Prueba Motorola Defy. El más duro

Después de la gimkhana, lo cogimos en la mano para ver su estado y, entonces,  entendimos el significado pleno de ‘Gorilla Glass’, un cristal (el de la pantalla), flexible y resistente, con un tratamiento antiralladuras que convierte nuestro móvil en algo diferente, novedoso, curioso y llamativo. Un detalle: los puertos u orificios típicos, el de carga/cable microUSB y el de la salida de audio (jack 3,5 mm) llevan tapones herméticos y éstos deben estar siempre cerrados (salvo uso), como también lo debe estar la tapa trasera, cuyo secreto es un reborde interno que encaja alrededor de la batería y la protege. Bajo ésta (1.500 mAh), la cuna de la SIM y de la tarjeta de memoria microSD, que, curiosamente, queda perfectamente ajustada en su sitio por una goma gruesa que la sujeta. El resto de la carcasa va atornillada con siete piezas allen. Una vez colocado todo en su sitio, si echamos un ojo al móvil por fuera, sólo encontramos dos botones físicos: el doble pulsador del volumen y el de encendido/apagado, además del objetivo y un flash LED de una cámara de 5 Mpx. Bajo la pantalla vemos cuatro botones táctiles adecuadamente serigrafiados y claramente diferenciables: pantalla principal, menú contextual, retroceso y búsqueda. Motoblur Pero Motorola ya nos dejó claro en algunos de sus últimos modelos que quería ofrecer un punto diferencial, un valor añadido, algo que fidelice y ayude a sus clientes y ese algo se denomina ‘Motoblur’. Así, dentro de los tres tipos de teléfonos Android que existen en el mercado, el fabricante americano ha optado, en esta ocasión, por aquel que le permite interponer una capa entre el sistema operativo básico y el usuario, que actúa de interfaz y que busca ponernos ‘todo a mano’. Es decir Motoblur es una interfaz interactiva capaz de sincronizar todos los contactos que tengamos en nuestra agenda de correo, SIM, redes sociales, etc.; al igual que las continuas actualizaciones de estado que realicen nuestros amigos en sus respectivas páginas y herramientas digitales con el fin de que podamos seguir nuestra actividad social, laboral y cotidiana de un sólo vistazo y evitar, así, el farragoso paseo por los submenús. Motoblur gestiona, también, todos los mensajes, correos, calendarios, agenda, páginas favoritas, fotos, etc. Para que todo el sistema sea plenamente operativo, lo único que hay que hacer es introducir una única vez los datos de nuestras cuentas y, a partir de ahí, disfrutarlo. Entrando en detalle, señalar que este Motorola pone a disposición de sus dueños siete pantallas personalizables con widgets, accesos directos, carpetas o fondos de pantalla y que para pasar de una a otra basta con deslizar el dedo; ya que equipa una pantalla TFT (no es gran cosa pero entendemos que va directamente relacionada con el tipo de cristal que lo cubre y que supone un activo de este modelo) multitáctil capacitiva (responde al movimiento de dos dedos u otro material conductor). En la base del display tres iconos fijos: el que abre el menú, el del teléfono y el de contactos. Este último presenta no sólo una relación de nuestros conocidos sino también el historial de la relación mantenida con éstos y de nuevo, la actualización de estado de las redes sociales (en tres pantallas diferentes). Por lo demás, aunque el menú de aplicaciones y servicios que viene de serie es bastante completo, siempre tenemos la posibilidad de descargar todo aquello que imaginemos de la tienda de aplicaciones de aplicaciones de Google.

Sistema operativo

El Motorola Defy lleva sistema operativo Android 2.1, pero en el menú de ajustes podemos realizar la actualización a 2.2 (Froyo) y disfrutar de todos los avances que ofrece como el convertirse en punto de acceso de WiFi para otros dispositivos (tethering).