La inteligencia artificial se consolida como un recurso estratégico para los equipos financieros, pero su implementación se enfrenta a un obstáculo clave: la excesiva fragmentación de herramientas digitales. Así lo revela el último estudio de Pleo, basado en más de 3.000 encuestas a responsables financieros en Europa, incluidos 500 en España.
Según los datos, el 79 % de los CFO españoles que utilizan IA intensamente afirman sentirse capacitados para liderar transformaciones relevantes en sus empresas. Esta cifra desciende al 60 % entre quienes no emplean IA con frecuencia, lo que evidencia el vínculo entre su uso y el empoderamiento profesional.
Sin embargo, la realidad operativa dista de ser ideal. Más de la mitad de los responsables financieros en España (52 %) considera que sus compañías utilizan demasiadas plataformas, muchas de ellas mal integradas. De media, los equipos trabajan con siete herramientas distintas, pero el 38% de estas no se conectan adecuadamente entre sí, lo que genera ineficiencias y pérdida de tiempo.
De hecho, se estima que cada profesional pierde unas 126 horas al año simplemente cambiando entre sistemas desconectados, lo que equivale a más de tres semanas laborales.
Además, los CFO enfrentan un aumento en sus responsabilidades. El 55 % ya asume funciones fuera de su ámbito tradicional, como recursos humanos, ciberseguridad o contratación, mientras que el 71 % reconoce estar sometido a más presión que nunca. Un 32% afirma realizar hoy más tareas administrativas que hace cinco años, lo que limita su capacidad para centrarse en lo estratégico.
El informe destaca que, para que la IA cumpla su promesa, es fundamental integrarla de forma fluida en el ecosistema digital empresarial. Así lo cree el 79 % de quienes ya la usan de forma intensiva, frente al 65 % entre quienes apenas la utilizan.
Álvaro Dexeus, director para el sur de Europa de Pleo, ha explicado que “la IA tiene un gran potencial para acelerar decisiones y procesar datos a gran velocidad, pero sin una integración real con las herramientas del día a día, ese potencial se diluye”.
En definitiva, la tecnología avanza, pero la clave está en cómo se implementa. Por este motivo, sin una arquitectura digital coherente, ni la mejor IA podrá liberar todo su valor en las finanzas corporativas.