El nuevo reglamento, que actualizará los límites actuales para las emisiones de escape, ha generado una serie de cambios significativos. Entre ellos se incluye la introducción de medidas para reducir las emisiones de neumáticos y frenos, así como el aumento de la durabilidad de las baterías.
Este enfoque busca abordar no solo las emisiones directas de escape, como óxidos de nitrógeno y monóxido de carbono, sino también otros aspectos ambientales relacionados con la movilidad.
Los eurodiputados proponen un desglose adicional de las emisiones para los vehículos comerciales ligeros basado en su peso
Los eurodiputados respaldan así los niveles propuestos por la Comisión para las emisiones contaminantes de los turismos, proponiendo, además, un desglose adicional de las emisiones para los vehículos comerciales ligeros basado en su peso. Asimismo, abogan por límites más estrictos en las emisiones de gases de escape medidos tanto en laboratorio como en condiciones reales de conducción para autobuses y vehículos pesados.
Uno de los puntos destacados de esta propuesta es la armonización de las metodologías de cálculo y los límites de la UE para las emisiones de partículas de freno y las tasas de abrasión de los neumáticos con las normas internacionales desarrolladas por la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas.
"Hemos logrado un equilibrio entre los objetivos medioambientales y los intereses vitales de los fabricantes. Sería contraproducente aplicar políticas medioambientales que perjudiquen tanto a la industria europea como a sus ciudadanos”, asegura Alexandr Vondra, del Partido Conservador Europeo. “A través de nuestro compromiso, servimos a los intereses de todas las partes involucradas y nos mantenemos alejados de posiciones extremas", señala Vodra.
Claves de Euro 7
La propuesta, aunque inicialmente se planteó con objetivos más ambiciosos, ha resultado ser un alivio para los fabricantes, ya que las exigencias son menos rigurosas de lo esperado. El Parlamento Europeo ha optado por mantener los exámenes en las normativas de emisiones, asegurando ahorros esenciales para la industria en medio de la transición hacia vehículos neutros en emisiones de carbono.
Las exigencias relacionadas con las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) se han relajado, especialmente para los vehículos diésel, que verán reducido el volumen máximo de emisiones de 80 a 60 gramos por kilómetro, igualando así a los vehículos de gasolina. Además, se incorpora la medición de emisiones provocadas por el desgaste de neumáticos y frenos en los exámenes, presentando un desafío adicional para los vehículos eléctricos.
En cuanto a las baterías, el Parlamento Europeo propone que mantengan el 75% de su capacidad después de una década desde su venta, una medida que se aplica de manera diferenciada para turismos y furgonetas.
Falta el sí de Los 27
Aunque el Parlamento ha dado su aprobación, aún queda un último paso antes de la implementación definitiva de Euro 7: los gobiernos de la UE. Es crucial alcanzar un consenso entre ambas partes para garantizar que la normativa entre en vigor de manera efectiva.
Se espera que el acuerdo entre el Consejo y el Parlamento se alcance antes de finales de año y que la normativa entre en vigor antes de 2024
Se espera que el acuerdo entre el Consejo y el Parlamento se alcance antes de finales de año y que la normativa entre en vigor antes de 2024. Sin embargo, el cambio de la presidencia de la Unión Europea de España a Bélgica a finales de año podría influir en el proceso de aprobación.
La intención inicial era que los fabricantes se ajustaran a las nuevas exigencias a partir de julio de 2025, pero las discusiones han sugerido posibles retrasos hasta 2027. Este período permitirá que los vehículos con motores de combustión posterguen su electrificación y ofrecerá más tiempo para la adaptación a los cambios propuestos.
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