La cuenta atrás para el fin de soporte de Windows 10 ha comenzado y, sin embargo, la mayoría de los equipos en España sigue anclada en sistemas operativos que pronto dejarán de ser seguros. Un estudio de Kaspersky revela que apenas el 37% de los usuarios españoles ha migrado a Windows 11, mientras que el 53% continúa utilizando Windows 10, cuya vida útil finaliza en octubre de 2025. Aún más preocupante: un 4,6% sigue trabajando con Windows 7, un sistema sin parches desde 2020.
El informe, basado en datos anónimos de Kaspersky Security Network, confirma que el problema no distingue entre particulares, pymes o grandes corporaciones. En todos los casos se mantiene el mismo patrón: miles de dispositivos siguen operativos pese a no contar ya con las actualizaciones de seguridad que bloquean vulnerabilidades críticas.
Kaspersky subraya que esta inercia tecnológica abre la puerta a los ciberdelincuentes. Los sistemas obsoletos se convierten en objetivos prioritarios, ya que acumulan fallos conocidos y no reciben las correcciones necesarias. Según los analistas, este escenario podría intensificarse conforme se acerque la fecha final de soporte de Windows 10, especialmente en entornos empresariales donde la migración suele ser más lenta.
La compañía recuerda que actualizar no es solo una cuestión de rendimiento, sino de protección. En su nota técnica, Kaspersky recomienda a usuarios y empresas planificar la transición a Windows 11 cuanto antes, reforzar la seguridad con soluciones que detecten exploits dirigidos a sistemas antiguos y revisar las políticas internas para evitar que equipos desactualizados sigan conectados a redes corporativas.
Con más de la mitad del parque informático español aún sin migrar, la advertencia es clara: cuanto más se retrase la actualización, mayor será la exposición a amenazas que ya están circulando activamente
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