Las autoridades chinas han cerrado 50 páginas webs y redes sociales debido a varias infracciones como la divulgación de contenido pornográfico o publicar noticias de política sin permiso. Entre las web censuradas esta Weixin, conocida en occidente como WeChat.
Queda comprobado otra vez como China sigue teniendo rencillas de su pasado opresor y, desde Pekín, quieren imponer el gusto y las conductas de estilo de sus ciudadanos.
Tras este acto de censura se demuestra que Internet no es sinónimo de libertad sino se regula a través de organismos tolerantes.