El experimento de Facebook el pasado agosto de incluir publicidad en sus vídeos en directo pasará definitivamente de experimento a realidad, tal como afirman fuentes anónimas de la industria. La decisión se puede ver desde dos prismas muy diferentes: se puede apostar por la versión “Facebook apoya a los usuarios que graban, editan y suben su contenido” o por “Facebook piensa en su negocio y no en el usuario”.
En 2016, se reprodujeron más de 100 millones de horas diarias de vídeo en la red social
Y es que va a ser muy complicado diferenciar hasta qué punto es negocio y hasta dónde es ayuda. Como se suele decir, la publicidad es un ‘mal’ necesario para la supervivencia de cualquier medio de comunicación. Lo negativo es considerar los vídeos particulares de Facebook como medio de comunicación al uso. Ahora habrá que conocer la predisposición que los usuarios ponen a, si me permiten la expresión, tragarse una franja publicitaria a los 20 segundos de comenzar a reproducir un vídeo en Facebook.
Por otra parte, la parte positiva residirá en permitir a los creadores de vídeo obtener beneficios por sus trabajos en la red social. Unos ingresos que se repartirán ‘in media res’, siendo el 55% para los productores de contenido y el 45% restante para Facebook, como ya hace Youtube.
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