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Ford explica cómo mantiene limpios los sensores de los coches autónomos
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Ford explica cómo mantiene limpios los sensores de los coches autónomos

viernes 13 de septiembre de 2019, 09:00h

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Durante los últimos años, Ford ha realizado una investigación para asegurarse de que sus vehículos autónomos puedan ver lo que les rodea sin obstáculos. Para ello, realizaron diversas pruebas y desarrollaron al máximo una “tiara” que ve todos estos contratiempos en la carretera.

Para testar los sensores de los coches autónomos, Ford roció polvo y suciedad; bañó los sensores LiDAR con agua para simular la lluvia; creó sus propios excrementos de pájaro sintéticos y acto seguido, los esparció en las lentes de las cámaras. En cuanto a los insectos, Ford recurrió al zoólogo Mark Hostetler con el fin de conocer mejor a los distintos insectos que entran en contacto con los vehículos con regularidad, y con qué frecuencia. Incluso construyeron un “lanzador de insectos” con el objetivo de entender la mejor manera de limpiarlos.

Tras este proceso de pruebas, todos los sensores de los coches autónomos están trabajando de manera constante para ofrecer la mejor imagen del mundo que pueden. Sin embargo, un golpe inoportuno puede interferir en su capacidad para funcionar de modo autónomo.

Así, el equipo se cuestionó si no sería más fácil evitar que sus sensores se vieran afectados por los golpes de los insectos. Para ello, aprovecharon al máximo la “tiara”, estructura que se sitúa encima de todos sus vehículos autopropulsados y que alberga la colección de cámaras, LiDAR y radar, que ayuda al coche a “ver” hacia dónde se dirige.

Cómo funciona la limpieza de los sensores

Mientras el coche está conduciendo, la tiara conduce el aire a través de diferentes ranuras cerca de la lente de la cámara. Esto crea una “cortina de aire” que en realidad desvía los insectos del propio sensor. Así que cada vez que los insectos hacen una línea de abeja para una lente de cámara, el aire que sale de la tiara la empuja hacia un lado para que no entre en contacto con la lente.

Por su parte, Ford señala que “este método tuvo un éxito sorprendente”. Por ejemplo, con los insectos, sus pruebas demostraron que la cortina de aire desvió con éxito a la gran mayoría de ellos de los sensores de autocontrol. No obstante, en algunas situaciones, los insectos aún podían atravesar la cortina de aire.

De ahí que Ford desarrollase un sistema de limpieza totalmente integrado en la tiara, que cuenta con boquillas de última generación, junto a cada lente de la cámara que pueden rociar el líquido de lavado según sea necesario para limpiar los sensores. Mediante el empleo de algoritmos de software avanzados, el sistema de limpieza se adapta específicamente a los cristales sucios de la cámara.

Finalmente, cuando el sensor ha sido pulverizado, la tara tiene una forma inteligente de secarse. Libera el aire a través de una ranura que “seca” rápidamente la cara de la lente.

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