El mercado de la movilidad personal está maduro, pero el Navee GT3 Max demuestra que la comodidad y la seguridad aún pueden mejorar.
Los patinetes eléctricos dejaron de ser un juguete hace tiempo, aunque muchos usuarios siguen asociando su uso con vibraciones, inestabilidad y cierta sensación de vulnerabilidad. Con este modelo, Navee busca corregir precisamente esos puntos débiles.
Tras varias semanas de prueba a fondo, la palabra que mejor resume la experiencia es “estabilidad”. No es un patinete para esquivar baches: es un patinete para atravesarlos sin inmutarse.
Experiencia de uso: comodidad por bandera
La suspensión cuádruple es, sin duda, la característica más destacada del GT3 Max. Su funcionamiento recuerda más al de una bicicleta con doble amortiguación que al de un patinete urbano convencional. En las pruebas absorbe con solvencia irregularidades del asfalto, tapas de alcantarilla, baches o pequeños badenes.
La altura libre al suelo es generosa y permite circular incluso por caminos de tierra compacta sin miedo a golpear la base. La plataforma mantiene la estabilidad incluso ante impactos bruscos, ofreciendo una conducción muy controlada.
Eso sí, sus 23 kilos de peso dejan claro que estamos ante un patinete robusto: aportan mucha solidez en marcha, pero hacen que moverlo en escaleras o cargarlo a mano sea menos cómodo que en modelos más ligeros.
El motor de 1.000 W de pico ofrece aceleración contundente, especialmente en modo Sport. Los tres modos disponibles permiten adaptar el uso: Walk (peatón), alrededor de 6 km/h, útil en zonas concurridas; Dynamic (estándar), limitado a 20 km/h y con aceleración más suave, ideal para ciudad y para optimizar la batería; y Sport, libera los 25 km/h y rinde mejor en cuestas (hasta un 22% de inclinación).
Con un 52% de batería recorrimos 16 km en modo Sport, a una media de 19-20 km/h. La autonomía real en uso intensivo se sitúa alrededor de los 30-35 km, mientras que con conducción normal y regeneración media es posible alcanzar unos 50 km reales.
El único punto menos favorable en este apartado es el tiempo de carga: el GT3 Max necesita entre 8 y 10 horas para alcanzar el 100%, una cifra elevada para quienes dependan de cargas rápidas en su rutina diaria.
Seguridad: intermitentes, frenada y buena iluminación
En seguridad, el GT3 Max está bien resuelto. Los intermitentes integrados en los extremos del manillar y en la parte trasera son un acierto, especialmente porque permiten señalizar sin soltar las manos.
Se suma una luz delantera potente, una luz trasera clara y un sistema de frenada regenerativa (EABS) ajustable en tres niveles: Bajo, ideal para trayectos llanos; Medio, adecuado para ciudad; y Fuerte, con una retención elevada, similar al “one-pedal” de los coches eléctricos.
Tecnología antirrobo: útil, aunque con limitaciones
El patinete puede bloquearse desde la pantalla mediante código o configurarse para desbloqueo por proximidad con el móvil vía Bluetooth.
La integración con Apple Find My añade una capa de seguridad importante, permitiendo localizar el patinete a través de la red de dispositivos de Apple. El inconveniente es evidente: los usuarios de Android no pueden aprovechar esta función. Aun así, el GT3 Max incorpora otras medidas, como alarma sonora y bloqueo de ruedas si se intenta mover estando bloqueado.
Conclusión
El Navee GT3 Max es un patinete completo y avanzado. Se nota un salto generacional respecto a modelos anteriores. No es el más ligero ni el más económico, pero sí uno de los más cómodos, estables y seguros del mercado urbano actual. Está claramente orientado a usuarios que valoran la estabilidad, casi de “SUV”, por encima de la ligereza extrema, sin renunciar a un buen rendimiento. Oficialmente llega al mercado por 599 euros.
Lo mejor: Suspensión cuádruple muy efectiva
Lo peor: Peso elevado (23 kg) y tiempos de carga largos
Nota: 9/10
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