No ayuda a seguir la política el estar expectantes por el próximo ‘dilema intelectual’ que nos plantee en Twitter - perdón X como los expedientes-, como un troll más, el ministro Óscar Puente, mientras los pasajeros circulan por las vías por donde no andan los trenes. Tampoco estar atónitos ante las fechorías de defraudadores como el noviete de Ayuso, el hermano de Sánchez, o los ‘ires y venires’ de golfos varios como Koldo, Aldama, el alcalde de no se qué pueblo con sus escuchas o la crema y nata de la Federación Española de Futbol. Finalmente, pero no menos importante, a las catalanas les ha robado protagonismo el nombramiento del nuevo consejero de Telefónica, Carlos Ocaña Orbis, que es la información que realmente nos atañe.
Ocaña Orbis tiene currículum
¿Y por qué ha dado tanto que hablar este nombramiento? Pues porque este señor, a quien el currículum realmente avala (especialmente como madridista) fue autor, coautor, negro, inspirador, o vaya usted a saber qué, de la tesis doctoral de Pedro Sánchez. Pero, de una parte, no es su falta, sino de quien presentó el trabajo como suyo sin serlo y, de otra, lo consentiría su superior, Miguel Sebastián, entonces ministro de Industria, Turismo y Comercio y hoy consejero de Indra (que no nos falte de ‘na’). ¡Cómo le hubiera venido a Sánchez ChatGPT! Además, si tenemos en cuenta que ahora las cátedras se dirigen por nombramiento directo sin tener siquiera un título oficial homologado, esto de la tesis chunga es peccata minuta.
Y lo cierto es que Ocaña Orbis tiene currículum, titulación (Complutense, IESE, MIT, Universidad de Vigo y Europea) y experiencia tanto en el sector público como privado; capacidad y altura de miras como para sentarse con solvencia en Distrito T. A este respecto, lo único que debía preocuparnos son las declaraciones del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, que invitan a reflexionar mucho más de cinco días: “Ya podemos tener acceso a ese puesto en el Consejo de Administración y SEPI ha propuesto el candidato específico del Gobierno, que creemos es el idóneo. Ahora les corresponde a los órganos internos de Telefónica la aprobación y pasar ya al siguiente paso para que podamos seguir avanzando en esta participación estable de la propia SEPI en Telefónica, dándole esa estabilidad, ese impulso a la visión estratégica de medio plazo de la compañía”.
"¿Qué opina la competencia? ¿Van a ser jueces y parte? ¿Mirarán por el bien de los consumidores que representan, del Gobierno que los sustenta o de la compañía cuyo cargo ostentan?"
¿Y eso qué significa? ¿Qué opina la competencia? ¿Van a ser jueces y parte? ¿Mirarán por el bien de los consumidores que representan, del Gobierno que los sustenta o de la compañía cuyo cargo ostentan? ¿Influirán en las negociaciones del despliegue?¿Podrían haber tenido algo que ver, por ejemplo, en la decisión de Digi de elegir a Telefónica frente a Masorange? ¡Quién sabe! ¡Un telefonazo oficial a muchos les suliveyan!
Adiós a la paridad
"No creo que STC, si llega a tener ese consejero que está llamando a la puerta, opte por una fémina, así es que o incumplimos los propósitos o hay alguien que está fuera"
De momento, y a pesar de todo lo que proclaman unos y otros con miles y miles de letras al viento, la paridad en el Consejo de Telefónica se ha ido a pique. Pero claro, ya se sabe que ahora cambiar de opinión es aceptable siempre y cuando nos favorezca (he tenido que consultar la RAE por si mentir hubiera desaparecido como término). Habría que haber tenido algo más en cuenta: no creo que STC, si llega a tener ese consejero que está llamando a la puerta, opte por una fémina, así es que o incumplimos los propósitos o hay alguien que está fuera. ¡Cuánto me gustaría equivocarme y ver a una mujer velada sentada entre los grandes!
En fin, siempre creí que no era feminista, pero este tipo de detallitos, además de ver como en base a un amor melifluo se destroza a una mujer para auparse sobre ella, me hace replantearme ciertas cosas; aunque fuera acordado y consentido. ¡Y todavía nos preguntamos que qué tendrá Begoña que llora y llora por los rincones!