El miércoles 11 de junio será señalado para Uber como un hito histórico. La aplicación, que hasta entonces muchos desconocían, se ha hecho célebre por crispar a los taxistas europeos y generar una huelga en su contra y en contra de las aplicaciones en las que no se presta un servicio profesional, y que, según estos trabajadores, va en contra de su oficio.
Si hasta esta semana pocos conocían Uber, y muchos menos se habían registrado por la barrera de la forma de pago, apenas descargas la app te solicita, en el segundo paso, tu tarjeta de crédito, ahora no sólo es archiconocida en Europa donde se generó una huelga masiva sino que comienza a ganar dinero gracias al movimiento en su contra.
Según los datos de Uber UK, el número de suscripciones al servicio en Londres ha aumentado 850% en relación a la semana pasada, y se espera que los datos del resto de los países en donde se generaron las manifestaciones sea similar.
En España, Madrid y Barcelona fueron el epicentro de las concentraciones. Los taxistas han reclamado a las administraciones que bloqueen estas aplicaciones que consideran de transporte ilegal. Las pancartas en Madrid advertían: “Contra el instrusismo en el taxi y la economía sumergida. UBER ilegal”.
Uber ya ha pasado por este traume en todas las ciudades en las que ha iniciado actividades. En Estados Unidos varios estados han lanzado nuevas leyes para regularlo, por lo cual la empresa parece estar más que preparada para las quejas del sector del taxi.
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