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jueves 04 de septiembre de 2025, 10:00h

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La automoción ya no se entiende sin la tecnología espacial. Prueba de ello es Geely, que ha pasado de fabricar coches a poner satélites en órbita para dar servicios directos a sus vehículos y a su ecosistema de movilidad. Su constelación, operada por la filial Geespace y conocida como Geely Future Mobility Constellation o GEESATCOM, avanza a ritmo de récord: tras los primeros nueve satélites de 2022 y nuevas tandas en 2024 y 2025, ya suma 41 unidades en órbita y apunta a completar una primera fase de 72 antes de que termine 2025. El objetivo: comunicaciones, Internet de las Cosas y posicionamiento de alta precisión para una conducción más segura y autónoma.

¿Por qué una marca de automóviles lanza satélites?

Detrás de la apuesta hay una necesidad concreta: los sistemas de ayuda a la conducción y la futura conducción autónoma exigen posicionamiento y conectividad de muy baja latencia y alta disponibilidad. Las redes terrestres y los sistemas GNSS (GPS, BeiDou, Galileo) son una base, pero para el “salto” a funciones avanzadas hace falta refinar la precisión hasta el centímetro y asegurar cobertura donde las redes móviles no llegan. En este sentiod, Geely ha decidido construir esa capa por su cuenta, integrando el “cielo” en su propia arquitectura de vehículo conectado.

Además, la constelación tiene una segunda vertiente: servicios IoT para vehículos, logística y operaciones marítimas. El plan pasa por ofrecer enlaces de datos y posicionamiento tanto a coches del grupo como a flotas y clientes de terceros, con una plataforma comercial que amplía el negocio más allá del automóvil. En la visión oficial, el coche deja de ser un “terminal” aislado para convertirse en un nodo más de una red global en órbita baja.

GEESATCOM: fases, tecnología y cobertura

La constelación de Geely se desplegará en dos fases. La primera, de 72 satélites en órbita baja (LEO), proporciona comunicaciones en tiempo real y alta disponibilidad; la segunda añadirá 168 satélites hasta un total de 240, con lo que se habilitarán servicios de posicionamiento centimétrico y cobertura global continúa. La hoja de ruta fija la finalización de la fase uno para finales de 2025.

Los satélites que empleará son plataformas ligeras y modulares, evolucionadas entre tandas: los primeros pesaban en torno a 100 kg y los siguientes cerca de 130 kg, con cargas útiles orientadas a comunicaciones, navegación aumentada y telemetría. Trabajan en planos orbitales distintos para asegurar solape de cobertura y resiliencia, y se integran con una nube de datos (OmniCloud) pensada para movilidad y ciudad inteligente.

Cronograma de lanzamientos

El programa echó a andar en junio de 2022 con un “uno-flecha-nueve” desde el Centro de Lanzamiento de Xichang: nueve satélites que inauguraron la red y confirmaron la capacidad industrial de Geely en el sector espacial, marcando la primera vez que un gran fabricante de automóviles ponía en órbita su propia infraestructura con vocación comercial.

La segunda oleada llegó el 3 de febrero de 2024, también desde Xichang: 11 satélites adicionales para ampliar cobertura y abrir el camino a los servicios comerciales. Con ello, la constelación reforzó su promesa principal: habilitar funciones de conducción inteligente mediante conectividad y posicionamiento de alta precisión.

En septiembre de 2024 se lanzó un tercer plano orbital con 10 unidades desde Taiyuan, elevando el total a 30 satélites y anunciando cobertura 24/7 sobre el 90% del planeta. Supuso el paso de “piloto ampliado” a red con presencia global, con una comunicación inusual en el sector: una automotriz anunciando servicios LEO a escala mundial.

El salto más reciente se ha producido en el mes de agosto con 11 satélites lanzados desde una plataforma marítima frente a Rizhao (Shandong) mediante un cohete Smart Dragon-3. Con esta cuarta tanda, el parque orbital asciende a 41 satélites y se entra en la recta final para cerrar las 72 unidades de la fase uno antes de fin de año. La utilización del lanzamiento marítimo, además, ofrece flexibilidad de trayectorias y ritmos de campaña.

Del coche conectado al puerto inteligente

En automoción, la utilidad inmediata es doble. Por un lado, el posicionamiento aumentará la precisión de carril y la fusión sensorial en escenarios complejos (salidas, túneles, zonas urbanas densas), clave para asistentes avanzados y futuras funciones de conducción delegada. Por otro, la conectividad LEO refuerza la disponibilidad de datos y telemando en rutas donde la cobertura móvil es irregular. Geely prevé integrar esa “capa satelital” en sus modelos y plataformas de software, con la lectura de que el valor ya no está sólo en el hardware del coche, sino en el servicio continuo que lo rodea.

Fuera de la carretera, GEESATCOM apunta a usos IoT como monitorización de flotas, activos logísticos y operaciones marítimas. La compañía habla de “cobertura global” para sensores y terminales industriales, lo que abre la puerta a contratos con terceros en sectores como navieras, energía o agricultura de precisión. Es una forma de diversificar ingresos y, al mismo tiempo, de abaratar el coste por vehículo de mantener una constelación propia.

Con esta apuesta, Geely se desmarca de la estrategia habitual, comprar servicios a operadores satelitales, y verticaliza una capa crítica de su stack tecnológico. En la práctica, si el modelo funciona, la marca tendrá ventaja en disponibilidad de datos, control de costes y rapidez para actualizar servicios de coche conectado sin depender de terceros. Es también una forma de blindar la calidad de servicio en mercados donde la infraestructura terrestre es heterogénea. En términos competitivos, no es una “Starlink del automóvil” al uso, el foco no es ofrecer internet residencial de alta capacidad, sino comunicaciones ligeras, baja latencia y posicionamiento fino para movilidad.

Regulación, costes y escalabilidad

Operar una constelación global implica sortear marcos regulatorios país por país, especialmente para servicios comerciales y terminales de a bordo. A eso se suma la coordinación con redes GNSS y con cartografía HD para que el “salto al centímetro” sea estable y verificable en uso real. El desafío no es sólo poner satélites: es certificar el sistema completo, desde el espacio hasta la centralita del vehículo.

El segundo reto es económico. Aunque Geely aprovecha sinergias de fabricación y pruebas masivas, mantener y reponer satélites, operar pasarelas terrestres y dar soporte a clientes globales exige escalar con mucho control de costes. De ahí que la hoja de ruta plantee completar 72 satélites este año y alcanzar 240 en una segunda fase cuando el negocio IoT y de movilidad justifique la expansión con posicionamiento centimétrico a escala.

Calendario de lanzamientos

Geely tiene el objetivo firme de cerrar la fase uno (72 satélites en órbita) a finales de 2025

Según la compañía, entre agosto y otoño se prevén nuevos lanzamientos que llevarán la red hasta 64 satélites, con el objetivo firme de cerrar la fase uno (72) a finales de 2025. A partir de ahí, la segunda fase añadirá 168 unidades para habilitar servicios de precisión centimétrica y aumentar redundancia y resiliencia. Si el calendario se cumple, 2026-2027 debería ser el periodo de madurez comercial de GEESATCOM.

Para el usuario final, todo esto se traducirá en coches con navegación más fina, actualizaciones remotas más fiables y nuevas funciones de seguridad y asistencia “siempre conectadas”. Para las empresas, significará sensores y activos comunicados en prácticamente cualquier punto del mapa. Y para el sector, una señal clara: el coche del futuro tendrá tanto de software y espacio como de cilindros y baterías.

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