet de las Cosas, Alexa y compañía

A esa característica de la 5G hay que añadirle que permite muchísimas más conexiones simultáneas y, a su vez, esto posibilitará el despliegue del Internet de las Cosas. Es cierto que en 2019 y también en el año anterior oímos hablar mucho del IoT, de millones de equipos conectados entre sí y con la nube, de terabites de datos circulando y máquinas hablando entre ellas. De hecho, desde hace un lustro se dieron los datos mágicos: para 2020 habrá 50.000 millones de cosas (léase equipos activos y pasivos, sensores, cámaras…) conectadas a la red. Conforme nos acercábamos a la fecha, el mensaje se fue redimensionando; se rebajaron los 50.000 millones y se alejó el 2020. Sin embargo, nadie está seguro de cómo va a evolucionar. Puede haber una eclosión, una ralentización o, ¿por qué no? una involución.

El Internet de las Cosas abarca todos los ámbitos, desde las administraciones y la gestión de la vida urbana (tráfico, alumbrado público, recogida de basuras…) hasta los hogares. Ahí es donde ha estallado la moda de los asistentes digitales de voz. Los equipos compatibles con Alexa (Amazon), Cortana (Microsoft), Siri (Apple) y Google Assistant se han multiplicado. Los hay para todos los gustos y tanto Amazon como Google no han escatimado esfuerzos para diversificar. En 2020 se espera una profundización en esta línea y un aumento de elementos conectados en los hogares. Es posible que en unos años, de la mano de los equipos conectados y controlados por asistentes de voz logremos superar esa asignatura pendiente de la domótica, comenzando, muy probablemente, por la cocina.

Si desde la llegada de los electrodomésticos la cocina ha sido el centro (excepto por la tele y sus derivados), las nuevas generaciones de cocinillas (entiéndase como la segunda acepción del diccionario de la Real Academia Española: “Persona aficionada a cocinar”, ya que la primera sigue atribuyendo las tareas domésticas a la mujer como si fuera su ámbito natural: “Hombre que se entromete en las tareas domésticas, especialmente en las de cocina”) han incorporado nuevos aparatos para cocinar al vacío, a baja temperatura, abatidores de temperatura, termómetros inalámbricos…

Inteligencia natural, más artificial

La inteligencia artificial ha sido una especie de serpiente de verano. Una tendencia tecnológica que lleva viviendo sus momentos de gloria y esperanza y sus temporadas de valle de los muertos desde hace medio siglo, aunque nos creamos que es un invento de antesdeayer.

Hay muchos indicadores que hacen prever que ahora sí, que éste es su momento. Para empezar, uno de los efectos colaterales de internet y las redes sociales es la superabundancia de datos: generamos miles de millones de datos que abandonamos gratuitamente; simultáneamente, la potencia de cálculo ha crecido exponencialmente y es capaz de digerir y analizar esos datos de forma que los algoritmos que ya existían, por fin, pueden ponerse a trabajar.

Lo que se va clarificando cada vez más es que el futuro inmediato pasa por la suma de las inteligencias naturales y artificiales, lo que se ha dado en llamar inteligencia híbrida.

¿Y el coche autónomo?

Uno de los campos en los que se unen la inteligencia artificial y la 5G es la conducción autónoma. Según la mayoría de los analistas, nos quedan años para ver coches totalmente autónomos. Pero los planes piloto se multiplican. Dando un repaso a las últimas noticias del sector, General Motors se suma al reto y quiere probar coches sin volante ni pedales en carreteras convencionales de Estados Unidos y también en Estados Unidos, California se prepara para convivir con coches sin conductor para repartir pedidos.

Estas iniciativas se suman al goteo de nuevas licencias para taxis sin conductor tanto en Estados Unidos como en China, autobuses autónomos en áreas limitadas…

Y sí, seguiremos utilizando las pantallas, televisores incluidos, para ver contenido en streaming. En 2020 nos llegarán nuevas plataformas de vídeo bajo demanda; tras la incorporación de Apple TV+ a la recta final del año, en 2020 recibiremos Disney +… Y los videojuegos llevan el mismo camino.

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