Con 2K Drive, los jugadores se encuentran con una oportunidad, que conjuga realismo con accesibilidad, permitiendo controlar distintos coches con distintas características. Sin embargo, lo que lo hace único es la exactitud con la que cada coche responde. En los juegos al uso, un 4x4 responde igual que un deportivo, o la diferencia es poco perceptible.
2K Drive imprime un nivel de detallismo sorprendente, y no se limita a coches fantásticos, de competición o de laboratorio, sino que permite conducir desde un Fiat 500 hasta un coche de carreras, pasando por los híbridos.
Con un sistema freemium, tendremos que ir avanzando en las carreras para conseguir nuevos vehículos y reparar los que ya tengamos. Para los más sibaritas, tranquilidad: También es posible personalizarlos. Y aunque es cierto que la interfaz de uso tenía algunos fallos en sus primeras versiones, las actualizaciones han terminado por corregir todos los pequeños bugs.