Aunque para los que no estén tan afianzados con el tema pueda parecer erróneo, la verdad es que se ha logrado una cierta madurez y estabilidad, desde el punto de vista de la seguridad, con respecto a los dispositivos y comunicaciones móviles. No obstante, la adopción constante de las últimas versiones de los sistemas operativos móviles sigue siendo un punto crucial para hacer frente a vulnerabilidades públicamente conocidas.
En esta línea, tal y como señala el análisis de las amenazas de 2018, los mecanismos de autentificación biométrica se han consolidado como el elemento más habitual y solicitado para llevar a cabo el desbloqueo de estos dispositivos. Sin embargo, también se han detectado prácticas como la posibilidad de evitar la pantalla de autentificación o el bloqueo de los dispositivos móviles, así como la extracción de datos sin autorización y sin conocer el código de acceso, tendencias reflejadas en el mismo informe de 2017. Por su parte, en el 2018 se han confirmado las nuevas capacidades asociadas a los gestores de contraseñas móviles, que pueden ser empleados para ejecutar ataques de phishing de una manera más sencilla y práctica.
En cuanto a las principales amenazas esperadas para este año 2019, pueden destacarse algunas que ya son bastante conocidas de años anteriores como las nuevas capacidades de conexión a redes Wi-Fi con soporte para WPA3 y a redes móviles 5G o la posible existencia de malware móvil preinstalado en algunos dispositivos. De la misma manera, en un momento en dónde los usuarios son cada vez más conscientes de los riesgos y amenazas que existen, tomarán especial relevancia las capacidades de las que disponen los dispositivos móviles actuales para monitorizar, registrar y disponer de un historial de todas las actividades de los usuarios, tanto en iOS como en Android.