Es el turno de No. 3 y No. 4 de los operadores estadounidenses. La aprobación de la compra de Time Warner por parte de AT&T, ha supuesto el comienzo de un nuevo período sin precedentes donde las grandes empresas de telecomunicaciones ven posible que sus acuerdos salgan a flote.
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Según el documento, las compañías también demandarán una orden de protección, para evitar que cierta información corporativa de carácter confidencial quede a la vista del público.
No obstante, ninguna ha querido confirmar de momento esta información.
Más que un acuerdo de 26.500 millones de dólares
Las dos compañías anunciaron su acuerdo de fusión a finales de abril, por un valor que ascendía a los 26.500 millones de dólares en acciones. El objetivo principal de este acuerdo era consolidarse como una mayor empresa, con la que reforzar su posición para competir mejor con los líderes del mercado, Verizon y AT&T.
Asimismo, los operadores expresaban su convencimiento de que esta combinación llevaría a un mayor desarrollo de las redes de próxima generación, así como a una mejora de las condiciones para los consumidores.
Habrá que ver lo que opina la FCC y si finalmente, de requerir la aprobación de los organismos reguladores, estos dan el visto bueno a un nuevo acuerdo que podría redefinir el rumbo del sector.
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