Europa aprueba la instalación mínima de electrolineras en las carreteras del continente

España es una de las regiones de Europa que está siendo más reticente a renovar su parque de vehículos nacional debido principalmente a la falta de poder adquisitivo de la población en comparación a otros países del norte como Noruega, Países Bajos o Alemania.

Esto ha provocado que a pesar de poner en marcha ayudas para comprar este tipo de vehículos, los españoles no puedan permitírselo y el despliegue de los coches completamente eléctricos sigue retrasándose justo cuando Europa propone realizar una instalación mínima de cargadores eléctricos en las carreteras de la región.

Más electrolineras

España es un país que ha entrado en una dinámica en la que la baja demanda de coches eléctricos no le permite generar la suficiente presión como para que las compañías eléctricas instalen aún más puntos de carga para este tipo de vehículos, por lo que muchos potenciales compradores se echan atrás por la imposibilidad de realizar trayectos de largo recorrido por el territorio nacional, además de no contar con el presupuesto suficiente.

Por otro lado, la burocracia para poder abrir un nuevo punto de carga es realmente difusa y hasta 40.000 electrolineras se encuentran en un limbo donde los cargadores están instalados pero no tienen suministro. Ante esta problemática, Europa se ha puesto las pilas y el Parlamento Europeo ha puesto en marcha su plan de instalación mínima de cargadores eléctricos en las carreteras de todo el viejo continente.

Esta propuesta se ha aprobado con 514 votos a favor, 52 votos en contra y 74 abstenciones, por lo que las principales carreteras de Europa se tendrán que adaptar para instalar un espacio de recarga con una potencia de 400 kW de cara al año 2026, mientras que la potencia deberá aumentar hasta los 600 kW para el año 2028, obligando a los instaladores a programar, al menos, un enchufe de 150 kW en 2026 y dos puntos de recarga de ese mismo tipo para 2028.

Carreteras eléctricas

Este nuevo proyecto aprobado en el Parlamento Europeo promete además que habrá un punto de recarga para camiones y autobuses eléctricos cada 120 kilómetros de tramo, con la obligatoriedad de instalar enchufes de recarga con una potencia total de 1.400 kW durante la primera fase y 2.800 kW al llegar a 2028.

En estos puntos de recarga, se ha establecido que será obligatorio ofrecer un método de pago con tarjeta o con dispositivos sin contacto y no podrán basarse de forma exclusiva en servicios bajo suscripción, por lo que deberán estar abiertos a todo el público, tratando así una de las principales reivindicaciones de los conductores de vehículos eléctricos a día de hoy. Finalmente, se ha aprobado la obligación de montar una estación de recarga de hidrógeno cada 200 kilómetros, algo que en España, actualmente, ni siquiera existe.